Capítulo 23: RECUERDOS. PARTE XVI

418 37 195
                                    

ADVERTENCIA IMPORTANTE: Capítulo largo, perturbador y oscuro. Explicaciones respecto al origen de esto, al final. Pero favor tomen en cuenta la advertencia, porque si alguno de ustedes tiene algún problema en descripciones explícitas de temas sensibles y perturbadores, pueden saltarse este capítulo completo, sin temor a quedar colgados, dado que en el siguiente capítulo incorporaré un breve resumen de contexto, para que sepan lo que ocurrió, sin tener que pasar por la experiencia de leerlo. El resto de ustedes, los que soportaron sin problema "Canción de Fuego y Hielo (Game of thrones)", en la versión de los libros (es peor que la serie, créanme), encontrarán aquí una buena dosis de catarsis. O eso espero.

Ahora si, el capítulo 23:

"La venganza puede convertirnos en monstruos, incluso cuando creemos tener razón".

El conde de Montecristo. Alexandre Dumas

Peter Pettigrew regresó al día siguiente con algunas raciones de alimento. Si era parte del trato que los mortífagos daban a sus prisioneros o un gesto de bondad por parte de Colagusano, Hermione no estaba segura. Sin embargo, la forma en que blandía su varita en dirección a ellos, exigiendo que se apartaran de la puerta antes de entrar con la comida, no transmitía odio, sino más bien miedo. Ella no estaba segura si ese miedo era por su propia seguridad o la de ellos.

De lo que sí tenía certeza era del extraño modo en que los temerosos ojos del hombre se posaron en Draco. Fue un instante demasiado prolongado para ser casualidad, como si esperara alguna palabra o acción por parte de éste. Pero el rubio permaneció imperturbable, como lo había hecho desde su regreso al calabozo, con una actitud fría y reflexiva, resistiendo miradas y palabras.

"Deberías comer algo, Luna", insistió Ron, cuando la chica rechazó la tostada que le ofrecía. "No sabemos si seguirán alimentándonos y es mejor aprovechar mientras lo hagan".

"Gracias, Ron", sonrió la joven, dirigiendo una mirada de soslayo al alimento, antes de regresar sus ojos al espejo que insistentemente observaba. "Intentaré hacerlo más tarde".

"Luna...", insistió el pelirrojo. Hermione no estaba segura si su preocupación por la comida era una forma de evadir la situación en la que estaban, o era algún tipo de penitencia por lo que había provocado.

"Weasley", lo llamó Draco, en su primera intervención en horas. "Déjala en paz".

Ron apretó los labios y entrecerró los ojos, claramente molesto, pero contrario a lo que Hermione esperaba, ningún insulto salió de su boca, sino una pregunta.

"¿Tú tampoco piensas comer?" El rubio se limitó a ignorarlo, lo que pareció despertar una preocupante sospecha en Ron. "¿Crees que esté envenenada?"

El resoplido burlón de Draco dejó claro que no era eso lo que pensaba.

"Considerando que te devoraste toda la porquería que Colagusano trajo ayer y sigues vivo, no creo que esté envenenada".

"Entonces, ¿por qué no comes?"

Malfoy inspiró sonoramente, como si buscara armarse de paciencia para responder a un niño idiota.

"¿Has visto las condiciones del único inodoro disponible?"

Hermione no pudo evitar mirar este, al igual que Ron. Era un retrete maloliente que, aunque cumplía su función, parecía no haber sido limpiado en años. Si bien sabía que ella y Ron ya habían compartido situaciones embarazosas mientras huían junto a Harry, no estaba segura de querer estar presente cuando cualquiera de ellos necesitara utilizarlo para algo distinto a orinar."

MORTÍFAGO (Dramione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora