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JUANJO

Se había vuelto a hacer el mullet pero esta vez mas marcado, mis ojos recorrían cada centímetro de su cuerpo queriendo grabar aquella imagen en mi cabeza para siempre.

- Tierra llamando a Juanjo – volvió a hablar mi hermano mientras se reía –

- Callate – reí –

Saludé a su padres y sus hermanos los cuales no tardaron ni dos segundos en decirme que mañana me llevarían a ver las luces de navidad y yo no pude resistirme a las caras de pena que me pusieron para que accediera.

- Estas guapísimo – dijo Martin cuando me tenía a escasos centímetros de él –

- Vete a la mierda tu más – lo abracé escondiendo mi cabeza en su cuello inhalando la colonia que hacía 4 meses se había instalado en mis fosas nasales el día que lo conocí –

La cena pasó tranquila, contándole a Martin anécdotas que habían pasado todos estos meses con su familia y mis padres y mi hermano no perdían oportunidad de contarle cosas sobre cómo me enfadé con ellos porque no quería irme a Magallón a pasar la navidad y mil historias más.

Me sentía muy afortunado al ver que tenía a Martin a mi lado riéndose y con su particular brillo en los ojos, no podía estar mas feliz viendo como nuestras familias encajaban como si fuesen la última pieza del puzle. Si me llegan a contar esto hace 4 meses me hubiese reído en su cara, era impensable que yo me enamorase de un chico, siempre huía de eso, era algo que nunca pensaba que pasaría. Pero sin duda Martin había llegado a mi vida para darle un giro de 360º.

Nos encontrábamos de camino a la discoteca donde íbamos a ir, mi hermano se había apuntado a venir con nosotros y obviamente no iba a negarme pero me estaba empezando a arrepentir.

- ¿Le has dicho ya todo lo que le decías en el hospital? – dijo riéndose –

- Algo me ha contado – rió Martin –

- Javier cállate

- ¿Sabías que todas las noches te cantaba una canción? – empezó a tararearla caminando hacia atrás mirándonos –

- Espera – Martin paró en seco – ¿Qué canción es? – Me miró –

- Martin...otro día te la canto si quieres aquí no...

- Solo quiero saber cómo se llama

- La nave del olvido – lo miré un poco extrañado ante su reacción –

- Vale – sonrió un poco y siguió andando –

- ¿Qué pasa? – le pregunté –

- Nada cuando lleguemos a casa te lo digo

Me quedé un poco preocupado al ver la reacción que tuvo Martin pensando en que podía haber pasado pero no le di muchas vueltas. Al llegar a la discoteca la musica inundó nuestros odios y fuimos directamente al guardarropa para que mi hermano y yo dejásemos las chaquetas e ir con nuestros amigos.

Era a la primera fiesta que íbamos todos después del accidente y aunque se sentía un poco raro intentamos pasarlo lo mejor que pudimos.

El alcohol en sangre en mis venas era el suficiente para reírme por cualquier cosa que mis amigos decían a cada rato. Bailábamos y cantábamos todas y cada una de las canciones que el dj ponía y de pronto empezó a sonar la melodía de nuestra canción.

Martin y yo nos miramos sonriendo y empezamos a cantárnosla cara a cara mientras gesticulábamos exageradamente todo lo que decía la letra.

- Porque a mi me da igual, lo que diga la gente - cante a pleno pulmón -

Cuerpos Heridos - JuantinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora