En un universo alternativo de Dragon Ball, después de la angustiante batalla en Namek, Goku regresa victorioso pero marcado por la profunda experiencia de ver morir a su hijo Gohan a manos de Freezer. A pesar de lograr la resurrección de Gohan graci...
En este universo Freezer permanece muerto, Entonces los acontecimientos de la saga de Granola toman un giro diferente. Sin la motivación de vengarse de Freezer y convertirse en el ser más fuerte del universo, Granola no buscaría las esferas del planeta cereal para alcanzar ese objetivo.
Han pasado unos cuantos meses del enfrentamiento contra Moro. Mientras tanto, en la tierra, Goku junto con Vegeta, Gohan y Trunks del futuro estarían entrenando intensamente en un campo abierto. Goku, cada vez más cerca de dominar el estado del Ultra Ego, pediría a sus compañeros de entrenamiento que lo atacaran todos a la vez.
El plan de Goku era simple pero arriesgado: deseaba alcanzar el Ultra Ego definitivo. Había alcanzado este estado en entrenamientos anteriores, pero su control sobre él era deficiente, apenas durando unos cuantos segundos. Esta vez, sin embargo, estaba decidido a dominarlo por completo. Su estrategia consistía en permitir que sus compañeros de entrenamiento le causaran varias heridas y luego, durante la pelea, concentrar toda la rabia y frustración acumuladas durante años, pensando solo en destrucción.
Aunque Goku no se sentía cómodo con la idea de destruir cosas, sabía que esta doctrina era la más adecuada para él. Su impuro corazón, fruto de pérdidas y tragedias pasadas, le impedía dominar la doctrina de Whis, el Ultra Instinto.
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La pelea estalló con una intensidad sin igual. Goku se enfrentaba a Vegeta, Gohan y Trunks del futuro simultáneamente, todos en sus estados base. El choque de poderes resonaba en todo el campo de batalla, y el cielo se iluminaba con destellos de energía desatada.
Los movimientos eran veloces, los golpes resonaban en el aire, y cada uno luchaba con todo su poder. Vegeta, con su orgullo intacto, atacaba con ferocidad, mientras que Gohan, con su potencial latente, demostraba ser un rival formidable. Trunks, con su determinación, no se quedaba atrás, lanzando ataques certeros contra Goku.
Entre los tres, era Gohan quien más daño le causaba a Goku. Su potencial y habilidad estratégica lo mantenían un paso adelante, y cada golpe de Gohan resonaba como un trueno. A pesar de su resistencia, Goku empezaba a sentir el desgaste de la batalla. Sin embargo, con cada herida, su poder base parecía aumentar, como si absorbiera la energía de los golpes recibidos para fortalecerse aún más.
La pelea era frenética, con Goku luchando contra sus propios compañeros de entrenamiento en busca de un nuevo nivel de fuerza. El campo de batalla se llenaba con la energía ardiente de los Saiyajin, y el destino de la pelea aún estaba por determinarse.
Con un esfuerzo titánico, Goku logró dejar fuera de combate a Vegeta y Trunks del Futuro. Los dos guerreros se encontraban en el suelo, observando con asombro cómo Goku se preparaba para enfrentarse a Gohan, quien aún se mantenía en pie, listo para seguir la batalla. A pesar de sentirse un tanto humillado por haber sido superado por Goku, Vegeta no podía evitar sentir un atisbo de orgullo al reconocer el poder de su rival. Sabía que Goku se había ganado cada gramo de su fuerza, y aunque la rivalidad entre ellos nunca cesaría, en el fondo, Vegeta respetaba y admiraba la determinación de Goku por superarse a sí mismo.
