después del amor ㅡ kookgi

VEINTE

El cristal que separaba la habitación de los recién nacidos con el exterior, le permitía ver completamente a todos, pero su mirada estaba fija en aquel bebé que dormía plácidamente, incluso si había llantos a su alrededor.

Jungkook, apenas le avisaron que Yoongi estaba dando a luz, salió corriendo de la oficina para ir al hospital al que había sido llevado con urgencia.

Su instinto, lo había obligado a actuar. Y ahora estaba ahí, de pie, mirando a su cachorro.

—No lo veas como si fuera un extraño, Jeon, ¿quieres que te recuerde que lo hiciste tú mismo?

El alfa ni siquiera se inmutó al escuchar la voz de su progenitor. Sus padres estaban en el hospital.

—¿Qué hacen aquí?—habló fríamente, sin apartar su mirada del bebé.

—Heejin nos dijo que el cachorro había nacido ya.

El pelinegro sonrió amargamente.

—Mi hermana recibió la llamada.—puso las manos dentro de los bolsillos de sus pantalones.—¿Qué quieren?

—¿No podemos visitar a nuestro nieto?—soltó con burla.—Si es que lleva nuestra sangre, ¿verdad?

—¿Qué mierda estás diciendo?

—Soy tu padre, cuida tus palabras, idiota.

—Yoongi no es un cualquiera.—defendió al omega.

—Eso no lo sé. Los chicos como él, pueden hacer muchas cosas para retener a alguien. Tal vez se dio cuenta de que se le iban a acabar los beneficios que tenía contigo y se pudo haber acostado con alguien más.

—Cállate.

—¿No es así?

Jungkook enfureció.

—Si fuera tú, yo no estaría aquí, tan tranquilo.—continuó diciendo el alfa mayor.

—Dije que te callaras.

Su padre rió por lo dicho.

—¿Te lo follaste mientras intentabas separarte de él?, ¿caíste tan bajo?

Y sin pensarlo, Jungkook le dio un puñetazo en el rostro a su padre.

El alfa cayó al suelo, por el golpe.

—Te dije, que te callaras, maldita sea.

Se dio la vuelta, y abandonó el lugar.

Simplemente, pasó a la recepción del hospital, para liquidar el total por el parto de Yoongi, y no volvió.

No lo hizo nunca más.

Así, durante mucho tiempo, permaneció alejado de su familia y de Yoongi.

Hasta que el destino se encargó de volver a poner, ambas partes de su vida, en su camino de nuevo.

HOY.

Con aburrimiento, Jungkook miraba al hombre que dirigía la junta esa mañana. El lápiz con el que jugueteaba, lo estaba cansando, así que simplemente lo depositó de vuelta sobre el escritorio y aclaró su garganta. Eso hizo callar a su empleado y todas las miradas fueron hacía él. Incluido Namjoon.

—Bien, dejémoslo hasta aquí. Mañana continuamos.—dijo poniéndose de pie.

—¿Lo posponemos para mañana?

—Eso dije.

—Pero señor, el itinerario-

—Sí, a la mierda el jodido itinerario. Mañana retomamos esto, ¿oíste?