MI NOVIO TÓXICO

Si me dejas, me mato.

Después de la semejante payasada de Satoru, fingiendo que a Yuji lo llamaban al teléfono de la casa, Itadori se fue a pasar unos días a su antiguo departamento. Su intención no era romper, solo quería unos días de paz.

¡Qué bueno que les había hecho caso a sus amigos! Al menos tenía donde refugiarse.

El chico quiso hacer "contacto cero" con su novio. Pero por supuesto que le fue imposible, Satoru incluso lo llegó a llamar desde teléfonos públicos. Y ni hablar de la insistencia desde su propio celular: correos electrónicos cada diez minutos, cientos de llamadas perdidas, además de incontables mensajes de texto.

"¿Qué tengo que hacer para que me perdones?"

"No aguantas nada, Yuji"

"Eres un estúpido, no es para tanto"

"Te amo, regresa"

"Si tanto te molesta es porque tienes a alguien"

"¿No te importo?"

"Hablemos"

"Eres lo único que tengo, estoy solo"

No había un estado de ánimo establecido, ni una coherencia en sus mensajes. Texteaba disculpas, burlas, reclamos, palabras bonitas, etc. una total confusión. Yuji no sabía ni qué pensar, decidió ignorarlo, pero por alguna razón no era capaz de apagar su celular.

"Dame una oportunidad", le había escrito Gojo entre tantos mensajes.

"No sé si debemos darnos una oportunidad", respondió Yuji.

¡ERROR!

Satoru se puso como loco a enviarle más mensajes, preguntando por qué quería dejarlo, o si lo había dejado de amar, que sin él su vida no tenía sentido.

"Dime ¿qué tengo que tomar para no despertar mañana?", le había enviado como diciendo que iba a ingerir un veneno porque ya no quería vivir, acompañado de decenas de audios de WhatsApp llorando suplicando perdón.

Escuchando las notas de voz, Yuji se dio cuenta que Satoru estaba en la calle. Incluso puso un estado en WhatsApp caminando por sobre un puente muy reconocido de la ciudad, acompañado de la leyenda que decía "A veces solo hay que mirar hacia arriba"

—¡Yuji! ¡Iba a lanzarme, Yuji! —chillaba en uno de sus audios—¡Porque sin ti, mi vida no tiene sentido! —al pobre Itadori le temblaron las piernas—¡Pero un señor vio lo que iba a hacer! ¡Y me aconsejó que no lo hiciera! ¡Me salvó la vida!

"¡Dios mío! ¡Se iba a matar por mi culpa!" pensó el muchacho.

"¿Dónde estás?", le escribió Yuji.

"Lejos, muy lejos", le puso él.

Itadori salió corriendo y lo fue a buscar, recorrió varios lugares sin éxito hasta que se le ocurrió ir al departamento de su novio y ahí estaba él, muy tranquilo mirando la televisión.

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Esta historia es una combinación de la experiencia de mi mejor amiga Majo (a quien su ex pareja la chantajeó diciéndole que se iba a envenenar por haberlo dejado), más una parte de mi propia experiencia personal (mi ex puso estados insinuando que iba a lanzar de un puente porque no quería vivir y resulta que todavía esta vivito y coleando ja ja ja)