Mi Obsesivo Villano

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Sky se sentó de golpe en la cama, tratando de controlar su respiración agitada. Su cabeza dolía y un extraño recuerdo se había colado en sus sueños. Era similar a la escena que había presenciado en su primera misión para ayudar al villano, pero esta vez había una diferencia notable: en el sueño, eran vecinos y estaban increíblemente familiarizados. Suspiró mientras tocaba su cabeza con temor. ¿Se estaba volviendo loca? ¿Estaba confundiendo recuerdos o viendo cosas que no estaban ahí, como el retrato o el libro? Apretó los puños con fuerza, sin entender lo que le estaba sucediendo.

Sin embargo, no tuvo tiempo para reflexionar sobre ello, ya que la puerta se abrió revelando la figura de Dark, quien abrió los ojos sorprendidos y una auténtica sonrisa de felicidad curvó sus labios. Entró corriendo antes de tomar a Sky en sus brazos.

- ¿Estás despierta? -dijo, soltando las palabras como si fuera un suspiro de alivio.

Los ojos de Sky brillaban con ternura mientras correspondía al abrazo, sintiendo cómo ese gesto llegaba directamente a su corazón.

-Solo estaba sorprendida- dijo ella con calma, intentando tranquilizarlo -Además, no soy tan débil- agregó, apretando los puños con determinación.

Aunque se sintió avergonzada por su reacción, recordó que en los juegos había demostrado valentía. Sin embargo, al enfrentar una verdadera crisis, temblaba como un conejito asustado. Suspiró mientras miraba al hombre que la había ayudado, sintiendo el rubor en sus mejillas al recordar las últimas palabras que él había pronunciado antes de desmayarse.

Se separó de Dark, carraspeando incómoda.

-Tengo que levantarme- dijo, tratando de ocultar el sonrojo en sus mejillas.

Dark se alejó, dándole espacio, y observó cómo ella se ponía de pie. Pero al hacerlo, notó que la ropa que llevaba no era la misma que tenía en el parque. Automáticamente, lo miró con ojos acusadores.

-Fue una mujer del personal doméstico quien te cambió- dijo él, evitando su mirada al girar los ojos hacia otro lado.

Sky dudó, pero no pudo recriminarlo. Más adelante, descubriría que sus dudas eran válidas.

-Tengo un poco de hambre- anunció, mientras tocaba su abdomen.

Dark sonrió y la condujo hacia el comedor. Allí, encontraron varios platos deliciosos servidos, todos ellos preparados según el gusto de Sky.

Sky y Dark se encontraban en un momento de calma y cercanía. Los rayos del sol filtrándose por las ventanas pintaban un escenario suave y acogedor, añadiendo una pincelada de intimidad al ambiente.

Sky, absorta en el placer de cada bocado, sintió cómo una gota de mermelada se deslizaba por el costado de su boca, dejando un rastro dulce y tentador. Dark, atento a cada detalle, no pudo evitar sonreír al verla así.

Con un gesto suave pero lleno de significado, Dark se inclinó hacia ella, su mano extendida hacia el rostro de Sky. Con movimientos delicados, limpió el rastro de mermelada con el pulgar, su contacto íntimo envió un escalofrío de conexión entre ellos.

Los ojos de Sky se encontraron con los suyos en un momento fugaz pero significativo, donde las emociones se entrelazaron en un lenguaje silencioso. En ese instante, el simple acto de limpiar aquel pequeño rastro se convirtió en un símbolo de cuidado y ternura, un gesto que trascendía las palabras y hablaba directamente al corazón.

Sky sintió cómo su corazón latía con fuerza, como si estuviera intentando escapar de su pecho, mientras se apartaba ligeramente de Dark. Un calor persistente se extendía desde el lugar donde él había tocado su labio, dejando una sensación electrizante que parecía quemar su piel.