CAPITULO 22

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Deniz

La cabeza me palpita y despacio mis ojos se van abriendo encontrándome en una silla con las muñecas y piernas atadas, "estoy en el sótano". Intento liberarme, mas es inútil que lo único que consigo es lastimarme la piel —veo que ya estas despierto —la voz de mi padre me pone en alerta máxima. Paso a paso se acerca luciendo igual de impecable que siempre —te dije que no iba a durar mucho tu revuelta.

—¿Dónde está Amelia?

—Vaya, tu hijo esta secuestrado y lo primero que buscas es a esa mujer —respiro rápidamente no dejándome tentar por sus provocaciones —acaso, ¿el hijo de esa traidora vale más que el hijo que tuviste con tu esposa? —mis ojos se abren ante la mención de mi hija —sorprendido de que sepa tu pequeño secreto —me agarra del cabello jalándolo con fuerza imponiendo su cara sobre la mía —cuando creí que no podías ser más idiota, vas y la cagas aún más.

—Te mato si te le acercas —gruño y este me suelta haciendo tambalear la silla.

—No está en mis planes derramar mi sangre nuevamente —dice —si ese fuera el caso hace rato te hubiera matado —se pasea en frente mío —lo quiero en mis manos y así moldearlo como un verdadero Baruk —bufo sin poder evitarlo y lo miro con una sonrisa irónica.

—¿Un verdadero Baruk? —pregunto —tú no sabes ni siquiera lo que eso significa —me gira la cara de un manazo que resuena en toda la habitación.

—Los únicos que nunca supieron que significa eres tú y el traidor hermano —lo veo —Omer y tu eran mi orgullo, mis herederos, solo debían seguir mis pasos y tradiciones.

—También mear como tú, ¿no? —vuelve a darme una cachetada.

—¡SON BARUK!, ¡SANGRE DE SULTANES! —grita —¡NO PUEDEN MEZCLARSE CON CUALQUIER MUJERSUELA DE MIERDA! —mi cuerpo reacciona y lo embisto dándole un golpe en el estómago con la cabeza sin importarme si termino en el suelo en el proceso.

Mi padre me mira encolerizado —a Amelia la respetas —digo y este me patea repetidas veces.

—¡Eres un maldito imbécil!, ¡Mira como estas por esa mujer! —las patadas continúan hasta que la puerta se abre y este se detiene.

—Si sigues así no será apto para el procedimiento —la voz de Bernardi evita que me desmaye y veo como me mira desde arriba con superioridad —bienvenido de vuelta, León —mira a mi padre —ya está listo el equipo —con eso dicho mi padre se peina y me mira una última vez.

—Te corregiré así deba freírte el cerebro —sale y solo cuando estoy solo mi cuerpo empieza a resentir por completo los golpes, "tengo que salir y buscar a Amelia", como puedo me coloco boca arriba y cierro los ojos, "no me la dañarán, así muera en el proceso, Amelia y mi hija vivirán libres".

Amelia

Loa brazos me duelen, hace ya un buen rato que he despertado y por el piso de cemento sé que estoy en una de las jaulas de las fosas, "carajo, este lugar sigue oliendo a mierda así pasen mil años". El hombro me palpita, pero al menos ha dejado de sangrar, escucho una serie de pasos y cierro los ojos fingiendo aun estar desmayada. Los pasos se detienen, pero seguido a eso retumba un fuerte sonido en los barrotes —¡despierta perra! —"¿una mujer?", mi curiosidad gana y levanto la cabeza encontrándome con la mismísima Dalia Aponte —al fin puedo verte de nuevo —su ceño está fruncido —ladrona asquerosa.

—¿Ladrona? —pregunto —que yo recuerde no te he robado nada.

—¡Si lo has hecho! —golpea los barrotes —¡por tu culpa Deniz está siendo castigado! —otro golpe —¡por tu culpa nunca pudimos ser una familia! —la ira baña sus ojos azules y puedo ver un odio intenso hacia mi —¡TU Y TU JODIDA EXISTENCIA ESTAN ARRUINANDO MI VIDA! —una risa escapa de mí cuando suelta su queja y vuelvo la mirada al suelo.

ANGELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora