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TAEMIN

Se suponía que debía llamar a MinHo y decirle sí o no sobre el asunto del bebé. Pero no pude tomar una decisión. Estaba muy emocionado de que el sueño de mi bebé pudiera hacerse realidad. Pero también tenía sentimientos realmente confusos hacia MinHo. Estaba demasiado apegado emocionalmente a él, considerando el poco tiempo que realmente nos conocíamos. ¿Podría dormir con él y no querer más de él? En especial si realmente quedaba embarazado. ¿Podría llevar a su bebé y no anhelar más? No era yo mismo en lo que a él se refería, y me sentía inusualmente débil con él.

Había dejado en claro que no quería ser parte de la vida y la crianza del bebé. Pero si fuera honesto, me hubiera encantado que estuviera involucrado. Tal vez él no quería un Omega, pero yo no tenía ningún problema en tener un Alfa en la imagen. Especialmente uno como MinHo. Él era todo lo que quería en un Alfa; era cariñoso y amable. Era sexy y protector. ¿Tendría ganas de dormir con él y no desear más? No estaba seguro, así que todavía no había respondido a su oferta.

MinHo tenía una cita hoy y estaba nervioso por verlo. Me sentía culpable por no comunicarme antes con mi decisión. Pero la decisión resultó mucho más difícil de lo que sospechaba. No quería que supiera cuánto me encantaría que se interesara en mí de verdad. MinHo ya me atraía mucho, pero cuando fue a mi casa y me cuidó, me enamoré de verdad a partir de ese momento. Pero si supiera eso, era posible que no quiera ayudarme a tener un bebé. Había sido muy claro acerca de no querer involucrarse en una relación.

Me ocupé del papeleo y de los pacientes para no obsesionarme demasiado con MinHo. Cuando finalmente llegó a su cita, yo estaba un poco más tranquilo de lo que había estado al principio del día.

—Bienvenido, Sr. Choi, —dije alegremente. Mantuve un buen contacto visual, esperando que no supiera cuánto me afectaba.

—TaeMin. —Sonrió vacilante.

—Si solo quiere sentarse, estoy seguro de que su habitación estará lista pronto. — ¿Pronto? ¿Desde cuándo usaba la palabra pronto?

Sus labios se crisparon. —No hay problema. —Se trasladó a la sala de espera y agarró una revista mientras se sentaba.

Afortunadamente, sonó el teléfono y pude concentrarme en eso. En el momento en que nuestros ojos se encontraron, mi maldito pulso se aceleró como de costumbre. Odiaba el poder que tenía sobre mí física y emocionalmente. Parecía tan tranquilo y no afectado por mí, parecía injusto. Sabía que me encontraba sexualmente atractivo, pero lo que sentía por él era más profundo que eso.

Cuando la oficina trasera zumbó para decirme que la habitación de MinHo estaba lista, me paré vacilante y grité su nombre. —¿Me sigue? —Sonreí cortésmente, ignorando mi corazón acelerado.

Lo conduje por el largo pasillo hasta la habitación que tenían preparada para él. Pasó rozándome cuando entró en el espacio, y su colonia hizo que se me encogieran las entrañas.

—Gracias. —Dijo mientras miraba alrededor de la habitación. —No creo que haya usado esta habitación antes.

—Son prácticamente iguales. —Me reí nerviosamente. —Si necesitas algo sólo pregunta. —Empecé a irme.

—Hey, TaeMin, espera. —Se movió hacia mí.

—¿Sí? —Mantuve mi expresión cortés.

Miró a su alrededor y luego me sorprendió cuando se movió para cerrar la puerta. Crucé mis brazos y lo enfrenté.

—Nunca supe de ti. —Su expresión era cautelosa.

Hice una mueca. —Lo sé. Perdón. Estoy... todavía estoy tratando de decidir. Él asintió.

Un donante sin igualDonde viven las historias. Descúbrelo ahora