Capítulo 5: En los Dominios del Rey Demonio - Parte 1

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Kazuma se encontraba en una de las celdas del Rey Demonio, golpeando sin cesar la puerta de metal y gritando a todo pulmón, pidiendo desesperadamente que lo sacaran de allí. Su voz resonaba en el estrecho pasillo, pero no había señales de que alguien lo escuchara. La celda era austera y desoladora, con un bloque de concreto que servía como cama y una cortina larga de color rojo que pretendía ocultar una ventana detrás de ella. No había ni rastro de un lavabo o inodoro para satisfacer sus necesidades básicas.

— ¡Por favor, déjenme salir! ¡Necesito ir al baño! —gritaba mientras sintia la urgencia cada vez más intensa.

En ese momento, la puerta de la celda se abrió de golpe y Kazuma cayó de bruces al pasillo, aterrizando en una lujosa alfombra roja con detalles dorados. Los guardias de la prisión, un ogro imponente y un caballero en una armadura negra, se acercaron rápidamente para ayudarlo a levantarse.

— ¿Qué pasa aquí? ¿Por qué gritas tan fuerte? —preguntó el ogro con amabilidad.

Kazuma se levantó, un poco desconcertido por la repentina generocidad de los guardias. Se limpió el polvo de la ropa y miró a los guardias con incredulidad.

— ¡Por favor, tienen que dejarme ir al baño! No puedo aguantar más —suplicó Kazuma, sintiendo una mezcla  de odio y vergüenza por su situación. Levantó su mano, apuntando a los guardias—. ¡Como hombres, sabrían lo que se siente en no poder hacerlo! ¿ACASO NO LES DA VERGUENZA?

Los guardias intercambiaron miradas y luego señalaron hacia el interior de la celda, hacia la cortina roja que cubría la supuesta ventana.

— Ahí tienes tu baño —dijo el ogro, con un gesto hacia la cortina.

Con un movimiento brusco, uno de los guardias apartó la cortina, revelando una habitación lujosa que parecía sacada de un hotel de cinco estrellas en Japón. La habitación estaba elegantemente decorada, con muebles de alta calidad y una bañera de mármol en un rincón.

Kazuma se quedó boquiabierto ante la escena frente a él. No podía creer lo que veía.

— ¿Esto es... el baño? —preguntó, incrédulo.

— Sí, señor. Puede usar todas las comodidades que desee. El Rey Demonio quiere asegurarse de que sus invitados sean tratados con la maxima calidad posible —explicó el caballero.

Kazuma se sintió abrumado por la generosidad inesperada del Rey Demonio, aunque seguía sin comprender del todo por qué estaba allí en primer lugar. Pero antes de todo, tenía que hacer algo con suma urgencia.

— Oh... bien, gracias —murmuró, todavía aturdido por la situación. Sin perder más tiempo, Kazuma se dirigió rápidamente al lujoso baño del otro lado de la habitación, agradecido por la oportunidad de aliviar su apremio.

Después de resolver su urgencia en el baño del lujoso castillo, Kazuma fue escoltado por los guardias hacia el comedor, donde se encontró con una escena verdaderamente inesperada. El lugar rebosaba de vida, con demonios de todas las razas: desde imponentes demonios de fuego hasta gráciles elfos oscuros, pasando por encantadoras sucubos, adorables slimes y hasta los más astutos duendes, todos compartiendo comida y disfrutando de la compañía unos de otros.

Los aromas tentadores de los manjares llenaban el aire, y Kazuma no pudo resistirse a servirse una porción generosa de la deliciosa comida que se ofrecía en el bufé. Junto a los guardias, caminó hacia una mesa donde se sentaron junto a un espectro muy amigable llamado Payne.

— Buen día, Noss, Logia. ¿Quién es tu nuevo amigo? —preguntó Payne con una sonrisa, dirigiéndose a los guardias mientras flotaba sobre la mesa.

Kono Subarashii Sekai ni Shukufuku wo! Volumen Final: El Proposito de este MundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora