En un universo alternativo de Dragon Ball, después de la angustiante batalla en Namek, Goku regresa victorioso pero marcado por la profunda experiencia de ver morir a su hijo Gohan a manos de Freezer. A pesar de lograr la resurrección de Gohan graci...
No pasó mucho tiempo desde la visita de Zeno-Sama al planeta de Bills cuando el Gran Sacerdote emitió un comunicado a todos los dioses de la destrucción de los universos afectados. En un mensaje urgente, reveló los detalles del torneo propuesto por el Rey de Todo. Cada dios tenía la tarea de seleccionar a diez guerreros para representar a su universo en esta competencia que decidiría el destino de sus hogares. Con solo 40 horas para prepararse, los universos se sumieron en un frenesí de actividad mientras los dioses y sus combatientes elegidos se preparaban para lo que sería la batalla más trascendental de sus vidas.
Mientras tanto, en la Tierra, Goku, Vegeta, Gohan, Trunks del Futuro, Trunks y Goten acababan de concluir una agotadora sesión de entrenamiento en la Corporación Cápsula cuando, de repente, Bills y Whis aparecieron en el lugar de forma inesperada.
Los guerreros se pusieron en alerta ante la repentina presencia de los dos, pero antes de tomar cualquier medida, Goku se acercó respetuosamente a Bills para preguntarle sobre su visita a la Tierra después de tanto tiempo.
Bills mira seriamente a los guerreros, con una expresión que denota la importancia de sus palabras. Luego, se dirige a Goku.
Bills: Zeno Sama, el Rey del Todo, ha decidido llevar a cabo el torneo multiversal que mencionó en el pasado. Necesita nuestra participación.
Goku, con un visible descontento en su rostro, asimila la noticia. A pesar de su calma, se siente frustrado por la situación.
Goku: Entiendo... Pero ¿cuál es el propósito de este torneo?
Bills suspira antes de responder, revelando la verdadera razón detrás del torneo.
Bills: Zeno Sama ha decidido borrar varios universos. El universo que gane el torneo será el único que sobreviva.
Las palabras de Bills caen como un manto de oscuridad sobre los guerreros. Vegeta aprieta los puños, su semblante endurecido por la gravedad de la noticia. Gohan mira al suelo, una mezcla de incredulidad y preocupación reflejada en su rostro. Trunks y Trunks del futuro intercambian miradas cargadas de angustia, mientras Goten se queda paralizado por el impacto de la noticia. Todos sienten cómo el peso del destino se cierne sobre ellos, enfrentándose a la inminente amenaza de la destrucción de su hogar y la lucha por la supervivencia en un torneo que decidirá el destino de universos enteros.
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La noticia cae sobre Goku como un mazazo, su expresión ensombrecida refleja la mezcla de frustración y furia que hierve en su interior. Una sensación de impotencia lo invade, mientras la idea de ser utilizado como un simple peón en el juego de los dioses lo consume por dentro. Siente que todo su esfuerzo, todo el entrenamiento y las batallas por las que pasó, se desvanecen en la insignificancia frente a la voluntad caprichosa de seres divinos. La rabia interna crece, alimentada por la injusticia de que tantas vidas puedan ser sacrificadas por un capricho infantil. A medida que procesa la noticia, una amarga melancolía se apodera de él, viendo cómo su destino y el de millones de seres se deciden en un torneo, una competencia que considera cruel y absurda. En lo más profundo de su ser, Goku encuentra el asunto del torneo no solo enfermizo, sino profundamente trágico.
