(CW) Escombros

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Content Warning: Este capítulo contiene escenas no aptas para menores de edad. Tratadas con todo el respeto del mundo, recordemos que esto es ficción y debemos tratarlo como tal. 


POV Violeta


– ¿Cómo qué lo sabes todo?

La voz de Kiki era apenas un hilo, podía notar en su rostro el miedo y el cansancio, estaba completamente agotada. Acaricié suavemente su mejilla intentando transmitirle calma. Rocé su mejilla con el dedo pulgar. Había sido un día tan largo para ambas que tener esa conversación en ese momento quizá no era la mejor idea.

– Intenta dormir, te prometo que mañana temprano lo hablaremos. Necesitas descansar. –Le pedí, llevando parte de su cabello por detrás de su oreja. Sus mejillas y su nariz estaban enrojecidas mientras sus ojos peleaban por mantenerse abiertos.

– No, no, esto es importante...Vio yo no quiero irme. Yo te quiero a ti. – Su voz sonaba desesperada, como una pequeña que necesitaba ser escuchada. Afirmé con la cabeza y volví a chocar sus labios con los míos en un beso mucho más corto que el anterior. – Aún puedo decirles que no quiero viajar, puedo hacer música aquí, a mi el éxito nunca me ha importado y tú lo sabes. – Parecía querer convencerme cuando realmente la que necesitaba darse cuenta de las cosas era ella misma.

Rocé la punta de su nariz con la propia en un beso de esquimal mientras mis piernas acariciaban las ajenas, enredándose entre sí.

– Pero esto no va del éxito, amore...Es tu oportunidad de por fin cantar en inglés, de realmente sacar las canciones que quieres, y de vivir básicamente de lo que amas. – Chiara intentó volver a hablar, pero sabía que seguiría queriendo discutirme así que me adelanté.– Mi amor, yo tampoco quiero que te vayas, hemos estado un año alejadas y me parte el alma pensar que estarás lejos de mí...-De tan sólo imaginarlo, se me hacía pequeño el pecho y el estómago volvía a dolerme como un golpe al hígado.– Pero no es lo mismo, si ahora estamos aquí es porque también podremos con esto...– Sus ojos seguían siendo una súplica y yo no tenía las fuerzas suficientes para hacerle ver las cosas de la forma en la que lo hacía.– Vamos a dormir, no me contestes nada ahora, aún tenemos tiempo ¿no?

Fueron esas últimas palabras las que finalmente dejaron que descansara. Afirmó con la cabeza  finalmente se rindió.  Pude sentir como suspiraba con tranquilidad para volver a refugiarse en mi cuerpo, escondiendo su rostro en mi cuello. Podía sentir su respirar chocando contra el pulso acelerado de mi corazón bombeando a mil por hora. Acaricié su cabello por unos cuantos minutos y cuando volteé a mirarla ya había caído rendida.

Desde la tarde Ruslana había decidido contarme todo porque sabía que esto pasaría. Chiara era la persona menos egoísta que conocía. No sabía decirle que no a nadie, y vivía para y por complacer a los demás. Si yo le pidiera que se quedara, lo haría sin chistarlo. ¿Pero eso en que me convertía? Ella tenía derecho a vivir el sueño que todas queríamos, al final la música era la razón por la que nos formamos en la fila del casting años atrás. La música fue lo que nos unió, aquella tarde sentadas en un piano cantando "Creep." I belong here, recordé.

 ¿Cómo podía pedirle que le dijera no a lo que era la esencia de nuestra propia relación?

Mientras la miraba dormir dejé que un par de lágrimas silenciosas y rebeldes escaparán por mis mejillas, limpiándolas antes que llegaran a Kiki y la hicieran despertar. Llorar en silencio dolía, pero llorar frente a ella era una tortura por la que no la haría pasar.  De tanto pensamiento, las horas me fueron consumiendo y , abrazada a ella, dejé que la madrugada me dominará hasta dejarme vencer.




POV Chiara.
9:00 AM



Fui abriendo poco a poco los ojos, el sol me daba justo en la cara provocando un gruñido molesto. Estiré la mano en búsqueda del cuerpo de Vio pero no sentí nada más que el vació en la cama.
No, no, no. De un saltó escapé del colchón en su búsqueda.

– ¿Violeta?

El miedo se disipó cuando escuché ruido desde fuera de la habitación. Solté un suspiro y salí de la cama, quería creer que el día de ayer había sido una pesadilla y listo. Que todo lo había simplemente soñado y era un día más donde mi única preocupación era elegir la siguiente canción del disco, nada más. No maletas, no Estados Unidos, no besos sorpresas, no llantos por la noche, nada.

Hasta que mis cosas tiradas en la puerta de la sala me hicieron saber que todo aquello había sido real. Suspiré resignada.

Seguí caminando hacia la cocina y me encontré a Violeta partiendo un poco de fruta para las dos. Vestía alguna de mis camisas largas, la cual cubría casi la totalidad de su cuerpo. No quería pensar en nada más que en esa imagen. Caminé hacia ella y sin decir nada la abracé desde atrás, rodeé sus caderas y recargué el rostro sobre su hombro mientras mordisqueaba por encima de la tela de su blusa, algo más físico que un beso cualquiera.

– Buenos días, guiri dormilona. – Dijo Vio mientras escondía una sonrisa.

– Te metes de polizona en casa, me abrazas hasta quedar dormida y ahora me haces el desayuno, ¿Acaso tengo a la mejor novia del mundo yo? – Pregunté con una sonrisa, el huracán había terminado y aunque los escombros seguían rodeándonos, decidí ignorar el ruido.

De golpe Violeta dejó el cuchillo a un lado y se giró para rodear mi cuello con sus brazos, en segundos la tenía contra la barra de la cocina mientras se abrazaba a mí.

– ¿Novia? A ver amore, que yo no te he escuchado pedirme nada, y si piensas que te diré que si ahora estas muy equivocada.– Pero contrario a sus palabras fue regalándome un hilo de besos cortos.– Mira que para unas románticas del romanticismo tendrás que esforzarte mucho más que unas lagañas de recién despertar. – Bromeó entre risas.

Reí sobre sus labios, y afirmé dejando otro beso en los ajenos, esta vez uno más largo. Entreabrí la boca y busqué su lengua mientras ella se aferraba a mí. Poco a poco las manos que tenía en sus caderas fueron bajando hacia su culo, mismo que atraje un poco más. Mordí suavemente su labio inferior y la miré a los ojos.– Vale, te lo pediré a lo grande, correré a una estación de radio y le gritaré a todo el mundo que Violeta Hódar es mía. ¿Mejor? – Viví afirmó arrugando la nariz con una sonrisa.

– Mejor.

Volví a buscar sus labios, esta vez con total intención de olvidarnos de todo pero el sonido del celular sobre la mesa me hizo desviar la cabeza y bufar con frustración, no podía tener tan mala suerte. Vio se separó dejando un beso en mi frente.

– Anda, que yo acabo con la fruta, que si no puedo terminar de hacerte el desayuno, he fracasado como casi-novia. –Bromeó mientras me miraba acercarme al teléfono. Lo tomé y la pequeña calma que había tenido volvió a huir para darle paso a un vuelvo en el pecho.


                    Junta Universal Hoy 5:00 PM


Cerré los ojos, otra vez el golpe de realidad, ¿En qué momento había aceptado firmar todas esas hojas? Maldita impulsividad.

Como si Vio pudiera leerme la mente, se acercó a mí y me quitó el celular para dejarlo a un lado. Me tomó del rostro y con su sonrisa más profunda habló.–  Ya me lo imagino...Kiki, ve, escucha y deja de ser una guiri testaruda. Yo no me voy a ir a ningún lado.

Gruñí, ese era el problema, que ella no se iría. Lo haría yo.

En un arrebato por acallar ese miedo volví a su boca con intensidad. Pude sentir la sorpresa con la que la tomé pues terminó dando un par de pasos hacia atrás antes de corresponder con el mismo frenesí. Poco a poco la respiración de ambas se iba agitando mientras intensificaba el beso para buscar su lengua y recibirla con la propia.

Con desesperación fui desabrochando cada uno de los botones de su blusa hasta dejarla completamente abierta y darme cuenta que no tenía nada bajo esta. Con la yema de los dedos recorrí su piel bajo la tela y cubrí ambos senos con las palmas abiertas, usando los pulgares para rodear sus pezones que ya estaban erizados por la intensidad del momento.- Kiki...-Sabía que ella estaba intentando hacerme pensar con claridad, controlando mi arrebato desesperado de quererla, de sentirla, de tenerla.

Pero yo no la dejé. Negué con la cabeza y pellizqué uno de sus pezones robándole un suspiro de placer. La empujé nuevamente contra la mesa y sólo me separé unos segundos para recuperar el aire mientras la miraba a los ojos. Podía sentir la excitación en ellos, el deseo de ambas por dejarnos llevar en ese momento. – No quiero pensar, Vio. – Confesé, y ella en vez de luchar con mi irracionalidad, decidió bailar con ella.

En un arranqué volvió a mi boca y esta vez no ofreció tregua alguna, atrapó mis labios en un beso pasional buscando con velocidad deshacerse de mi ropa. Yo por mi parte terminé por dejar caer la blusa que segundos antes había abierto. Ladeé el rostro en búsqueda de su cuello y lo recorrí con intensidad, lamí su piel desde el hombro hasta su clavícula, apreté sus caderas contra las mías mientras ahora era ella quien elevaba el resto de ropa que me quedaba, dejándome en igualdad de condiciones.

– Kiki, por favor..- Suplico con necesidad, nuestros cuerpos chocaban uno con el otro provocando que nuestros pechos quedasen presionados entre sí. El rocé de nuestros pezones y la forma en la que chocamos con la otro nos robó un par de jadeos combinados. La tomé de las caderas y de un saltó se sentó sobre la mesa abriendo las piernas para poder recibirme entre ellas. Rocé su rostro y sin esperar más agaché el propio para recorrer su cuerpo con la boca. Lamí su cuello, caminé por sus senos rodeándolos con la punta de la lengua y rápidamente colé los dedos bajó sus bragas. Sólo lograba escuchar palabras en la lejanía, entre mi nombre, ruegos y un par de regaños, palabras que se combinaban con la desesperación de su cuerpo pidiéndome más. Me deslicé entre sus pliegues vaginales y me empapé de ella a la par que empujaba los dedos en su interior de golpe. Primero el índice, luego el anular. Uno tras otro intercalado penetrándola sin clemencia alguna.

Vio llevó ambas manos por detrás de su cuerpo para sostenerse de la mesa mientras se dejaba deshacer por mí, al haberse arqueado de esa forma dejó sus senos nuevamente alzados hacia mi boca y volví a ellos. Hundí el rostro entre   mientras seguía jugando con mis dedos en ella, con el pulgar acompañando el resto al acariciar su centro con frenesí. Podía escuchar el choque de sus jugos con el movimiento de mis dedos follándola mientras ambas respirábamos con agitación. A diferencia de otras veces, en esta podíamos sentir la desesperación con la que la hacía mía. El cómo no podía detenerme de devorar su cuerpo, de golpear su centro una y otra vez mientras ella sólo disfrutaba ,jadeaba y pedía más.

En un último grito pude sentir el baño escurrir mi mano y mi rostro agotado se dejó vencer contra su cuerpo. Por suerte Vio me sostuvo, aferró mi cuerpo con sus piernas y me recibió entre sus pechos mientras me mantenía inmóvil, intentando las dos recuperar el aliento de alguna manera.

– El desayuno... - Dijo agitada, intentando no tocar el hecho que prácticamente la había hecho llegar con una intensidad que, hasta la fecha, ambas desconocíamos.
– El desayuno. – Repetí tomando uno de sus pezones con los dientes suavemente y cerrando los ojos volviendo a recuperar mi raciocinio, sintiendo su cuerpo vibrar ante la sensibilidad que había dejado en ella.

Ninguna de las dos volvió a tocar el tema. Entre nuestros silencios, jadeos y orgamos ambas sabíamos la respuesta.

Tenía que irme.  


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Pues nada, estoy
estoy descansa
-ndo la voz

Espero sus comentarios y recuerden KIVISMO O BARBARIE.

Volver a Ti - KIVIWhere stories live. Discover now