Content warning: Este capítulo contiene escenas no aptas para menores de edad, y están escritas con total respeto y cariño, es una ficción y por lo tanto lo trataremos como tal.
SIN PDV
Chiara había ido a recoger el pedido de comida, llevaban casi todo el día viendo temas de la canción que decidieron cenar en el set de grabación. Regresó dejando las bolsas a un lado para ver a Meghan con el teléfono en mano.
– Megh ¿Quién es? – Preguntó Chiara a lo que la rubia encogió los hombros estirándole el celular, al parecer del otro lado habían enmudecido.
Chiara tomó el celular pero antes de decir el "hola" ya habían colgado. Alzó la ceja y miró a la pantalla para ver su foto con Violeta, lo cuál causó una risa divertida.
– Of course...Violenta. (Claro...Violenta).
– Wasnt she Violeta? (¿No era Violeta?)
– I'll explain later. – Dijo con una sonrisa divertida antes de volver a marcar el número esperando poder hablar con su novia.
Nada.
De nuevo.
Nada.
Se frustró y decidió simplemente darle su espacio, conocía bien a la pelirroja y sabía que necesitaba darle un tiempo para que su cabeza se enfriara. Sin más volvió a tomar las cosas y se dedicó a prepararlas junto con Meghan para comer y platicar un rato. Aún así, cada tanto volteaba a ver la pantalla del celular esperando por un mensaje de la pelirroja, mismo que nunca llegó.
11 PM
Los Angeles
Chiara decidió irse al Loft un poco antes de lo planeado, no sabía si escribirle o no a Violeta. Lo que en un principio le había parecido gracioso, ahora comenzaba a preocuparle. ¿Debía darle su espacio? ¿Marcarle? Mordía su labio inferior recostada en su cama mientras jugaba con el celular. En España ya era prácticamente nuevo y ella no iba a poder conciliar el sueño. Para su suerte, sintió la vibración en su mano derecha y lo tomó rápidamente.
" - ¿Podemos hablar? "Ni siquiera dio dos segundos antes de marcarle por videollamada. Sonó un par de veces y finalmente pudo ver la imagen de Vio, también en su habitación. Podía notar la tristeza en sus ojos, estaba segura que no había logrado conciliar el sueño y ahora se sentía culpable. Nunca le habló de Meghan, pero es que tampoco tenía mucho que contarle. Sólo era una amiga, pero claro, Violeta no pensó eso, ella marcó y escuchó otra voz.
– Vio yo..
– Kiki yo..
Ambas rieron ligeramente al darse cuenta de que se habían interrumpido una a la otra. Chiara decidió callar y dejar que Vio tomara la palabra.
– Kiki lo siento, no debí haberte colgado. No sé quien es, y no me importa. – Pero tras un par de segundos suspiró a través de la pantalla.- Mentira, si me importa, pero no dudo de ti. Dudo de todo lo que te rodea, y ...dudo de mí.
Escuchar eso de la boca de Violeta le rompió el corazón, ella siempre era la segura de las dos, la que la animaba en todo momento. Quién tenía las palabras perfectas en el momento indicado. ¿Cómo podía Violeta dudar de ella después de todo lo que habían vivido?
– Es una amiga, bueno, una artista que esta llevando Universal y quieren que saquemos una canción juntas. Vio, ¿estas consciente que estuvimos un año separadas y que prácticamente te odiaba y aún así no me enamoré de nadie más?
– Ya, no tienes que recordarme lo del odio, gracias.
–- Te lo ganaste, "amore" – Dijo chiara, sacándole la lengua cual niña pequeña, Vivi no pudo evitar más que regalarle una leve sonrisa, todo sería más fácil si pudiera besarla.
– Lo sé, y no pasa nada, perdón por colgar. Haré todo lo posible por verte pronto, sé que no te enamoraste de nadie pero esto es diferente Kiki, estas en un lugar nuevo, un ambiente mucho más grande, donde todo es fascinante, dónde existen mil oportunidades, y aparte, hay rubias. ¡Hay puto rubias!
Del coraje y la tristeza, habían pasado a la comedia, a veces era más fácil lidiar con el vacio de su ausencia si creaban una broma. Ambas rieron, a cientos de kilómetros de distancia, pero conectadas por el mismo sonido.
– ¿Y sabes qué? – Dijo Chiara con una sonrisa.– Que entre tanta rubia, mis ojos sólo están para una pelirroja.
Finalmente, la tristeza en los ojos de Violeta había desaparecido. Si pudiera tan sólo romper esa pantalla y tocarla, recordarle que así era, que no tenía que pensar en nada ni en nadie. Que era suya, en todo sentido de la palabra.
– Quita la cámara, y deja el celular a un lado.
Chiara alzó la ceja sin entender nada, de repente la voz de Violeta se había tornado completamente demandante. No iba a negar que sintió un choque de electricidad recorrer su piel, esa punzada que recorrió su espina dorsal y terminó causando efecto entre sus piernas.
– Chiara, quita la cámara y deja el celular a un lado.
No tenía que repetirlo tres veces, Kiki sabía lo que estaba pasando y no iba a ser ella quien se detuviera, extrañaba a Violeta tanto que su piel a veces quemaba por no sentirla cerca.
Obedeció dejando el celular a un lado. Ya se encontraba con su pijama, que para suerte de la peliroja, era bastante sencilla: Unos mini shorts y una blusa, sin nada debajo. Al final sólo era ropa que usaba antes de dormir ya que al caer, se quitaba todo.
– Quítate la blusa, sigue mi voz, quiero llevarte al límite...necesito que pienses en mí.
- Eso es fácil, siempre pienso en ti. – Dijo Kiki mientras despacio se alzaba la blusa, dejándola a un lado. No espero a la siguiente instrucción, era inquieta y Violeta no ayudaba queriendo ser una guía lenta cuando ella lo único que necesitaba era tenerla ahí. Se quitó los shorts quedando tan sólo con unas bragas como única prenda.
– Recorre tu cuerpo, que tus manos sean las mías, que te recorran por completo. Puedo imaginar tus pezones duros, tócalos...Suave...– Chiara obedeció, llevó dos de sus dedos a su boca y los chupó para humedecerlos un poco y así ir bajando con cierto temblor hasta uno de sus pezones. Lo recorrió de forma circular, el frio de su saliva con el calor de su pezón endurecido la hizo chillar por lo bajo, pero suficiente para que Violeta la escuchara al otro lado de la línea. – Eso Kiki, pellizcalo, jalalo...Imagina mis dientes, imagina mi boca en ellos..- Chiara ya había cerrado los ojos, en su mente sólo estaba la voz de Violeta y el navegar de sus manos por su cuerpo.
– Sigue bajando, mi amor, roza tu abdomen, recuerda mi cuerpo, mis manos, mis besos en ti...
Kiki arqueo el cuerpo, no podía negar que estaba en un punto de excitación que no conocía. Habían tenido un sube y baja de emociones aquella tarde que ahora la cúspide era el extrañarse en cuerpo, pero sentirse en alma. Deslizó sus propios dedos por debajo de las bragas y pudo palpar lo húmeda que ya estaba. Presionó con dos de ellos y los hundió en ella, sin penetrarse aún. – Puedo imaginar lo mojada que estas, puedo sentirlo también, y no sabes las ganas que tengo de ser yo quien lo este haciendo ahora..– Kiki volvió a moverlos, restregándolos por su centro. Ella solía ser quien mandaba, quien provocaba a Violeta hasta el borde de la locura, pero ahora, la ruleta se había volteado.
– Mételos, y déjame escucharte...
Y así hizo, hundió dos de golpe y jadeó el nombre de Violeta en un susurro desesperado. Presionó sus piernas contra sus propias manos, como si pudiera acallar la sensación tan intensa de follarse a sí misma con la voz de su chica a un lado. Comenzó a moverlos con frenesí, arriba, abajo, dentro, fuera. No se detuvo y la voz de Violeta, hipnótica y magnética, fue guiando cada paso. La llevó a imaginarse un mundo perfecto donde no era una pantalla separándolas.
En ese mundo Violeta estaba sobre su cuerpo, lamiendo su cuello desde la clavícula hasta el lóbulo de su oreja. En ese mundo no eran sus dedos tocándose sino los de la pelirroja invadiendo su centro. En ese mundo no eran sus piernas peleando por mantenerse cerradas, atrapando su muñeca, era Violeta comenzando a bajar por su piel, marcando sus tetas con el roce de sus dientes, chupeteando la parte más sensible de su ombligo y finalmente hundiéndose entre sus pliegues para lamer todos los jugos que emanaba de su cuerpo, provocados por el placer invasivo que no le daba tregua.
– Kiki...córrete, amor..
Pero la orden de Violeta ya no tenía mucho sentido, la menorquina estaba en su mundo, en uno donde ya era innecesario recibir órdenes. Después de un par de minutos su cabeza comenzó a latir en una explosión, cerró los ojos y todo su cuerpo se tensó en respuesta al estímulo que estaba obteniendo. Gruño, gimió y repitió el nombre de Violeta un par de veces hasta que el climax terminó, sintiendo cómo todo en ella comenzaba a relajarse.
- Ya, entonces ¿sólo pelirrojas cierto?
Kiki no pudo más que echar a reir, aún no podía abrir los ojos, aún no podía quitar la mano de entre sus piernas. Sólo se mordió el labio inferior y sonrió.– Sólo UNA pelirroja.
Al final, entre tanta tragedia, algo tenían seguro y es que ni la distancia, ni el tiempo, ni nada podría evitar que se encontraran una y otra vez, aunque no fuera de la forma que lo quisiesen.
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Primero que nada y antes que todo...perdón que tardé unos días, pero aquí estamos, y he decidido que al menos por hoy me dejen de odiar. ¿Lo habré conseguido?
Dejen sus comentarios y recuerden KIVISMO O BARBARIE.
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Volver a Ti - KIVI
Teen FictionChiara siempre lo ha sabido pero no puede decirlo. Violeta ha decidido el camino fácil. Y el tiempo se ha vuelto su mejor aliado. O su peor enemigo... ¿Podrán aceptar que al final siempre volverán a la otra? (Kivi Post OT).