CAPITULO 20

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Celdric

Llegar a Turquía me produce un estremecimiento raro, uno que me ha tenido inquieto ya que no es normal que tenga este sentir y menos en mi propia tierra, "se parece a cuando llegue con Deniz a Rusia y vi al pakhan de la Bratva esperándonos". Aún tengo mis recelos con el relacionamiento con los rusos, "en esta vida las traiciones están a la orden del día", y no dudo en que, si le dan a elegir entre mi hermana o Deniz y su sangre, los preferirá sin dudarlo.

—Señor —baja la cabeza el guardia encargado en mi ausencia a la vez que me abre el auto. Una vez está a mi lado arrancamos hacia la mansión.

—Dame la situación actual.

—Cada jefe de familia ha estado trabajando diligentemente en sus respectivos negocios —habla —no ha habido ningún movimiento sospechoso en ninguna casa, mas salvo una visita que recibió el señor Aponte.

—¿Qué visita?

—Un ejecutivo que es inversor del hotel —responde —no pude saber más detalle ya que levantaría sospechas entre sus sirvientes y guardias.

—¿Y la señora? —pregunto por Dalia mientras le confirmo a mi hermana mi llegada a Estambul mediante un mensaje.

—Aún permanece en la casa del señor Aponte —llega a la entrada de la mansión —solo ha regresado unas pocas veces por ropa del bebé —bajo y los guardias se colocan en fila saludándome.

—Bien, quiero los informes de este mes de cada empresa, junto con los envíos por hacer y hechos —subo las escaleras y entro en la mansión caminando directamente a mi oficina —ordena a cada guardia reunirse en el galpón para una revisión de habilidades y que me entreguen por escrito el inventario de armas del almacén.

—Si señor —al sentarme veo que hay un sobre en mi escritorio —eso lo envió el abogado del señor Deniz —lo abro y el simple título me hace sonreír, "la sentencia de divorcio ya salió". Leo todo el documento en donde rectifica que el divorcio será todo un hecho de no presentar una anulación o retractarse él de la decisión, "tardará unas semanas más para que todo este dictado por ley, pero Deniz ya puede darse por hombre libre". Tomo mi teléfono para llamarlo y darle la noticia, pero el grito de Dalia me toma por sorpresa que dejo todo y salgo corriendo escaleras arriba.

"¿Ella está aquí?, ¿Por qué no me lo informaron?", tomo nota mental de reprender al guardia a cargo por omitir este detalle. Al abrir la puerta me encuentro a una Dalia de rodillas frente a una cuna vacía —¡¿EN DONDE ESTA MI HIJO?! —las sirvientas no tardan en aparecer para ayudarla, pero esta las aleja gritándoles que voy hasta ella y la agarro de los brazos.

—¡CALMATE CARAJO Y DIME QUE PASÓ! —le grito de una manera que se calla y veo la desesperación escrita en su rostro.

—Vine por ropa para Ahmed y volver donde mi abuelo —me explica —lo dejé solo unos minutos...—mira la cuna y vuelve a romperse que se aferra a mi pecho temblando muy visiblemente —no dejes que le pasé nada, por favor Celdric —"me ha llamado por mi nombre". Desde que me convertí en la mano derecha de Deniz ella jamás se ha referido a mi por mi nombre, siempre me ignoraba y hablaba directamente con Deniz sobre su molestia por mi presencia. La alejo y con los pulgares limpio sus lagrimas y la hago verme directamente.

—Lo voy a encontrar, descuida —miro hacia las sirvientas haciéndoles el gesto de que se retiren, una vez estando solos la vuelvo a mirar, "mierda, esto es malo". Observo todo el lugar buscando algo descuidado o faltante que me dé una pista por dónde empezar —¿escuchaste algo?, ¿Cuándo entraste había algo que no estaba antes? —Dalia niega mientras solloza.

ANGELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora