Narra Lana
Llamé a una cercana amiga, Taylor, quien tenía una estrategia sólida: si Billie puede involucrarse con otras personas, ¿por qué no yo?Siempre he sido propensa a relaciones breves, una vez que el aspecto físico perdía su brillo, la persona dejaba de captar mi interés.
No entiendo qué me sucede; me siento traicionada, envuelta en una amalgama de ira y celos, emociones que no experimentaba desde hace años.
—Esas dos han estado hablando sin parar.— Shaw entra en mi habitación sin llamar.
—Me has dado un susto.—dije, llevándome una mano al pecho.
—Lo siento, pero ya no aguanto a la pareja de abajo.—comentó él, sin sorprenderme.
—¿Qué te preocupa?—preguntó Shaw al ver mi expresión.
—Nada.— respondí de manera brusca.
—¿Podrías dejar de fingir que no te ha afectado ver... ya sabes? —Lamento haberle confiado a Shaw mis sentimientos por Billie. Quizás no fue la persona adecuada.— Shaw se sentó a mi lado, intentando reconfortarme de alguna manera.
—Sí, ya me he dado cuenta.— nos quedamos en silencio por algunos minutos.—Me vengaré. Invité a Taylor, recuerdo lo celosa que la pone y me fascinará verla retorcerse de celos. Yo no puedo reclamarle a Billie ni ella a mí.— finalicé con una sonrisa.
—Bueno, todo bien, pero no estoy segura de si Taylor se atreverá a hacer eso. Sabes que son buenas amigas.—comentó.
—No importa, la obligaré.— respondí decidida.
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Escuché a alguien llamando a la puerta,seguramente era Taylor.
Regresé a la sala donde Billie y Ariana ya actuaban como si nada hubiera pasado. Continué caminando y llegué a la puerta.
—¡Taylor!—me acerqué a mi amiga.
—Lana, gracias por invitarme.— respondió mientras entraba y la guiaba hacia mi habitación.
—Chicos, vuelvo enseguida; tengo algo importante que discutir con Taylor antes de continuar jugando.—sentí la mirada intensa de Billie sobre mí.
La llevé a mi dormitorio y nos acomodamos para hablar tranquilamente.
—Sabes que te quiero mucho, ¿verdad?—era mi manera habitual de iniciar cuando necesitaba un favor.
—¿Qué necesitas esta vez?— preguntó con una sonrisa, consciente de que le pediría algo.
—Bueno, ¿te importaría ayudarme a hacer que alguien se ponga celosa?— guiñé un ojo como señal afirmativa.
—Claro, ¿y a quién se supone que vamos a poner celosa?— preguntó con curiosidad, arqueando una ceja.
—¿Recuerdas lo que te conté sobre Billie?— ella asintió.
—Sí, me dijiste que todo iba bien.— rascándome la nuca incómoda.
—Sí, todo está bien, solo que se besó con otra persona.— mentí, sin contarle lo que realmente había sucedido.
—¿Se besó con alguien más?— exclamó como si quisiera que toda la vecindad lo escuchara.
—Baja la voz.— susurré esta vez.
—No puedo creerlo, de ella no me lo esperaba.- parecía sorprendida.
Yo también lo estaba. Cualquier mujer con la que antes me había acostado podría haber sido capaz de eso, pero de Billie fue un golpe bajo. La había imaginado como alguien sincero y seguro de sí mismo. Me sentí decepcionada y ahora estoy confundida. No sé qué somos exactamente, si seguiremos siendo amigas con derechos o lo que sea que hayamos sido.