Cuerpos Heridos - Juantin

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JUANJO

No se porque motivo Paul no me había dicho que estaban grabando videos cada semana para su universidad. Tuve que descubrirlo solo cuando Martin subió una parte de una de las canciones que había interpretado algún día y la historia pareció durar horas cuando no podía parar de verlo.

No se tampoco cuantas veces fui capaz de ver el video completo en Youtube grabando cada movimiento que él hacía. Sus pasos eran lentos pero concisos, elegantes como una mujer el día de boda.

Me vi todos y cada uno de sus videos, no podía despejar la vista de la pequeña pantalla de mi movil, a veces agradecía vivir solo porque si no mi compañero de piso pensaría que estaba loco al escuchar tantas veces las mismas canciones.

Al menos nadie me juzgaría por quedarme embobado mirándole, podía darme el lujo de observar cada rincón que se me permitía de su cuerpo.

Quise matar a Paul cuando me llamó para avisarme de que ya debía ir a recogerlos a el y a Martin de la universidad ya que este fin de semana nos íbamos a una casa todos juntos y los coches quedaron repartidos a suertes tocándome a mi con Martin, caprichoso el destino.

- Paul, ¿Donde estáis? - Al llegar a la universidad lo llamé ya que no los veía por ninguna parte -

- Entra si quieres, Martin tiene que grabar todavía su video, vamos un poco retrasados

- Joder Paul llegaremos tarde

- Deja de quejarte cascarrabias, luego me lo agradecerás- se rió y me colgó -

¿Que se lo agradecería? ¿Que me está contando? No quise tardar mucho en averiguarlo cuando apagué mi cigarro y mis piernas ya se dirigían al interior de la universidad. No conocía aquel lugar ni en lo más mínimo, pero al parecer mi subconsciente si.

Creí morir al ver la imagen que tenía frente a mis ojos. Martin rodeado a de bailarines, Martin con una camiseta de tirantes y rejilla que no privaba a mi imaginación, Martin bailando en una barra.

Me senté en una de las últimas butacas que había en aquel pequeño teatro. Quería poder observar cada uno de sus movimientos, algo de lo que me arrepentí al instante cuando un escalofrío se instaló en mi entrepierna. Era imposible despegar la vista de el, tuve que respirar cuando sus piernas se abrían y cerraban al ritmo de la musica, cuando tocaba su cuerpo sensualmente, cuando mis ojos se fijaron en como agarraba la barra mi piel se erizó al imaginar cosas que ni siquiera habría sido capaz de imaginar si no es por el.

Y os estaréis sorprendiendo de mis palabras, pero estas ultimas semanas al fin había aceptado mentalmente que aquel chico generaba en mi algo mas que una atracción física. Como cuando nos regalábamos caricias tímidas bajo la mesa cuando estábamos en algún bar, cuando nos preocupábamos por que el otro estuviese a gusto. El vasco ya hasta tenía algunas de mis sudaderas en su propiedad, las que adjudicó como suyas atribuyéndose que olían a mi y yo no pude negarme a dárselas. Una de ellas que pude ver que llevaba puesta cuando se acercaron a mi. ¿Cuanto tiempo había pasado?

- Creía que te habías quedado fuera - dijo Paul abrazándome -

- No, pero no quería molestar - sonreí al ver a Martin con mi sudadera - No sabía que eras tan bueno en esto - y pude ver como un sonrojo se pintaba en sus mejillas haciéndome reír -

- Bueno, hago lo que puedo - sonrió -

Ayúdale con las cosas idiota

Pude ver como llevaba colgada una mochila de las de gimnasio en el hombro y otra en la mano así que sin pedirle permiso cogí esta segunda echándomela al hombro.