CAPITULO 6

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Deniz

Con un humor de perros, llegamos a la oficina de Leonel con todos los documentos de propiedad de los clubes, "vine a componer las cosas y al final terminé empeorándolas". Bajo del vehículo y a mi par otro auto se detiene, es un Audi deportivo negro. Nadie sale y como los vidrios están polarizados me es imposible ver quien es.

—¿Deniz? —la voz de Celdric me hace verlo y camino hacia la entrada, "de seguro es algún cliente". Al pasar por todo el tramo siento la presencia de personas atrás que veo por sobre mi hombro. Un hombre y una mujer con capucha entran. La mujer es más baja que el hombre y por como el guardia baja la cabeza al saludarla supongo que debe ser alguien importante.

—Bienvenido León —saluda Leonel —me agrada que seas hombre de palabra —Celdric se coloca a un lado de la puerta mientras que yo dejo caer todos los papeles en el escritorio que hay.

—Todos los títulos de propiedad de cada club que tengo aquí —Leonel revisa rápidamente los papeles y veo como su rostro muestra satisfacción. La puerta vuelve a abrirse y la mujer de la entrada entra, pero es el hombre que hay detrás que me hace quedar paralizado —estas vivo...—susurro y el antiguo hombre de confianza de mi hermano me mira serio.

—Es bueno verte saludable, Deniz —"¿saludable?", gruño y me le voy encima tomándolo de su ropa hasta estrellarlo contra la puerta.

—¿Dónde mierda estuviste? ¿Cómo pudiste traicionarlo? —lo agito —¡¿sabes si quiera lo que ocasionaste, maldito traidor?!

—Lo sé muy bien —gruñe tomándome de las muñecas y mostrándome también rabia —no fuiste el único que sufrió ese día, Deniz —bufo y lo suelto alejándome y veo hacia la mujer que aun mantiene el rostro oculto.

—¿Ella si quiera sabes que a la primera oportunidad la traicionaras? —vuelvo la vista hacia el notando como mis palabras le afectan —¿Cómo no tienes fidelidad más que por tu propio culo? —respira profundamente cerrando los ojos.

Joseph Kaiser era como un hermano para mí, pero ese día cuando supimos que nos había vendido con nuestros enemigos, mi aprecio se convirtió en rabia. "Se que no fue porque quisiera, pero..." —tienes todo el derecho de repudiarme Deniz, así que ódiame todo lo que quieras y créeme que cada día que ha pasado he vivido con la maldita culpa —hago mis manos puños de la rabia, "quiero golpearlo, pero eso no va a cambiar nada".

—¿Eso es todo? —interviene Leonel —que aburrido, creí que habría mas drama —lo veo sobre mi hombro de la peor manera —aquí tiene Todesengel —ese nombre me hace ver hacia la mujer que se acerca y toma los papeles, "¿una mujer?, ¿ella es la causante de todos mis problemas", ¿Quién ha estado matado a mi gente?". La mujer revisa los papeles que he traído, sin siquiera reparar en mí, Joseph se acerca a su lado derecho y ella le va entregando cada papel que ha leído. Veo hacia Celdric quien de forma silenciosa intenta moverse, pero la mujer de forma rápida dispara entre sus pies deteniéndolo.

—Te conviene no moverte Celdric —advierte Joseph mientras sigue leyendo —ella no es alguien a quien quieras enfrentarte.

—¿Estas apoyando que nos destruya? —pregunto.

—¿Por qué no lo haría? —quita los ojos de los papeles enfocándose en mi —tengo motivos suficientes para querer que la maffiya sea erradicada —escucho odio en sus palabras —y mas si esos dos están involucrados —la mujer no ha dejado de apuntar hacia Celdric quien tampoco le ha quitado la mirada.

—¿Y tú? ¿Cuál es tu motivo? —pregunto. La mujer baja su arma y me mira, o al menos eso creo ya que la capucha oculta sus ojos. No responde y solo vuelve la vista hacia los documentos, "me esta ignorando". Bufo —ya veo, solo sabe actuar por la espalda —espero alguna reacción, pero no hace ninguna, es más, quien tiene una reacción es Celdric cuando empieza a toser varias veces que termina en una rodilla.

ANGELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora