12.- Aki se peleó con sus padres

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Hoy no fue un buen día, aunque ningún día en toda mi vida lo ha sido, pero este día fue diferente.

Capítulo 12
— Aki se peleó con sus padres —


Aki se volvió un buen amigo, si puedo llamarlo así, pero como buen amigo me cuenta sus problemas.

Está noche tuvo una pelea con sus padres; dice que ellos no le entienden.

Y yo no estoy muy segura de que decirle, total, nunca he tenido unos padres.

Recuerdo lo que me dijo mi abuelo Marou, sobre Futarou, pero dudo que yo le agrade. A penas me ve se nota en su rostro una especie de desprecio hacia mi. No lo culpo, soy la hija de quién lo violo.

A veces creo que sería mejor si las cosas no hubieran sucedido así; quizá debí morir en el parto. Tal vez así mi madre este más feliz.

—¿Y si vamos a tu casa?

Me preguntó Aki, con una sonrisa en sus rostro. El siempre suele tener buenas ideas, pero está vez no creo que sea la mejor.

Lo lleve a mi casa como me lo había pedido. Solo que al llegar estaba un silencio abrumador que no debía pie a otra conversación. Aunque resulta que a Aki no le importaba que estemos solos.

—¿Y qué hacemos? —le pregunté, curiosa. Era la primera vez en que Aki venía a mi casa.

—No estoy seguro... ¿Qué tal si me muestras lo que hay por aquí? —me dijo Aki.

Tal como me lo dijo le mostré mi casa. Pero no lucía contento con nada que le mostraba.

Le mostré primero el comedor, decorado con adornos finos y costosos que mi abuelo trajo. Él solo dijo:

—Muy anticuado.

Después fuimos a la cocina donde hicimos de comer un poco de katsudon, aunque más bien yo lo tuve que hacer pues Aki no sabía cocinar. Cuando él lo probó sus ojos se abrieron como platos y devoró el katsudon como si nunca hubiera comido algo igual.

—¡Está delicioso! ¿Dónde aprendiste a cocinar así?

—De nadie... Solo leía libros de cocina.

Luego fuimos a la sala de estar donde no había mucho que ver más que lo más básico que uno suele tener; televisión y uno de otro recuerdo. Yo no tenía nada, mi abuelo tenía muchas fotos de sus hijas y de otras cosas como de una mujer, que según se, fue la madre de mi mamá. Además, tenía la foto de cuando sus hijas se graduaron. Fuera de eso, yo no salía en ninguna foto ni de colada; yo pienso que es porqué no debe tener tiempo para tantas fotos.

Después fuimos a mi cuarto y aquí si que duramos un buen rato. Aki miraba cada rincón de mi habitación, veía mis libros apilados como una torre de muchos géneros literarios, sumado a eso, tenia otros libros en unos libreros. No tenía fotos como las personas comunes, en cambio, tenía unos dibujos de las personas que quería; osea, de mi madre y el resto de sus hermanas.

—¿Te gusta dibujar?

—Un poco. Lo hago en mis tiempos libres.

Él se fue a mi cama y se acostó en ella. Yo le seguí y me senté en la orilla.

—Es muy cómoda, ya veo porqué te gusta tanto dormir.

Nuestra noche termino cuando Aki llegó a la sala y se volvió conmigo, con un rostro serio.

—Ya en serio, ¿Dónde están tus padres? Ya son casi las 11 y no veo a nadie por aquí.

Yo, con algo de incomodidad, le respondí:

—En un hospital... Creo que se le puede decir así.

—¿Estás enfermos?

—No me gusta pensarlo así; yo lo veo como una retiro de la vida. El abuelo Marou dice que mamá se recuperará pronto.

—¿Y tú padre?

No quería decirle que mi padre es su padre, así que me ahorre las molestias y le dije mentiras.

—Nadie sabe de él.

—¿Fue por cigarros?

—No lo sé. Tal vez si.

—Bueno, que se joda el cabrón.

Él se rió por su comentario, pero yo solo asentí, nerviosa.

Nos quedamos a ver unas cuantas pelis, pero cuando su madre le marco bastante preocupada y casi llorando Aki comprendió que había cometido un error. Tomo sus cosas y antes de marcharse me dijo que vendría de nuevo para una pijamada.

Cuando Aki se fue me recosté en el sillón mientras la televisión seguía reproduciendo una película aleatoria.

Yo siempre me preguntó ¿Por qué los hijos se pelean con sus padres? Si yo los tuviera a los míos, me la pasaría hablando con ellos y tratando de ser una buena hija.

Tal vez incluso sería tan buena hija que me darían abrazos tan fuertes que me calentarán el corazón. Mis lágrimas nunca saldrían pues sería tan feliz que no haría falta llorar.

Si tuviera padres como los de Aki no tendría que preocuparme por hacer de comer, pagar las cuentas de la casa ni de que si es que mi madre me quiere.

Se que está mal decir algo a las espaldas del otro, pero me enfurece ver a Aki enojado con sus padres porque según no lo entienden.

Yo sé que los padres no son perfectos, lo había leído en muchos libros y lo he visto mucho en las calles, pero todos se esfuerzan su manera.

Aunque mi madre parece que no lo hace. Siempre que voy a verla tengo que hacer como que soy una persona desconocida.

Hubo un día en que lleve una bolsa de papel sobre la cabeza para que no me descubiera, pero ella me la quito y me grito:

—¡Tu no eres Futarou!

—Mami... ¿Por qué no me quieres?

—¿Y quién te dijo que soy tu madre? ¡Vete a la mierda!

Yo quiero mucho a mi mami, y se que mami me quiere mucho, solo que no lo muestra.

Mi abuelo Marou dice que está en ese lugar por amor. Y yo supongo que así es cierto.

Entonces, debo suponer que le dejaron el corazón tan hecho trizas, que no supo qué hacer con los fragmentos destrozados, como un cristal esparcido bajo el manto de la luna.

Se que mañana podría ser igual a los otros días, pero yo pido que haga más sol de lo habitual, porqué este día habían tantas nubes que no me dejaban ver el cielo.

AikaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora