nueve.

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sunoo estaba haciendo una enorme locura. o mejor dicho: estupidez.

él jamás creyó que algún día se sentiría en la necesidad de hacer lo que ahora está haciendo, pero la inquietud y el sofoque por saber qué era lo que estaba ocurriendo fueron tan enormes que él no pudo controlar sus propios impulsos y simplemente lo hizo.

él ahora estaba afuera del colegio de sunghoon, esperando por que este saliera para obligarlo a hablar con él y que le explicara por qué se había desaparecido una semana completa de su vida sin decir absolutamente nada. sunoo era alguien con una paciencia de mecha corta e incluso si se trataba de alguien tan insignificante como sunghoon, él debía encontrar una respuesta final a las sospechas que habían comenzado a crecer en él debido al menor.

él no sabía si sunghoon realmente se había sentido mal por él en algún momento y, a decir verdad, tampoco era como que le interesara. no eran cosas que sunghoon escuchaba por primera vez de parte de sunoo, así que eso no lograba ser suficiente para excusar su desaparición. él debía tener algo más para explicarse. para que pudiera dejar de hacer pensar a sunoo que sunghoon lo había perdido todo con él, para siempre.

ㅡahí estás imbécil. ㅡ

susurró sunoo para sí mismo, mirando desde una prudente distancia a sunghoon caminar al lado de una chica mucho más pequeña que él. parecían muy buenos amigos, pues caminaban demasiado juntos y reían de quién sabe qué estupidez que salía de la boca de la fémina.

sunoo suspiró. él no estaba apto para soportar tal cosa.

por lo tanto, cuando estuvo seguro de que sunghoon estaba completamente afuera de la escuela, peligrosamente se acercó a él con la mejor mirada de odio y asco que podía poner. porque esos eran los únicos sentimientos que en ese momento podía sentir: mucho odio y repugnancia por sunghoon.

este lo notó, sin embargo. sunoo no tuvo oportunidad de llegar hasta sunghoon cuando ya tenía esa mirada llena de confusión, miedo y sorpresa puesta sobre él. sunghoon tenía unos ojos fáciles de leer y sunoo, quien era un amante de los detalles y muy buen observador, era experto para adivinar qué era lo que sunghoon pensaba con tan sólo verlo.

sunghoon, en ese momento, lucía como alguien que no quería ver aquello que tenía en frente.

ㅡsun- ㅡ

ㅡtú te vienes conmigo, imbécil. ㅡ

y sin dejarle decir una sola palabra al menor, sunoo tomó el cuello de la camisa de uniforme de sunghoon y lo arrastró junto a él, ignorando los delicados llamados de la chica hacia el menor. era una molestia inmensa tener que afrontar tal vergüenza, pero después de esa, sunoo dudaba mucho tener que pasar por algo parecido en otra ocasión.

porque él se iba a encargar de no hacerlo. nunca más.

en silencio y caminando lo más rápido posible, sunoo arrastró al menor hacia el callejón más desolado y silencioso que hubiera por la zona. él simplemente quería dejar en claro unas cuantas cosas a sunghoon, antes de largarse y no volverlo a ver más en su vida. él no necesitaba más que un simple callejón para eso.

por ello, cuando llegó a su objetivo final, lo primero que sunoo hizo fue lanzar con fuerza al más alto hacia unas cajas de madera que se encontraban botadas por ahí, e indicarle que se sentara si es que no quería sufrir consecuencias más graves de las que ya sufriría.

sería mejor que sunghoon obedeciera.

ㅡsunoo... ㅡ

y sunghoon por supuesto que sabía perfectamente qué era lo que podía ocurrir con él si en algún momento se atrevía a contradecir o desobedecer a sunoo. él era un chico bastante terco, pero debía tener sus limitaciones a veces. especialmente cuando tiene al universitario viéndolo como si quisiera destrozarlo en pedazos con simplemente sus ojos. sunghoon sabía que él tenía que hacerlo. por su bien.

❐│𝗵𝗶𝗴𝗵𝘀𝗰𝗵𝗼𝗼𝗹 𝘀𝘄𝗲𝗲𝘁𝗵𝗲𝗮𝗿𝘁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora