Capítulo V

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5-Negociaciones.

Asia Kozolov.

¡niña!—¿Me acabas de llame niña?—pregunto indignada mirándolo fijamente.

—pués eso es lo que eres, una niña—responde sin más.

— pués está niña ahora te va a decir una cuántas verdades imbécil—hablo exaltada.

Todas las miradas se centran en nuestra discusión, el señor Petrova no sabe ni dónde va a meter la cara, los demás chicos Petrova incluyendo mis hermanos no saben, si reírse o quedarse callados.

—mira imbécil —lo señalo—por mucho que necesitemos de su ayuda, no te voy a permitir que me faltes el respeto, además, nadie te obligó a venir aquí, que yo sepa esta reunión era con el señor Vladimir Petrova, no Nikolai Petrova, así que si estás muy cansado, hostinado y se te está acabado la paciencia, te invito a irte, allí está la puerta, puedes irte confiado que nadie te va a parar, no te van a obligar que te quedes— termino de hablar, mi pecho está ajitado y mis manos están en puño, hablo una vez nada más y ya me colmó la  paciencia.

Se levanta de la silla bruscamente y se dirige hacia donde yo estoy, su mirada choca con la mía, al igual que su cuerpo, sus zapatos están pegados a los míos, nuestras narices se rozan, siento su respiración, la cuál está tan ajitada como la mía.

—sonríe—niña, vine porque me salió del puto pene, los negocios que tienes que hacer con mi padre, lo tienes que hacer conmigo—sus ojos conectan con los míos—sonríe—ya que la empresa Petrova, ya no es de mi padre sino mía.

Me tenso.

¡Mierda!¡Esta boca que tengo, algún día me buscaré un gran problema por ser bocazas y no quedarme callada.

Este me da la espalda y vuelve a su respectivo aciento.

—A partir de ahora, lo que tengas que decirle a mi padre, me lo dirás a mí—habla mirándome—al fin y al cabo, yo soy el jefe, y tú —me señala con el bolígrafo que tiene entre sus dedos—hace falta que muestres más respeto a partir de ahora, recuerda que tú eres la que me necesitas, no yo de tí, de acuerdo—pregunta.

—esta bien—siseo entre dientes.

—Ahora vamos a volver a lo más importante, dime que nos tienes que ofrecer a mí y a mi empresa, espero que sea algo valioso, como dije antes, no creo que haya venido aquí para perder el tiempo.

—maldito—susurro para mí.

—dijiste algo—pregunta.

—nada, mejor empezemos ya, mientras más rápido acabemos mejor.

—de acuerdo, puedes empezar.

—Bien, como ya les dije anteriormente nuestra empresa está al borde de la quiebr..

—Al punto niña, no repitas lo que ya sabemos—me interrumpe el muy desgraciado.

—lo miro —esta desición la debería haber tomando con tu consentimiento Alev— me giro hacia mi hermano mayor—pero como te has dado cuenta  la empresa está pasando por una crisis y ya no hay tiempo, el trato es el siguiente.

—miro a Nikolai—te ofresco el 25% ,de mis acciones, y el 50%, de las acciones de la empresa que se encuentra en Moscú.

Nikolai se queda mirándome y pasa sus largos dedos por su negros y sedoso cabello.

—De acuerdo, pero tú hermano tendrá que trabajar con mi hermana menor Ekaterina Petrova.

—miro a Alev—¿Estás de acuerdo?—le susurro.

—todo por la empresa hermanita, aunque esa familia no me cae muy bien lo haré por tí—me dice en el oído.

—sonrío—gracias—le doy un beso en la mejilla.

Nikolai al ver lo ocurrido, rueda los ojos y bufa.

¿Tendrá complejo de búfalo?
Es que desde que llegó no se ha cansado de bufar.

—Bien ¿Dónde están los papeles que hay que firmar?

—Sara—llamo a mi secretaria.

—diagame señorita— habla esta.

—puedes traer los documentos que se encuentran en mi escritorio.

— claro señorita—responde, para así salir de la sala de juntas.

Al minutos entra Sara con los documentos que le pedí en la mano.

—gracias—le digo—ya puedes retirate.

Saco los documentos del sobre y se los entrego a Nokolai.

—Ya están firmados por mí, solo falta la firma de mi padre, la del señor Vladimir y la suya, puedes leerlo con calma, si hay algo que no te gusta me lo dices y pido cambiarlo.

Sin dejar de mirarme toma el bolígrafo y firma pasándole la hoja a su padre y luego al mío.

—No tengo nada que leer, confiaré en tí, pero, si algo sale mal, eres tú la que se va a joder, no yo—me mira con autosuficiencia.

—Bien— Nikolai se para de  su aciento — ha sido un placer hacer negocios con ustedes.

El señor Vladimir Petrova se hacerca hacia donde estoy y me da la mano —señorita, fue un placer conocerte y hacer negocios, espero que podamos negociar más seguido.

—gracias, igualmente—sonrío.

Sin despedirse el estúpido de Nikolai se larga al igual que los que lo acompañaban.

Al fin paz y tranquilidad.

—Adios, padre —lo miro.

— está me las pagarás Asia—habla enfurecido.

—en serio, mira que desde hace mucho ya no te tengo miedo, el respeto que me tenía se acabó el día que le golpeaste delante de todos ellos, tú empezaste con esto, ahora no te arrepentas.

Tomo mis cosas y salgo de ese lugar, cuando llego al estacionamiento, está toda la familia Petrova reunida allí.

En eso mi teléfono suena.

Llamada de mi boxeadora favorita.

—Dime Diana¿Qué cuentas?

—¿Te apetece correr hoy?Los Jonson vendrán.

—por supuesto que sí, ese imbécil de que me las paga, me las paga.

—Bien a las 8:00pm en el panteón.

—bien, te veo allí.

Termina la llamada.

—No vas a ir a correr verdad.

—¡Joder Alev!¿No ves que me asustaste tonto?

—¿No vas, verdad?—vuelve a preguntar.

— Sí, sí voy.

—¡No!—grita, ocasionando que los Petrova fijen su mirada hacia donde estamos.

—si voy, y no hay discusión.

—pense que ya lo habías dejado—susurra.

—es lo que me gusta Alev, ni por tí, ni por nadie dejaré de ir.

—De acuerdo, pero si sucede algo, por favor llámame.

—si, no te preocupes.

Se acerca a mí, y me da un beso en la frente.

—hasta luego.

—adios.

Me despido y entro al auto para así dirijirme  a mi apartamento, paso por donde están los Petrova y siento la mirada penetrante de Nikolai en mí, paso por su lado cerrando la ventanilla de cristal.

¡¡En tu cara imbécil!!

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Beso.

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