Capítulo 4

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La media noche caía sobre Axel, y los albañiles continuaban con su arduo trabajo de reconstrucción en las murallas de la ciudad. El sonido constante de martillos y el murmullo de voces llenaban el aire mientras trabajaban para restaurar lo que la devastación había dejado atrás.

De repente, en medio de la oscuridad de la noche, los albañiles escucharon un sonido inusual: el tintineo de cascabeles resonando en la distancia. Levantaron la vista, confundidos, mientras la neblina violeta comenzaba a envolver la ciudad, como si una densa niebla se hubiera materializado de la nada.

Entre la neblina emergió la figura de un anciano, encorvado por el peso de los años, sosteniendo un bastón en una mano y un farol de mano en la otra. Sus ropajes oscuros se mecían con la brisa nocturna mientras avanzaba con paso lento pero seguro por las calles de Axel.

Los albañiles se detuvieron en su trabajo y se miraron entre sí con desconcierto, preguntándose quién podría ser este visitante nocturno y qué lo había llevado a las murallas en medio de la noche.

— ¿Qué hace aquí a estas horas? —preguntó uno de los albañiles, acercándose al anciano con cautela.

El anciano no respondió, su rostro apenas visible bajo la sombra de su capucha. En cambio, golpeó su bastón contra el suelo con un golpe sordo y resonante.

De repente, una luz deslumbrante envolvió a los albañiles, haciendo que cerraran los ojos instintivamente. Cuando volvieron a abrirlos, se encontraron rodeados por una luminiscencia cegadora que se extendía por toda la ciudad.

Las luces destellantes se reflejaban en las paredes de las casas y las torres de las murallas, iluminando cada rincón de Axel y despertando a sus habitantes de su sueño nocturno.

La alarma de emergencia resonó en todo Axel. Los aventureros del gremio se apresuraron a prepararse, sabiendo que la ciudad estaba en peligro.

En las calles, docenas de No Muertos comenzaron a aparecer, entrando desde la zona de reconstrucción y avanzando implacablemente hacia las casas y los comercios de Axel. Los ciudadanos, despertados por el caos repentino, corrían a refugiarse en el gremio, pero muchos de ellos ya estaban siendo rodeados por los siniestros seres, en las esquinas de las calles o entrando a sus hogares.

Los aventureros que estaban en su horario nocturno, se encontraban luchando valientemente contra la marea de No Muertos que invadía la ciudad. Sin embargo, la superioridad numérica de los No Muertos los abrumaba, y muchos aventureros caían ante sus ataques implacables.

En la mansión donde residía el cuarteto de inutiles, las alarmas del gremio sonaban con fuerza, despertando a sus ocupantes de un sueño profundo. Darkness irrumpió en la habitación de Kazuma, ya vestida con su imponente armadura.

— ¡Levántate, Kazuma! ¡La ciudad está bajo ataque! —exclamó Darkness, su voz resonando con urgencia mientras agarraba a Kazuma por el brazo para sacarlo de la cama.

Aún somnoliento por el repentino despertar, él comenzó a vestirse con la misma premura que Darkness. En cuestión de minutos, el grupo estaba listo para enfrentarse a la amenaza que se cernía sobre Axel.

Al salir a las calles, se encontraron con el caos reinante: los No Muertos asaltaban las casas y los comercios, mientras los aventureros luchaban valientemente para proteger a los civiles. Sin embargo, la tarea parecía abrumadora, y muchos de ellos eran fácilmente derrotados por los números y la ferocidad de sus enemigos.

Darkness cargó con velocidad contra los No Muertos, su armadura resonando con cada paso mientras blandía su espada con destreza. Con cada golpe que recibía, su emoción aumentaba, excitada por la sensación de dolor y la adrenalina que corría por sus venas.

Kono Subarashii Sekai ni Shukufuku wo! Volumen Final: El Proposito de este MundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora