Capítulo 26: RECUERDOS. PARTE XIX

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"Pero si me olvidaras por un tiempo y después me recordaras no te aflijas: si la oscuridad y la corrupción dejan un rastro de los pensamientos que una vez tuve, tanto mejor que olvides y sonrías, y no que me recuerdes y estés triste".

Christina Rossetti.

Tres días habían transcurrido sin que Theodore Nott respondiera al espejo, cuando la cornamenta del PATRONUS de Harry se dejó ver por la ventana.

"Tú lo oíste, Hermione", insistía Ron. La había llevado a su cuarto para hablar alejados de los demás, a fin de convencerla de la necesidad de huir. "Harry espera por nosotros para enfrentarlo. Debemos ir con él".

Y era cierto. El mensaje enviado a través del Patronus dejaba clara la esperanza de su amigo de encontrarlos con vida, y su deseo de aguardar por ellos antes de enfrentar a Voldemort.

"No tenemos mucho tiempo", le recordó Ron.

Dos días, se dijo ella mentalmente. Voldemort le había dado dos días para presentarse en Hogwarts y entregarse... o enfrentarlo.

Mientras caminaba de regreso a la cocina, Hermione pensaba en el tipo de amenaza que el mago oscuro pudiera estar utilizando para obligar a Harry a ir hasta él. Porque debía haber alguna. Y Harry, como el héroe que era, no podía dejar de atender a ella.

Fue la imagen de Luna Lovegood, sentada en el borde de la mesa, con el espejo aferrado a sus dedos y la desesperanza pintada en su rostro, lo que llamó su atención. Ya había visto a la joven preocupada muchas veces, pero jamás había sentido que perdiera el brillo de sus ojos. Hasta entonces.

Hermione acercó una silla, para tomar asiento junto a ella.

"Seguro que estará bien, Luna", susurro, muy cerca de ella. "Lo estuvo la última vez, ¿recuerdas?".

"Pero no se sentía de este modo"

"¿Qué cosa?"

Luna giró a ella sus ojos color plata, con una triste sonrisa bailando en sus labios. "Los presentimientos se sienten como pequeños susurros que no van a dar a tu oído, sino a tu corazón", expuso, llevando una mano a su pecho. "Mi corazón me dice que no está bien. No esta vez".

Y Hermione debió admitir, que aunque no creía en los presentimientos, sospechaba lo mismo.

*****


Tener a su disposición un arsenal de drogas e ingredientes, tan infinito como los alimentos en la alacena mágica, fue una ventaja que Hermione supo aprovechar para generar una potente poción que aplacara el dolor, cada vez más frecuente, que el llamado de Voldemort generaba en la marca de Draco.

No lograba evitar el olor a carne quemada o la búsqueda desesperada por una posición que doliera menos, pero reducía los gritos desgarrados y el deseo de correr hacia una muerte segura, que había generado en él las primeras veces.

"Es como si realmente quisiera cobrarse", susurró Draco, con su cabeza apoyada en el vientre de ella. Su frente estaba sudada a fuerza de contenerse, luego que el último episodio de dolor hubiera cedido. "Debería sentirme halagado, ¿sabes? Dudo que Karkarov recibiera tanta atención como yo", rio de mala gana de su propia broma, mientras Hermione acariciaba su cabello. "No puede ser solo por Bella".

Y Hermione estaba de acuerdo. La insistencia que Lord Voldemort mostraba en atormentarlo, no podía explicarse sólo como un castigo a su traición, sino que parecía más bien la necesidad de hacerlo volver. Aunque ella tampoco lograba entender el por qué.

"¿Crees que desista en algún momento?", preguntó Hermione, más por hacer conversación que porque realmente creyera que él tuviera una respuesta.

"Es el cabrón más perseverante que conozco", bufó Draco. "Tendré suerte si me deja en paz cuando su deseo de asesinar a Potter lo tenga ocupado".

MORTÍFAGO (Dramione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora