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JUANJO

El silencio reinaba en el coche cuando terminé de hablar y estaba desesperándome, no podía apartar la vista de la carretera pero tampoco me hizo falta hacerlo cuando escuché que Martin estaba llorando. Se me partió el corazón en pedazos pensando que había dicho o hecho algo mal, me moriría si el motivo de esas lágrimas era yo, si eran porque le había hecho daño.

- Martin...¿Qué pasa?

- Nun....nunca me habían dicho algo así... Antes todo era malo...antes m me era imposible imaginar que alguien haría lo que tu has hecho por mi y por mi familia...

- Martin, no te mereces menos...sé que algo pasó en tu vida, pero no imagino que tan fuerte puede llegar a ser para que pienses que nadie sería capaz de verte de la forma en que yo lo hago...

- Algún día tendré el valor para contártelo...

- No hace falta que lo hagas si no quieres Martin, pasase lo que pasase puedes estar seguro de que ahora todo será diferente – habíamos aparcado y al fin pude volver a encontrarme con aquellos ojos que me hipnotizaron desde el primer momento que le vi –

- Gracias... - me dedicó una sonrisa dulce que hizo derretir cada centímetro de mi cuerpo y relajarlo dándome cuenta de que había estado tenso desde que lo escuche llorar –

Salimos del coche y antes de entrar en el portal lo abracé, necesitaba su contacto, necesitaba tenerlo entre mis brazos, había estado tres meses con él, prácticamente las 24 horas del día y ahora me iba a costar separarme y tampoco era una idea que pasase por mi mente.

Pero ahora diferente, ahora no iba a dormir con él, ahora no sería la primera persona que viese al despertar, ahora nada sería igual. Todo se sentía raro, ahora me daba vergüenza mirarle más de la cuenta, darle un beso o simplemente mostrarle afecto. No quería asustarle, no quería incomodarle, parecía que había dado varios pasos atrás, pero era necesario.

Ahora empezaba nuestra historia real, ahora todo empezaría de cero, porque aunque yo ya estuviese enamorado de él, él no lo estaba de mi y eso es una realidad que me mataba por dentro, pensar que posiblemente el no llegase a enamorarse de mi me hacía querer perder la cabeza.

MARTIN

Cuando nos subimos en el ascensor el estrecho espacio que había, hizo que ni si quiera nos molestásemos en mirar a otro lugar que no fuesen nuestros ojos. Pude ver el miedo que había en él, pude ver que realmente todo lo que me había dicho era verdad, y yo también tenía miedo, miedo a que ahora todo lo que el había avanzado fuese hacia atrás, debía dejarle su espacio, sabía que esto había sido difícil para él, había pasado tres meses escribiendo nuestra historia el solo y ahora todo iba a cambiar.

Yo había despertado y ahora debíamos de escribir esa historia juntos y no pensaba dejarle solo, él no lo había hecho y yo tampoco pensaba hacerlo. Cuando todo pasó, lo nuestro no había hecho más que empezar, y ahora, lo que él sentía era mucho más fuerte que lo que yo sentía por el y aunque sabía que eso no tardaría en cambiar, todo sería diferente, todas aquellas páginas que estaban en blanco en esta historia se escribirían con nuestro puño y letra.

Al entrar en casa todos estaban allí, mi familia, nuestros amigos y supuse que también su familia porque había tres personas que no conocía. Nuestros amigos no tardaron en abalanzarse sobre mi para abrazarme tirándome al suelo haciéndome reír, sabía que ellos también habían ido a verme porque algunas veces escuchaba como se quejaban de la cantidad de comida que pedían para cenar.

- Oye cuidado que le vais a hacer daño – dijo Juanjo riéndose y separándose del abrazo de sus padres –

- Déjanos disfrutar que tu llevas tres meses sin separarte de él – dijo Paul levantándose del suelo y pude ver como las mejillas de Juanjo se ponían rojas –

Cuerpos Heridos - JuantinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora