Capítulo 16: RECUERDOS. PARTE IX

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"En realidad, ellos no son personas de verdad".

EL NIÑO CON EL PIJAMA A RAYAS, John Boyne

Tal como Zabini había predicho, a Theodore Nott no le había gustado la idea de quedar a cargo de la prisionera. No le había gustado nada.

Hermione no recordaba haber intercambiado con él más que un par de monosílabos en Hogwarts, las pocas veces que coincidieron en alguna clase y que algún profesor tenía la insana idea de unirlos en el mismo grupo. Sabía que era considerado guapo, con sus bellísimos ojos negros, sus labios gruesos y su cabello castaño ensortijado. Pero también era considerado huraño y misterioso, una cualidad que parecía conservar.

Aún así, luego de que Zabini se apareciera con ella en la puerta de la Mansión y le informara que debía regresar con Malfoy a San Mungo y que él quedaba a cargo de la "prisionera", y pese a que inicialmente pareció resistirse, mostrando una expresión molesta y frunciendo el ceño mientras la miraba, Nott tuvo la cortesía de proporcionarle ropa interior para usar bajo la camisa de Malfoy, e incluso un par de calcetines. Después, la llevó a la cocina y preparó té para ambos.

Hermione no preguntó cómo era que el heredero de los Nott se manejaba en la cocina, pues imaginó que la respuesta era la misma que la de Malfoy: la ausencia de elfos domésticos los obligaba.

"Gracias por la ropa", susurró ella, intentando buscar conversación, luego de largos minutos en que él no hacía más que torcer el labio y evitar su mirada. "¿Es de alguna novia?", intentó bromear.

"De mi madre". Respondió frío, dirigiendo su mirada al reloj de la pared.

"¿No se molestará de que use su ropa?"

"Considerando que lleva trece años muerta, dudo que le importe", se sonrió de lado con cierta tristeza.

"Lo lamento"

"¿Por qué?", sus ojos se clavaron en ella por primera vez, con una expresión que hablaba de una duda real. "No fue tu culpa".

"¿Fue durante la primera guerra?", se atrevió a preguntar.

El joven volvió a mirar el reloj, antes de responder.

"No. La guerra ya había terminado."

"Y... ¿cómo murió?", Nott dirigió sus ojos a ella, sorprendido por la pregunta, y Hermione sintió que tal vez no era el mejor tema de conversación.

"Yo la maté". Dijo frío.

Por largos segundos, Hermione esperó que se echara a reír dando cuenta de que era una broma o que explicara lo que acababa de decir. Pero no ocurrió tal cosa.

"¿Tienes hambre?", preguntó al fin, al parecer dispuesto a cambiar el tema de conversación.

"No". Susurró ella, notando como su voz dejaba traslucir un cierto temblor. "Nott... ¿soy tu prisionera?"

Los negros ojos del joven se giraron a ella, como si analizara su pregunta o la respuesta más adecuada. Pero lo que fuera que iba a decir, fue interrumpido por el sonido de pasos acercándose rápidamente, lo que pareció hacer aún más pálido el rostro de por si blanco de Nott.

"Maldición", susurró, colocándose de pie con la mirada en dirección al reloj y luego a la puerta. "No se suponía que volviera tan pronto". Y luego la miró a ella. "Estira tus manos, ¡rápido!"

"¿Quién es?"

"No hay tiempo, Granger", y Hermione no fue capaz de preguntar nada más cuando la varita de Nott apuntó a ella y con dos breves conjuros se vió atada por mágicas cuerdas de manos y pies y arrojada entre la pared y un estante. "Si quieres que salgamos bien de esta, no hables. ¿Entiendes?". Hermione ni aún se sintió capaz de asentir, cuando la puerta se abrió de golpe, descubriendo la figura de un hombre alto y robusto, con el cabello enrarecido y pronunciadas canas en las sienes. Si bien las cejas negras y gruesas eran las mismas de Theodore, no había entre ambos ningún otro parecido. "Padre". Lo saludó el joven, y los ojos del hombre apenas repararon en él, antes de viajar a Hermione. "No te esperaba hasta más tarde". Agregó Nott, y Hermione se sorprendió al notar que, al igual que Malfoy, la máscara de la desafectación parecía haberse puesto en su rostro de un momento a otro.

MORTÍFAGO (Dramione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora