2.- Distancia

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"En cuánto entre a ese lugar, supe que no tenía nada, que era la "Olvidada" en un lugar lleno de gente... Al menos así me sentía a penas entre."
Renderguarr

Capítulo 2
— Distancia —

Los rayos del sol entran por su ventana. Sus párpados se abren, dejando ver aquellos hermosos ojos azules, como el color de un hermoso cielo. Con algo de cansancio, se levanta de la cama. Aún seguía pensando en lo de anoche, en la visita a su madre. Entro al baño, tomo el cepillo de dientes y la pasta dental. Comenzó a cepillarlos. Cuando terminó, procedió a entrar en la regadera. Su cuerpo siente el frío del agua. No había agua caliente...

[...]

— ¡Ya me voy! —

Tomo sus zapatos negros, y los dejo sobre el suelo. Se detuvo a mirar una foto, sonríe. Abre la puerta y deja el departamento. Un frío lugar, de amargos recuerdos.

<El día es hermoso.> Pensó Aika.

Miro el sol y el cielo, tan bello. El clima era templado, lo que hacía perfecto para caminar. Mientras lo hacía, de nuevo, la gente se detuvo a mirar. Desde muy pequeña lo sabía, su belleza era única. Pero no quería ser bella. Su objetivo iba más allá, pero eso, aún no podemos contar. Después de treinta minutos de caminar, llegó a la escuela. Entro y saludo al presidente del consejo estudiantil, un tipo de rostro amigable, con un tono siempre alegre y con una sonrisa que cautiva a cualquiera. Posiblemente, un tipo muy normal.

— ¡Aika! —

Grito alegre Fumiko. Su amiga le dio un abrazo. Pero el rostro de Aika cambio. Después, sonríe. Esos pequeños detalles, desearía haberlos notado en aquel momento.

— qué bueno verte, Fumiko —

La chica asiente y así ambas entraron al aula. Las clases fueron algo aburridas, por decirlo así, nada que no hayan visto en secundaria. O al menos, algo que ella no haya aprendido.

— Necesito que sus padres firmen estos documentos. Esto se los contaré como parte de la actividad. Pueden irse —

Aika tomo sus cosas y las guardo en la mochila. Aki se acercó a ella junto a Fumiko.

— Aika ¿Tienes algo planeado saliendo de clases? —

Aika niega.

— Bien, ¿Qué te parece si vamos al restaurante de Tía Nino? —

Aika tomo su mochila. Asiente y camina a la salida. Ella siempre era así, la recuerdo con cariño.

— A veces es muy fría ¿Verdad? —

Fumiko asiente y sigue el mismo camino de Aika. Aki va detrás de ellas.

[...]

Las clases habían terminado. Y juntos como habían planeado, prendieron rumbo al restaurante de Nino. El camino fue un tanto largo, caminaron hasta la estación de autobús y subieron. Pasaron diez minutos en los que platicaron, contando anécdotas del día de ayer y riéndose como los niños que eran. Aika prestaba atención, muy atenta, siempre fue un misterio para mí. Cuando llegaron al lugar, bajaron del autobús. Aki fue el primero en entrar.

— Desde afuera puedo oler la comida —

Fumiko asiente. Aika entro y quedó detrás de Fumiko. Nino, quien cocinaba, escucho la voz del chico, y salió a verlo.

— Aki, Fumiko, ya tenía tiempo que no venían a verme —

Aki asiente. Nino se acercó a ellos con una sonrisa en el rostro.

— Si, decidimos venir los tres después de clases —

Su mirada cambio. Detrás de Fumiko salió Aika. Nino miro a Aika. Nadie dijo nada. Ese fue mi error, porque sabía que no estaba bien llevarte a ese lugar.

— Este... ¿Cómo van las cosas, tía? —

Nino dejo de ver a Aika y su mirada se centró en Aki.

— Todo bien. Cada vez el lugar es más conocido, solo espero que no llegue de pronto un loco a joder todo el ambiente —

Ella se dirigió hacía una mesa vacía. Aki y Fumiko asiente. Ellos dos siguieron a Nino. Aika no fue con ellos, en cambio, se quedó de pie en el mismo sitio de antes.

<¿Debería irme...?> Pensó Aika.

Tal vez no era bienvenida aquí. Dio la vuelta y a punto de irse, se detuvo.

<Mamá...> Pensó Aika.

La foto pegada en la pared de la izquierda la detuvo. Nino y Miku salían juntas en ellas. Su madre sonreía... Aquel recuerdo lo conservó hasta hoy.

— Ella era hermosa cuando sonreía —

Aika miro a Nino.

— Hace mucho, ella solía decirme que tuviéramos nuestro propio restaurante juntas... —

Las manos de Nino tiemblan. Sus ojos reflejan el dolor. Aunque no había lágrimas. Habían quedado dentro contenidas para no ser vista por los demás.
Aika tomo asiento frente a Aki y Fumiko. Ellos sonríen. Nino paso a la cocina.

[...]

— Aika, ¿Terminaste de comer? —

Aika asiente. Entrego su plato a Nino quien lo tomo.

— Deberían venir más seguido, algunas veces es bueno ver a conocidos por aquí —

Fumiko y Aki asienten. Conocían a Nino, era una mujer amable y dulce con todos los que apreciaba. Con todos menos contigo.

— Bueno, vendremos la próxima semana. ¡Gracias por la comida, Tía Nino! —

Nino asiente. Amaba las visitas, porque de esa forma, dejaba de pensar en Miku. Cuando terminó de lavar los platos restantes. Miro la foto de Miku y ella pegada en la pared de la cocina. Sonríe, recordando aquellas veces, en que su hermana era feliz. Aquellas veces dónde no había "Miedo" o "Dolor". Eran buenos tiempos. Era un bello recuerdo.

[...]

Aika llegó a casa. Dejo su mochila en el sillón. Prendió las luces y en un tono feliz grito.

— ¡He vuelto! —

Pero no hubo respuesta. En cambio, noto la ausencia de Marou en el departamento. De nuevo, estaba sola. Su estómago rugió. Ella se acerca al refrigerador.

— ¿Que tengo para comer? —

Dejo algunos ingredientes para preparar un Omurice. Su comida favorita.

[...]

Daba pequeños bocados a su plato. Por mientras, miraba un poco su celular. No solía usarlo mucho, mayormente para tareas o emergencias. Pero las pocas veces en que tenía ratos libres, solía leer historias de Amor. Le gustaban los libros que tenían hermosas relaciones, tan buenos personajes. Había tantos que había leído, Pero que pocos habían quedado en su corazón. Ella anhelaba encontrar un libro, que fuera perfecto para recordar. Un libro que cuente su historia. Ella dejo de leer en cuanto el mensaje de Marou llegó a su teléfono.

<<El trabajo se extendió, volveré hasta mañana.>>leyó el mensaje.

Responde inmediatamente.

<< ¡Oki! ¡Que te vaya bien!>escribió Aika.

Miro su comida, aún quedaba algo en el plato. Tomo el plato, y tiro su contenido a la basura. Miro la mochila en el sillón. Fue al sillón y saco la hoja de permiso de su mochila.

< ¿Quién me firmara eso?> Pensó Aika.

Recordando la firma solicitada. Suspira, sabía desde un principio, que él no iba a llegar.

AikaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora