_______ Morgan Muller
El agotamiento es algo que tengo acumulado en cada uno de los músculos del cuerpo al igual que la rabia que me tienen con la presión a mil, algo me dice que no huelo bien como tampoco luzco agradable a la vista, el cabello lo tengo alborotado y las manos maltratadas, estoy molesta con Vladimir por... en fin él ya no es mi prioridad.
La azotea del hotel donde acabamos de descender muestra a Las Vegas dándome un ambiente distinto a la montaña llena de suplicio en la que estuvimos, miro a Vladimir a lo lejos hablando con Emma. Que ganas de que uno de los Kryshas de la Bratva la atropelle o simplemente que se resbale y caiga desde esta altura para ver si así se apaga el maldito farol que tanto ama Vladimir.
Vladimir intenta tomarme la muñeca y me paso de largo al lado de ambos, soltando murmullos despectivos para el drogadicto y la idiota que al parecer no sabe huir de la BRATVA y menos sabe dejar de ser un puto problema. Un grupo de botones llegan por el equipaje señalándome el camino y sigo al ruso que baja las escaleras que le muestran dejando que los helicópteros alcen vuelo queriendo perderse. No sé cuántos pisos tiene esto, pero creería que estoy en un50 o 70, Christopher me sigue, ignoro a Vladimir y me uno al ruso junto a su familia manteniéndome al lado de Adam que parece ido en sí mismo.
― Este piso cuenta con nuestras mejores suite VIP —indican—. Máxima seguridad para que disfruten tranquilos, aquí y en todo el circuito dorado libre de autoridad.
El grupo de los Kryshas abandona el nivel y en el piso que acaban de mencionar solo nos quedamos el Vor, Aleska, Uriel y su hijo, el Underboss, elBoss y yo que pido la mía. Me la entregan la que está en medio de la del Boss y el Vor.
Los pasillos son amplios, excéntricos y las pocas personas que nos topamos se hacen a un lado dándole espacio al encargado que señala las habitaciones dándonos la bienvenida. La del Boss es la última del pasillo y la de Vladimir la de enfrente, a mi frente está la habitación de Adam por lo que veo, me abren las puertas de una lujosa habitación digna de hotel cinco estrellas, con antesala, minibar,alfombras gigantes y ventanales que ocupan toda la pared dándole un ambiente cálido al espacio, me dirijo al minibar tengo que ahogar mi rabia con algo o me voy a atragantar con mi propio veneno.
Me entregan las llaves y Vladimir aparece en la puerta pidiendo que nos dejen solos. Mi aspecto desenfoca en el sitio y él saca las armas tirando lo que cargaba a la basura. ― Tenemos que hablar.
― Yo no tengo que hablar contigo, mentiroso.
― Sí tienes, así que deja de ser tan terca y escúchame por una vez...
Me voy quitando la ropa, lo dejo hablando solo mientras entro a la ducha, nada huele bien aquí, así que tiro todo a la caneca quedándome con las bragas, escucho que se va y me las quito.
Al salir la terraza me llama y no me cohibo recibiendo los rayos solares que aquí se sienten como un privilegio, ya que no tienen tanta intensidad y por tres días tolere el asqueroso olor de esa selva, amarro el albornoz.La playa artificial está llena de lujo que se ve a lo lejos.
No es una vista que aburra, de hecho siento que me divertiré mucho aquí y me sumo por un momento hasta que abren la puerta trayendo los cinco carros rodantes con prendas que no pedí, pero no me quedaré desnuda aquí.
Voy eligiendo lo mío, mientras comparto copas de whisky con los que trajeron los carros de ropa y los accesorios. Tomo los seis trajes de baño,no me importa quien los pagará si el Boss o Christopher, pero tomo vestidos, faldas, vaqueros, short, blusas, tops y ropa interior arrugando las cejas de la dependienta cuando dejo los cinco carros vacíos.
Elijo tres de los perfumes que trae, diez cremas y cuatro collares, entre accesorios, maquillaje. Necesito distraer mi mente de lo malo así que me doy el lujo de apagar el teléfono, seguir tomando bolsos, carteras y todo lo que me muestran
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ALIADOS (T/N y Pecados Placenteros)
Fanfiction― Esto no es una guerra, es la venganza a la memoria de una Morgan ― Christopher recita alzando la copa ― A la única Morgan que huyó de su apellido tanto como persiguió a su verdugo. Esta alianza se acaba el día que venguemos a mi hija y al que no l...