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Narra Billie
Despierto abruptamente y observo a mi alrededor, notando la presencia de diversas personas y un tono agudo perturbador resonando en mis oídos.

Ellos me observan y aplauden; este lugar no es mi habitación.

¿Qué hago aquí?

Empiezo a sentirme desesperado y me falta el aire.

Corren hacia mí nuevamente y colocan algo sobre mi nariz antes de que mis párpados vuelvan a sentirse pesados.

(***)

Me levanto, pero esta vez me siento mejor y escucho los murmullos de las personas a mi alrededor.

—Ella ya está estable —logro entender a lo lejos.

—Tendrá que estar en observación —escucho decir a un hombre.

—Dejemos que descanse un poco, luego volveremos —comienzan a alejarse.

—Disculpe —trato de llamar la atención de alguno de ellos.

Se giran y me miran; uno de ellos se acerca hasta llegar frente a mi camilla.

—¿Se siente bien? —pregunta, observándome para asegurarse de que todo está en orden.

—Sí, sí, solo que... ¿cómo llegué aquí? —digo, notablemente confundida.

—Su pareja la trajo. Está muy preocupada por usted —me siento aún más confundida.

¡Lana!

—¡Oh!.. sí, sí —respondo como si lo recordara.

—¿Alguna duda más? —pregunta.

—No, gracias —me recuesto sobre la cama y le doy la espalda.

Han pasado solo cinco minutos y siento que me muero de aburrimiento. No sé qué haré el resto del día.

Escucho la puerta abrirse, pero no presto atención, segura de que es uno de los enfermeros que vienen a revisarme.

Escucho sollozos y rápidamente me giro. Es Lana.

No quiero verla. ¿Cómo se atreve a entrar después de todo lo que hizo?

Qué hipócrita es; después de todo, ella termina siendo la víctima.

(***)

Mi familia vino a visitarme, lo cual sinceramente me alegró.

—Tenemos algo que decirte —dice mi madre, tomando mis manos.

—¿Qué sucede? —comento asustada.

—El video —frunzo el ceño.

—¿Cómo saben del video? —No creo que Lana haya tenido el descaro de contarles a mis padres lo que hizo.

—Es eso lo que queríamos decirte, está en todas partes —"Está en todas partes".

Esas palabras resonaron en mi cabeza. Siento náuseas y malestar; no puedo soportarlo y corro al pequeño baño para vomitar.

Me siento avergonzada, como si me estuvieran viendo la cara de estúpida, como si Elizabeth y Gillies se burlaran de mí.

Las manos de mi hermano se posan en mi espalda, frotándola suavemente.

—Calma, todo está bien, ¿sí? Ella no te merece —Finneas trata de consolarme, pero no puede.

—No, no sabes, me están dejando en ridículo —me siento en el frío suelo del baño.

—Sé que no puedo entender completamente lo que sientes, pero ya estoy arreglando esto. Ya hablé con la prensa y están eliminando el video —su brazo rodea mis hombros y me abraza—. Te juro que la voy a matar —expresa con cierto tono de ira en su voz.

Solo escucho a mi hermano tratando de hacerme sentir bien, pero a pesar de todos sus esfuerzos, no me siento mejor.

(***)

Mis padres y mi hermano se han ido. Sé que tienen cosas que hacer, pero estar sola me deprime aún más.

Narración de Lana:
Sé que Billie no quiere verme ni en pintura, pero necesito verla y estar cerca. No creo que sobreviviré si ella me odia.

Llamé a todas mis amigas y les pedí que vinieran a visitarla. Billie estaba sola porque nadie sabía que ella estaba mal.

El sonido de los tacones me resulta familiar. Sí, esa no puede ser otra que Taylor, con su inconfundible estilo. Ella me ve y corre a abrazarme.

Luego veo al grupo acercarse a mí.

—Lamento todo lo que está pasando —dice Taylor, abrazándome aún más fuerte.

—No sé cómo pudo ser capaz de publicar un video íntimo para burlarse de Billie —Ariana habla, pero en realidad, me vuelve loca de rabia.

—Sí, pero al final, la culpa es de ambas —Dua dice la verdad, haciendo que todas volteen a verla—. ¿Qué? —responde con obviedad.

—Tiene razón —me golpeo la cabeza contra la pared, arrepentida.

—Eres tonta —Ariana está completamente en mi contra.

¿Qué demonios hace ella aquí?

No debería estar con su esposa, o ex esposa, controlando el escándalo que se está formando.

—Cállate —la miré enojada.

Ella se queda callada, mirando sus pies.

—Emm, mejor vamos a ver a Billie —interviene Camila nuevamente.

Todas asienten, tratando de salir del incómodo momento en el que nos encontramos.

—Ella está aquí —señalé la habitación frente a nosotros.

Empujo la puerta y me encuentro con Billie, sentada viendo algún programa en el viejo televisor.

Su mirada se dirige a las chicas que corren a abrazarla.

—¡Hey! ¿Cómo estás? —Dua le pregunta con humor.

Sabía que Dua estaba del lado de Billie; parecían haber desarrollado una confianza desde hace algún tiempo.

—Me están aplastando —Billie dice con dificultad.

—Sueltenla, chicas —se retiran poco a poco, riéndose del momento.

—¿Qué hacen aquí? —pregunta Billie entre risas.

—Vinimos a visitarte —responde Taylor amigablemente, tratando de mantener el humor en el ambiente.

—Gracias por venir. Ya estaba aburrida, me iba a volver loca. La soledad es increíblemente triste.

—No te preocupes, te visitaremos hasta que tu rehabilitación termine —Camila se sienta a su lado.

—Sí, se los agradezco. ¿Podrían hacerme un favor? —pregunta Billie repentinamente.

—Sí, cuenta con nosotras —responde Ariana.

—No le digan a Gillies que estoy internada. Pensará que se salió con la suya. Es la segunda humillación más grande de mi vida; la primera ya saben cuál es —siento las miradas sobre mí.

—Tranquila, no diremos nada —Dua toma su mano y le habla con confianza.

—Gracias —concluye Billie con una sonrisa.

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ENTRE LAS DOS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora