Kono Subarashii Sekai ni Shukufuku wo! Volumen Final: El Proposito de este Mundo

Especial - Para tu yo de hace 200 años...

"Siempre que pensamos en buenos villanos, se nos viene a la mente los famosos... los imponentes, los poderosos... los inteligentes... Algunos con los que pondríamos empatizar... Los que creían hacer algo bueno... O los que la vida no les dió otra opción.
Quise capturar, de la mejor manera posible, muchas de estas caracteristicas... Y mostrarlas de manera perfecta... Para crear una historia con un factor muy distintivo. ¿Serías capaz de hacer una guerra? ¿Por qué razón destruirías a la humanidad?" 

Konosuba
El proposito de este mundo
Especial - Para tu yo de hace 200 años...

Desperté en un espacio en negro, con un suelo blanco que parecía brillar con una luz suave y etérea. Me encontraba sentado en un pequeño trono plateado, sintiendo una extraña sensación de paz y calma a mi alrededor. Instintivamente, me acaricié la panza, buscando las heridas de balas que habrían causado mi muerte, pero no encontré ninguna marca en mi cuerpo.

Fue entonces cuando la vi. Una mujer con cabello celeste, largo y sedoso, que caía por sus hombros y espalda, estaba sentada en un trono más elegante frente a mí. Con una mesa de escritorio al lado. Su figura estaba envuelta en un hagoromo blanco. Sus ojos, de un azul intenso, me miraban con compasión.

—Kyouichi Yasaka —dijo ella con una voz suave y melodiosa—. Has llegado al más allá. Desafortunadamente, has muerto. Puede que alla sido corta, pero tu vida a terminado.

Sus palabras resonaron en mi mente, dejándome aturdido por un momento. ¿El más allá? ¿Acaso eso significaba que... ?

—¡ESPERA! ¿Qué... qué pasó con mi pareja? ¿Y mi bebé? ¿Sobrevivieron al tratamiento en el hospital? ¿Lograron escapar de los Yakuzas? —pregunté con urgencia, sintiendo un nudo en la garganta mientras las imágenes de mi amada llenaban mi mente.

La mujer inclinó la cabeza con ternura, como si comprendiera mi angustia.

—Sí, sobrevivieron —respondió con suavidad—. Los Yakuzas no la perseguiran. Estarán a salvo.

Un suspiro de alivio escapó de mis labios, y sentí un peso enorme levantarse de mis hombros. Mis seres queridos estaban a salvo. Era todo lo que importaba.

—Gracias... gracias a Dios —murmuré, sintiendo un cálido alivio inundar mi corazón.

La mujer me miró con interes, y luego se presentó.

—Soy Aqua, la diosa del Agua. Me encargo de llevar a la otra vida a las personas que mueren jovenes. Lamento mucho lo que tuvo que ocurrirte, Kyouichi Yasaka.

Sus palabras resonaron en el aire, llenándome de una extraña sensación de consuelo. Aunque no entendía completamente lo que estaba sucediendo, me sentí reconfortado por la presencia de esta diosa.

— En fin. Ahora, es momento de contarte lo que ocurrirá contigo.

— ¿eh?

— Tienes dos opciones. Podrías ir al cielo, donde pasaras toda la eternidad. Pero eres joven, y aún tienes mucho por hacer. Tambien puedes reencarnar en Japon como una nueva persona, sin tus recuerdos.

Rapidamente negue esa idea. El cielo no era lo mejor, era joven para morir, ¿no? Pero tampoco quería regresar a Japon, desde cero. De seguro cometería las mismas estupideces y terminaría muerto tratando de robarle a los Yakuzas.

— Veo que solo puedo tomar la opcíon de morir e ir al cielo. Solo esa opción.

— Hay una más...

— ¿Eh? ¿Una más? —le pregunté a Aqua.

— Asi es. Hay un mundo muy diferente. Retrazado tecnologicamente en el tiempo, pero lo compensa con magia. Puedes ir y ayudarlos a avanzar su tecnologia con los conocimientos modernos de tu mundo.