(CW) I wanna be yours

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Content warning: Este capítulo contiene escenas no aptas para menores de edad, y están escritas con total respeto y cariño, es una ficción y por lo tanto lo trataremos como tal.

POV Chiara

El beso entre ambas era una descarga de enojo, de dolor combinado con frustración liberada, una guerra donde ninguna de las dos tenía idea de quien iba a salir victoriosa. Violeta sujetó mí cadera y me atrajo más a ella mientras jalaba su cabello con frenesí. Buscaba su lengua en el interior de sus labios. Raspé los dientes con su labio inferior y lo jalé mientras caminábamos hacia atrás chocando con la cama y finalmente dejándonos caer en el colchón. No podía pensar con claridad, desde que sentí el sabor de aquel beso sabía que quería todo lo opuesto de lo que le había dicho. La extrañaba, la necesitaba.

Se podía sentir el desespero entre las dos, la torpeza con la que intentaba buscar el cierre de su estorbosa chamarra. Ella por su parte no se quedó atrás, apenas tuvo oportunidad desvió el rostro hacia mi cuello recorriéndolo con la punta de su lengua. Mierda. Cerré los ojos soltando un gemido de placer y suspiré cuando sus dedos se colaron bajo mi pijama, rozaron la piel de mi cadera hacia el ombligo y comenzaron a bajar la tela de los pantalones de pijama.- Vio..-Susurré, lo quería, lo quería tanto.

Violeta se negó a que siguiera hablando, intensificó el beso y su mano que antes estaba en mi cadera ahora se escondía bajo la tela del pantalón, ambas habíamos estado jugando con fuego la noche anterior por lo que entendía que no iba a esperar mucho, y así fue. Sentí el golpe de sus dedos rozando la tela de mi ropa interior. Gruñí mordiendo mi labio inferior y llevé la cabeza hacia atrás, sentía como deslizaba sus dedos provocando que mis bragas se hiciesen agua.

Cómo pude volví a lo mío, retire la chamarra con su ayuda y la aventé a un lado notando como literalmente sólo tenía que pelearme con unas bragas y una blusa transparente que poco dejaba a la imaginación pues sus pezones endurecidos se asomaban sin cuidado alguno. Acerqué el rostro a uno de ellos y lo cubrí con la boca por encima de la blusa, empapando la misma con la lengua mientras lo rodeaba y disfrutaba el sonido que emanaba la peliroja al sentirme. Con velocidad tomé la tela de la blusa y la elevé para aventarla al suelo, esta vez cubrí nuevamente su pecho desnudo con la boca. Lo rodeé en círculos, lo mordí con suavidad y lo jalé con los dientes mientras rebotaba al dejarlo ir y la peliroja sobre mí dejaba escapar un chillido de placer.

- CHIARA. – No pude evitar soltar una risa divertida ante aquel ¿regaño? ¿gemido? No sabía que nombre ponerle. Simplemente nos giré sobre la cama y comencé a mover las caderas, se sentía tan bien chocar contra sus dedos a un ritmo contrario. Vio removió las bragas a un lado y finalmente pude sentir el tacto de sus dedos contra mi carne húmeda y caliente, sentí el deslizar de su mano y como pude la ayudé deshaciéndome del pantalón para finalmente quedar desnuda para ella. La miré a los ojos y sonreí, ella hizo lo mismo. Ahí estaba la conexión de siempre pero convertida en fuego. Llamas que no se apagarían y una fuerza que nos quitaba el aire.

Me dejé caer sobre su cuerpo sintiendo el roce de sus pezones con los propios mientras sus dedos se adentraban en mí de golpe. Gemí pero no detuve el movimiento de mis caderas. Busqué abrir sus piernas con la propia y me colé entre ellas mientras mi boca buscaba la ajena una vez más. Nos enredamos una con la otra mientras me follaba a su gusto y merced, sus dedos danzaban en mi interior sin pudor alguno. Por segundos tuve que bajar la mano para detener el frenesí con el que movía la ajena y así poder sostener su muñeca para obligarla a parar. Sí seguía así me haría llegar tan rápido que no podría disfrutar de lo que realmente quería hacer. Me detuve unos segundos para mirarla, se mordía los labios, sus ojos color canela fijos en mis boca, misma que le regalaba la sonrisa más honesta, y también la más traviesa. Llevé sus dedos mojados a mi boca, los cubrí con los labios y delinee la textura de sus yemas con la lengua arrastrando los jugos que se había robado de mi propio placer.

Te mato. –Soltó en un suspiro y por mi mente repetí "te mato, te mato" entre risas. La besé rápido, y fui bajando, cubrí el camino de sus entrepechos con la boca de manera lenta, lamiendo su piel caliente, recorriendo su ombligo desnudo con besos húmedos y llegando a su pelvis donde solté un soplido de aire frio contra su centro caliente, sonriendo victoriosa al verla retorcerse en la cama. Sentí su diestra aprisionando mi rostro entre sus piernas y la miré desde abajo.- Vivi...te quiero. –Solté como impulsó, la peor cosa que puedes decir en un momento así pero a la mierda la lógica, y todo lo demás. Apegué mi rostro a sus pliegues y lamí, arrastré todo el líquido de su cuerpo y profundicé mientras acompañaba con los dedos. Podía sentir el disfrutar de sus gemidos, de sus maldiciones y la forma en la que me sujetaba el cabello con rabia. Todo me daba igual si podía tenerla así, todo me daba igual mientras fuéramos nosotras.

Su cuerpo se retorcía en la cama mientras suplicaba por mí, suspiré y al sentir lo cerca que estaba volví a subir entre risas. La miré nuevamente mientras me giraba hacia ella, entre su enojo Violeta sujeto mis caderas y me apegó a ella con su rodilla presionando mi centro y acortándome cualquier suspiro.- TE MATO. – Repitió para entre risas volver a mis labios y dejándome saber que a partir de ese momento ella sería quien llevaría el control, y yo simplemente me dejaría ser hasta que explotase con su nombre entre mis labios.

Así consistió el resto de la mañana, amenazas de muerte, regaños, suspiros, jadeos, confesiones imprudentes de amor, un baile de emociones que llevaron su nombre en más de una ocasión.

  3 PM

POV Violeta.


Kiki se había dormido una hora atrás y no había tenido el valor de despertarla. Tenía su rostro sobre mi pecho por lo que yo jugaba con su cabello pelinegro mientras dejaba pequeños besos en su frente. Aquella mañana había sido mucho más de lo que había llegado a imaginar. Durante mucho tiempo llegué a pensar que nunca pasaría, que había tenido una sola oportunidad en la vida pero ahora estaba ahí con una guiri agotada sobre mi cuerpo, abrazándose a mí como si en algún momento me fuese a ir. ¿Cómo le hacía entender que nada haría que me fuera esta vez? Que no tenía porque tener miedo, que la historia no se iba a repetir.

– ¿Qué hora es? – Susurró adormilada, ni siquiera capaz de abrir los ojos.

Solté un suspiro y miré al reloj, no quería hacerlo pues aquel día era la Gala 0 y lo que menos necesitaba era tener a todo mundo preguntándome lo de anoche. Yo sólo quería quedarme encerrada en esa habitación con Kiki, que nadie tocara la puerta y quedarnos toda la vida así.
– Las 3. Tenemos que estar en Plató en una hora. – Respondí besando su frente y finalmente encontrándome con sus ojos verdes cuando alzó el rostro y me miró. Dios, era un ángel, en todo sentido de la palabra. – Te ves hermosa así ¿sabes? – Kiki sólo rió avergonzada y volvió a esconderse en mi cuello.

– Cállate.
– No quiero. – Y mordió el pulso de mi cuello haciéndome soltar un suspiro de placer.– KIKI.
– Vio.. ¿Te quedarás cierto?

No podía negar que preguntarme eso dolía, pero entendía que dudara de mí, me había ido tantas veces que pensar que por fin íbamos a estar juntas parecía un sueño. La tomé del rostro con ambas manos y la miré a los ojos. Si algo tenía completamente claro es que no habría forma de alejarme, ni aunque yo lo quisiera. Ella era mi alma gemela, un imán del que tantas veces había intentado huir y con toda fuerza me atraía nuevamente.

– Me quedaré, y si un día no es así, prometo volver a ti. – Le aseguré con una sonrisa.

Se abalanzó a mí y entre risas nos tardamos otra media hora en estar listas, por razones que en esos momentos declaraba fuera de mi absoluto control.

7 PM

SIN PDV

Tanto Chiara como Violeta llegaron a Plato juntas, habían decidido no decir nada ese día, habían muchas cosas que estaban por suceder. No querían que los focos se volcaran a ellas, era el momento de la nueva edición, el estreno de 18 personas buscando el sueño. Ellas lo habían vivido, esos nervios por quedar dentro, esas ganas de que todo saliera bien, podían ver a los nuevos chicos platicar entre ellos pero mirándolas a lo lejos. Tinet les había prohibido acercarse a ellos para no darles información estando tan cerca de entrar así que sólo les quedaba dedicarles sonrisas y saludos en la distancia.

– Tantos recuerdos, me pega la nostalgia. - Dijo Chiara mientras los observaba y caminaban hacia los camerinos.
– Lo sé, pero todo saldrá bien.
– Estando tú, me la pela si no es así.

POV Violeta


Reí ante las palabras de Kiki, esa soltura con la que hablaba, lo bien que se sentía saber que esta vez era mía, en todo sentido de la palabra. Sentí unas ganas de besarla en ese momento pero tuve que controlarme, no era la hora ni el lugar. Solté un suspiro y negué con diversión hasta que a lo lejos visualicé a Becca ensayando con el resto de bailarines.

– Kiki, tengo que hablar con Becca, explicarle todo, ¿ahora vengo sí? – El puchero de la guiri me hizo reír, a veces podía tener el carácter de un huracán categoría 5, y otras como ahora, era una niña pequeña a la que necesitaba proteger con la vida misma.
– Ya bueno, después de la gala. – Acepté con una sonrisa. Kiki sostuvo mi mano entrelazando los dedos y me jaló hacia uno de los cuartos más pequeños del plató. Cerró con seguro y me miró acariciándome el rostro.
– Te quiero.
– Te quiero.

Nuestros labios volvieron a encontrarse y nos perdimos unos minutos del resto de la gente. Por fin era plena, no necesitaba nada más. Lo único que quedaba era dar la gala de nuestras vidas, cantarnos cara a cara, aclarar cualquier tema que hiciera falta con Becca y luego huir a Madrid.

Ahí todo comenzaría de verdad, ella y yo.


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Un poco de tregua porque sino dicen que les hago sufrir mucho, Espero lo hayan disfrutado. ;)

Espero sus comentarios porque un buen escritor (que no lo soy, sólo me gusta el ocio) no es nada sin quien le lea.... y recuerden KIVISMO O BARBARIE.

Volver a Ti - KIVIWhere stories live. Discover now