CAPITULO 19

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Amelia

Terminada la reunión quedamos solo Deniz, mi hermano, Joseph y el señor Iván con sus hombres o al menos eso es lo que se percibe a primera vista —creo que ya puedes salir de las sombras —miro hacia una esquina poniendo en alerta a los hombres. Una sombra se materializa tomando de igual forma por sorpresa a las meseras —me alegra que hayas podido asistir.

—Si la persona a la que tengo que proteger aparece en cada canal de noticias siendo tachada de asesina y la atrapan, mi reputación se mancharía —bufo sonriendo —aunque con todos estos hombres a tus espaldas —escanea a los presentes— mi intervención para limpiar tu imagen y la de tu mano derecha ha sido en vano.

—Ellos no tienen una deuda personal que cobrar con la Triada —digo —tu si, Clay Kingston —el hombre se va mostrando más, con el típico traje negro, a simple vista puede pasar por un empresario normal, pero entre sus ropas puede ocultar distintas armas que llevarían a una muerte rápida.

El señor Iván se acerca quedando frente a frente —tus hombres fueron los que recuperaron el cuerpo de mi hija y su pareja —este asiente y el señor Iván le extiende la mano, a lo cual Kingston responde, pero de sorpresa es jalado hasta que tiene muy cerca el rostro del señor Iván —hasta el momento tienes mi voto de confianza, rómpelo y esos asiáticos se convertirá en el menor de tus males —al soltarlo lo empuja que este trastabilla un poco, mas recupera la compostura rápidamente.

—Conmigo no tienen que desconfiar de un puñal por la espalda —dice —rechace la primera vez que solicitaron un trabajo contra la Ninfa cuando ella estaba viva, no voy a arruinarlo ahora que mi gente tiene un lugar fijo para trabajar por algo tan banal que el dinero —frunce el ceño —si bien asesinamos, tenemos códigos y reglas, no somos simples criminales de poca monta.

Camino hasta quedar al lado del señor Iván —Alemania será tu sede, pero tu prioridad y la de tu gente siempre será mi hija —este saca un rollo el cual desenvuelve y extiende en la mesa cercana, al acercarme veo una lista de nombre bastante larga y al lado hay huellas —los miembros activos de cada hombre y mujer de mi sociedad —corta un poco su pulgar y de igual forma deja su huella en el papel para después mirarme —todos ellos y los que se vayan uniendo, cuidaran de tu descendencia, reconociéndola como la única por encima de nosotros y regente de esta tierra —me entrega el rollo y yo lo tomo —somos tus armas, Amelia Topal al igual que tu escudo —veo el simple rollo, que por muy simple que parezca contiene un gran peso escrito en el —nuestro pago es la libertad de acción y la sangre de nuestro enemigo —lo miro —la Triada sangrará únicamente por nuestra mano —sus ojos grises son tan fríos como un glaciar que mi piel se enchina al sentir su enojo.

—La Triada es toda suya —este asiente y sin mirar a nadie más sube las escaleras abandonando las cuevas. Siento a Deniz a mi espalda que giro y lo encuentro mirando por donde se fue el líder de la sociedad de la Rosa —es alguien que cumple su palabra —le digo y el me mira, su palma acaricia mi mejilla y apoya la frente en la mía.

—¿En qué momento te convertiste tan poderosa? —susurra y yo sonrío dejando un beso rápido en sus labios.

—Siempre fui poderosa, solo que nunca lo saqué a relucir —de igual forma sonríe y me abraza envolviéndome en su calor, "con todas las piezas conseguidas, la guerra puede comenzar".

Deniz

Aprovecho que Amelia está bañando a nuestra hija para enviar un correo a mi abogado. Al ver toda la interacción entre Amelia y el líder de asesinos sé que ella no solo está poniendo muros de protección a nuestra hija, sino que también está resguardando su futuro si es que llegáramos a faltar, "yo debo hacer lo mismo, Selene al igual que Ahmed son mis hijos y ambos por consiguiente mis herederos".

ANGELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora