Sad Saiyan

Una Casi Tragedia

Con el peso del destino sobre sus hombros y el dolor de una realidad perdida aún fresco en sus corazones, Goku, Vegeta y Trunks se preparan para emprender el viaje de regreso al pasado a través de la máquina del tiempo. Detrás de ellos, queda una línea temporal marcada por la oscuridad y la tragedia, un paisaje desolado que lleva las cicatrices del genocidio perpetrado por Goku Black y Zamas. 

Goku, Vegeta y Trunks se encuentran en Corporación Cápsula una vez más, pero su regreso al pasado se ve empañado por la presencia inesperada de Bills y Whis, quienes disfrutan de una exquisita comida. Aunque Goku ha reducido su resentimiento hacia Bills, no puede evitar sentirse tenso al ver al destructor divino disfrutando de la comida terrenal como si ese nunca hubiese tratado de destruir la tierra en el pasado.

La aparición nerviosa de Bulma no pasa desapercibida para los guerreros, y su atención se centra en la inesperada visita de los dioses.

Bills: Sé lo que han hecho.

El comentario desconcertante de Bills confunde a los Saiyajin, quienes se preguntan qué podrían haber hecho para que llamaran la atención de los dioses.

Goku, perplejo, se dirige a Bills con una expresión de confusión.

Goku: ¿Hemos hecho algo mal?

Bills, con su característico aire de superioridad, explica la situación.

Bills: Viajar en el tiempo es una transgresión grave, incluso para los dioses. Aquellos que desafíen esta regla deben enfrentar las consecuencias.

Con un aura imponente, Bills se levanta de la mesa, rodeado por su energía divina, llenando de temor a los guerreros Saiyajin ante la perspectiva de un castigo divino.

Bills, con un tono de desaprobación, añade una capa adicional de acusación hacia los guerreros Saiyajin, expresando su decepción por su supuesta ingratitud y traición.

Bills: También me ofende que yo los haya ayudado a volverse más fuertes y ustedes hagan esta clase de cosas a mis espaldas, y reitero... las ofensas a los dioses son castigadas.

El aura ominosa de Bills crece aún más, oscureciendo el cielo y provocando tensión entre él y los Saiyajin, quienes se preparan para una posible confrontación. Sin embargo, antes de que la situación se vuelva más tensa, Trunks interviene, con un corazón roto pero decidido a asumir la responsabilidad.

Trunks: Señor Dios, perdónelos por la ofensa. Soy el responsable del viaje en el tiempo. Si va a castigar a alguien, castígueme a mí.

La valiente acción de Trunks deja perplejos a Goku y Vegeta, preocupados por su seguridad. Sorprendido por la intervención del joven Saiyajin, Bills se dirige a él con curiosidad y un dejo de familiaridad.

Bills: ¿Y tú quién eres? Es la primera vez que te veo, pero también siento que te he visto antes.

Aprovechando la oportunidad, Goku, aunque se siente algo humillado por la sumisión ante los dioses, se ofrece a explicar la situación, rogando a Bills que escuche su versión antes de tomar medidas drásticas.

Goku: Señor Bills, yo le explicaré todo, pero le pido que no se descontrole y nos escuche. Todo esto tiene una razón.

Con una frialdad implacable, Bills accede a escuchar la explicación de Goku, pero advierte que no tolerará tonterías.

Goku procede a detallar a Bills la identidad del joven de cabello azul, revelando su origen como el hijo de Bulma, pero de un futuro distante. Luego, explica el propósito de su viaje al futuro, describiendo el caos desatado por el Aprendiz Kaioshin del universo 10 y sus ambiciones con las Super Esferas del Dragón. La narración culmina con la descripción de la masacre perpetrada por este ser contra los dioses de la destrucción, tras el asesinato de los Kaioshin de todos los universos.

Bills, impactado por la gravedad de las revelaciones, exige pruebas de la veracidad de las afirmaciones de Goku. Ante esta solicitud, Goku extrae el recipiente que contiene a Zamas de su camisa y se lo entrega a Bills, asegurando que el ser maligno está sellado dentro. Whis confirma la autenticidad de las palabras de Goku al detectar la presencia del individuo dentro del recipiente, así como su inmortalidad.

Bills, observando a los guerreros con un gesto de desdén, se dirige a ellos con una voz grave y autoritaria.

Bills: Muy bien, consideren esto como una advertencia. No toleraré más infracciones a las leyes cósmicas. Si vuelven a transgredirlas, no dudaré en tomar medidas drásticas.

Los guerreros escuchan con seriedad las palabras de Bills, comprendiendo la gravedad de la situación. Luego, Bills toma el recipiente que contiene a Zamas con desprecio, antes de dirigirse a Whis con determinación.

Bills: Whis, tenemos asuntos que atender. Es hora de partir...

Whis asiente en silencio, y ambos parten del planeta, desapareciendo en un destello mientras se dirigen hacia su próximo destino... El Universo 10.

Los guerreros experimentaron un alivio momentáneo al ver partir a Bills y Whis, sabiendo que, al menos por ahora, estaban a salvo de su furia. Sin embargo, Trunks aún cargaba el peso emocional de un futuro devastado, aunque al menos sabía que esa pesadilla había llegado a su fin.

Goku y Vegeta, a pesar de haber evitado una catástrofe, se sentían insatisfechos. La destrucción de la línea temporal de Trunks pesaba sobre ellos, y su relación con Bills se había deteriorado aún más al presenciar su desprecio constante. Esta experiencia solo profundizó el resentimiento de los Saiyans hacia el Hakaishin, alimentando un fuego de desconfianza y nuevamente un deseo de venganza que ardería por mucho tiempo.

Con un futuro despejado de la sombra de Goku Black, los guerreros retornaron a la calma aparente de su propio tiempo. Sin embargo, en lo más profundo de sus corazones, persistía la incertidumbre y el pesar. Las cicatrices emocionales dejadas por la batalla y la pérdida eran profundas, y la desconfianza hacia Bills y su actitud volátil no hacía más que crecer. En medio de este conflicto interno, se alzaban ante ellos nuevos desafíos y dilemas, dejando en el aire la pregunta: ¿Qué les depararía el destino a estos valientes guerreros en su eterna lucha por tranqulidad?

[Fin del Capitulo 34]