Chiara POVHabían pasado un par de semanas desde aquella fiesta a la que nos invitaron tanto a Rus, cómo a mí. No iba a negar que había sido una de las mejores decisiones. Conocimos muchas personas, y de ahí pude abrir más mi grupo de amigos en Los Ángeles. Los primeros dos meses sólo me había dedicado a componer, ver cuestiones del disco y pelear con los horarios para tener un poco de tiempo con Vio, pero todo eso terminaba por irse a la basura cuando ella se quedaba dormida y a mí me quedaba el resto de la tarde libre.
Meghan resultó ser una chica bastante divertida, en cuestión de días las tres nos habíamos vuelto muy unidas. Resulta que su familia es latinoamericana, si no me equivoco recuerdo mencionar que su padre había nacido en México por lo que dominaba el Español. Bueno, lo intentaba. Así como yo en mis primeros días de la academia.
Nos encontrábamos en el estudio revisando algunos detalles de la próxima canción que sacaríamos, la productora nos dio un par de opciones pero yo me negué a todas. Si me hicieron moverme de país, de cultura, y separarme a cientos de kilómetros de mi novia, esperaba por lo menos que respetaran la única condición que les pedía: Ser dueña entera de mi música.
Meghan por suerte me apoyó y decidió ayudarme con las composiciones.– Are you ok? (¿estas bien?) – Llevábamos literalmente 10 minutos en la misma estrofa y no estaba saliendo bien. Estaba frustrada y cuando eso pasaba sólo Violeta lograba tranquilizarme y hacerme volver al punto.
– Yes, sólo...me desespero un poco. – Dije tan cansada que no me di cuenta cuando había cambiado del inglés al español en la misma frase. Comencé a mover las manos con cierto nerviosismo, tronaba mis dedos e intentaba respirar hondo, síntomas de que el TDAH estaba por hacer su aparición.
Meghan pareció notarlo y sin más acercó su cuerpo al mío en un abrazo. Por un segundo pensé en apartarme pero el contacto me hizo despejar mis pensamientos de la desesperación y volver un poco a tierra.
– Háblame de algo que te guste mucho.
– ¿Qué?
– Sí, háblame de algo que te haga feliz.
Acariciaba mi espalda con calma, y entonces respiré con mayor tranquilidad. Pensar en algo que me hiciera feliz era sencillo. La mirada de Violeta llegó a mi cabeza como una ola que arrasa todo a su paso. Recordé el hoyuelo que siempre aparecía cuando me sonreía y esa voz tan calmada que podía acabar con guerras, de cualquier tipo.
– Mi novia.
– Ah ¿Tienes novia? – Preguntó Meghan algo extrañada.– No me has hablado de ella.Ahí me sentí fatal, llevábamos casi dos semanas hablando todos los días y no había tocado ese tema. Mi cabeza siempre iba y venía, sin contar que hablar de Violeta a veces me llenaba el alma, y otros días, donde necesitaba de su abrazo, me la partía en dos.
– Es una chica increíble, también es cantante y si la conocieras, caerías rendida en ella, aunque bueno, no pasaría nada porque aja, es mía claramente, pero bueno, el punto es que tiene una voz magnética, y una voz que te eleva, literalmente...ah...maldita sea, se me ha ido la idea ya.
Meghan echó a reir con ternura, al parecer la manera tan rápida e ilusionada con la que hablaba de Vio era causa de una sonrisa natural por su parte. Terminé riendo con ella.
– Lo siento, es sólo que la extraño mucho. – Dije en medio de un suspiro, sosteniendo el celular con fuerza, como si fuera la única representación física que tenía de mi Vivi. Cómo si apretándolo con firmeza pudiera pretender que estaba sosteniendo su mano, y ella la mía.
– ¿No esta aquí? – Preguntó y negué con la cabeza. – Bien, bueno, al menos ya estas más tranquila, objetivo logrado. – Dijo separándose nuevamente y sonriendo.
Por estarle hablando de Vio, la ansiedad se disipó y sin darme cuenta, ese malestar que tenía en el estómago por la estrofa fallida había desaparecido. Le dediqué una sonrisa ladina para agradecerle, después de dos meses y medio, el sentir que había alguien más allá de Ruslana que pudiera estar ahí y escucharme, era medicina al alma. Sin contar que no siguió preguntando más, respetó mi espacio y eso era algo que necesitaba.
Sólo tenía que pensar en Violeta y podía luchar contra todo, contra la distancia, contra la ausencia, contra el TDA... incluso contra mi misma.
POV Violeta
Claramente no estaba en mi mejor momento, tenía un mal humor que ni yo me soportaba. Me había desaparecido de todas las redes sociales, bueno, tampoco es que siempre hubiera sido la reina de ellas pero es que si antes dejaba un par de comentarios, ahora tenía pocas y nada de ganas de asomarme. Cada que entraba podía leer cosas de la gira, la gran mayoría positivas y aquello me elevaba el ánimo. Aún así, otras eran fotos de Chiara en Los Ángeles, reportajes, incluso noticias falsas de una relación entre ella y Rus. Para mi suerte, aquello ya no me causaba el efecto de antes, confiaba plenamente en Kiki pero el problema ya no era la pelirroja, era la distancia, el tiempo, las personas que la rodeaban.¿Cuánto tiempo tardará en encontrar a alguien que pueda estar ahí para ella? ¿Qué ame la música de la misma forma en la que las dos lo hacemos? Al final, la música era universal. ¿Cuánto tiempo antes de que haya una chica tan guapa que encandile los ojos de mi morena? ¿Y cómo iba a detenerla de intentarlo si ella estaba allá y yo estaba acá?
Por favor pensamientos intrusivos, necesito que se larguen de mi cabeza. Ya.
Estaba haciendo prueba de sonido antes de uno de los conciertos que realizaríamos en Girona. Sin embargo, no podía concentrarme. Cada que empezaba la canción fallaba la nota, tuvimos que repetir el pase tres veces hasta que una de las coristas se acercó y me sugirió descansar. Afirmé con la cabeza y bajé del escenario para tomar un poco de agua.
Miré el celular, aún tenía tiempo para hablar un rato con Kiki y seguro eso me ayudaría. Le mandé un mensaje:
- Mi amor, ¿podemos hablar? Te extraño demasiado y ahora mismo escuchar tu voz me vendría muy bien.
Envié y lo volví a guardar, solía tardar un poco en responder pero siempre lo hacía. Dí un tragó más de agua y volví al micrófono, luego de despejarme pensé que quizá la cuarta era la vencida. Vaya día.
El paso de los minutos fue más rápido de lo pensado, entre tanto ensayo había pasado una hora desde el mensaje. Me despedí del equipo y fui a por mis cosas para revisar si Kiki me había contestado, otra vez un dolor en el estómago me invadió, el mismo que sentí meses atrás cuando pasó lo de Becca.
Tomé el celular y no vi respuesta alguna, ni siquiera el leído. Bueno, al menos mi novia no me deja el visto. ¿Eso era algo bueno? ¿No?
– Dios mío Violeta Hódar, ¿desde cuando eres un mar de inseguridad? Tú no. – Susurré a mí misma, siempre solía controlarlo todo muy bien pero, esta vez, se me estaba saliendo de las manos.
Tomé nuevamente el celular y decidí marcar, quizá con un poco de suerte podía encontrarla. Nada.
Gruñí para mi misma y después de unos segundos intenté nuevamente. Esta vez por fin contestaron, pero esa voz no era la que yo bien conocía.
– Hello? – La garganta se me congelo. El corazón se me detuvo por segundos. ¿Qué estaba pasando?
– Ehm hi, Im Looking for Chiara.. (Ehm hola..estoy buscando a Chiara) – Dije, intentando ocultar el temblor en mi voz, el como la garganta se me romía poco a poco.
– Oh, yes, one moment... (Oh claro, espera)..
– Megh ¿Quién es? – Logré escuchar la voz de Chiara a lo lejos y respiré profundo pero antes de que Chiara tomara el telefóno, colgué. ¿Instinto? ¿Estupidez? ¿Ganas de asesinar a alguien? Si hablaba ahora mismo con ella, estaba segura que no iba a acabar bien. Aventé el celular y cerré los ojos intentando evitar el correr de las primeras lágrimas.
¿Quién carajos era "Megh" y por qué estaba contestando el teléfono de MI guiri?
_______________
¡Todos saltando por el cumple de Kiki!
Pues nada, a Vivi le esta llegando un poco de su karma un año después, espero sus comentarios.
KIVISMO O BARBARIE.
YOU ARE READING
Volver a Ti - KIVI
Teen FictionChiara siempre lo ha sabido pero no puede decirlo. Violeta ha decidido el camino fácil. Y el tiempo se ha vuelto su mejor aliado. O su peor enemigo... ¿Podrán aceptar que al final siempre volverán a la otra? (Kivi Post OT).