Introducción

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Este libro no es para mí. No lo escribo para aliviar mi dolor, ni para encontrar consuelo entre las palabras. Lo escribo por ella, por Aika. Desde que ella murió, me siento como si la vida se hubiera vuelto una sombra interminable, una existencia que ni es triste ni feliz. Es simplemente gris, vacía. Este libro es su monumento, mi forma de mantenerla viva en algún rincón del mundo, porque, aunque mi corazón ya no lata por mí, aún late por ella, y por todos los que alguna vez han pasado por ese dolor.

Es difícil explicar lo que se siente cuando pierdes a alguien que se ha convertido en parte de ti y que fue parte de las vidas de muchos. Es como si algo dentro de mí se hubiera roto y nunca pudiera ser reparado. El dolor no es una punzada momentánea, ni una ráfaga de tristeza que se desvanece con el tiempo. No, el dolor está aquí, dentro de mí, como un huésped que se ha instalado para siempre. Cada día me despierto con su ausencia, y cada noche me acuesto sabiendo que mañana será igual. La gente me mira y me pregunta cómo estoy. Respondo con una sonrisa hueca y palabras vacías, pero no pueden ver el abismo en el que vivo. No pueden ver el peso de la soledad que arrastro, ni cómo el mundo parece haberse desvanecido a mi alrededor desde que ella ya no está.

"¿Cómo es que alguien puede hacer eso?"

Me lo preguntó siempre, pero la muerte me mire y me dice:

"Tanto dolor no lo puede aguantar cualquiera, y ella ya estaba al borde del abismo".

Esta historia no es un relato de superación, ni de redención. No es un mensaje de esperanza, ni una lección de vida. Es la crónica de lo que queda cuando lo pierdes todo. Aika fue una luz, y su única razón para continuar se marchito hace mucho, y cuando se fue, el mundo simplemente dejó de tener sentido. Ahora, escribo porque no sé hacer otra cosa. Escribo porque es lo único que me queda para no olvidarla, para no perderla por completo.

Pero, por favor, si alguna vez ves a alguien como ella/él, hundido/a en una tristeza que parece no tener fin, no lo/a dejes ir. No lo/a ignores. No sabes cuánto duele esta soledad, cómo se clava en lo más profundo del alma y la va desgarrando, día tras día. Tal vez no puedas salvarlo, pero no lo dejes solo/a. Porque, créeme, estar solo en este abismo es peor que cualquier otro dolor.

Este libro es para ella. Para que nunca se olvide que existió, que vivió, que era buena, y que yo era un cabrón que le causó dolor.

Aika; una historia de dolor.

AikaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora