21. Reconstrucción

280 39 3
                                    

_____ Morgan Muller
2 meses después

El castillo donde ahora se están quedando los Morgan, me recibe y aún siento el sin sabor de no haberlo encontrado, lo busqué seguí su rastro desde que dejó Alaska y se ocultó de mí, Manuel aprieta mis hombros me encontró 5 días después de partir, me ayudó a buscarlo, hicimos hasta lo imposible por encontrarlo y simplemente él se escondió.

Han pasado 59 días desde que se fue y sigo con ese peso en el pecho que no me deja llorar, con esa rabia que no sé de donde me nace pero ni siquiera puede exteriorizarla, desquitarme, no puedo es como si todo mi cerebro hubiera tenido un shock emocional que apenas logro soltar algunas palabras.

― Tranquila.

Manuel me convenció de regresar al ver que cada vez me ponía peor, aprieto los puños lo miro antes de caminar y veo a Ryan salir a recibirnos, no se me acerca entro dejando a Manuel con él, Alex se levanta apenas me ve entrar, Manuel llega junto a Ryan.

Miro las escaleras ignorando a Alex y cuando coloco el pie en el primer escalón un cuerpo diminuto se choca con mi pierna ― ¿Ahora si vamos a jugar? ― Milenka me dice ― Lo prometiste, ven...

Manuel me la quita de encima cuando ve que no estoy para esto. Comienzo a subir al llegar a mi habitación encuentro a mi mamá a quien Manuel le informó que ya llegábamos, se levanta me ofrece sus brazos y corro tirando la mochila que tenía cargada en el hombro, me estrello en su pecho y el sentimentalismo me avasalla recordando el infierno de días pasados.

Buscando, preguntando por Vladimir, metiéndome a clínicas de rehabilitación, zonas de pandillas, todos los lugares que se me ocurrió me metí los quemé y no tuve resultados, mamá me abraza y un puchero se me forma en los labios.

― Llora si es lo que quieres corazón ― sacudo la cabeza aferrándome a ella, intento contener el llanto y solo cuando ella me deja ver a Rachel que entra colocando el seguro las lágrimas se me salen.

Tomo bocanadas de aire en un intento de contener el llanto pero nada funciona y Rachel se acerca a abrazarme, no hablo prefiero no decir nada solo me recuesto y ellas se mantienen a mi lado, las quiero a las dos, a mamá la adoro y Rachel es una gran amiga que siempre ha estado conmigo desde que la conocí, me ha cuidado como mi mamá y tengo la confianza de llorar con ellas, de sentirme vacía porque ninguna de las dos me ha juzgado, ni Rachel ni mamá me han lastimado y es por eso que escucho y tomo en cuenta todo lo que me dicen.

― Cariño, no me gusta verte así...

― Ningún hombre vale la pena para que llores así por él ― Rachel acaricia mi espalda cuando anochece ― no soy la más adecuada para decírtelo, también se que hay amores que marcan, pero a veces lo mejor es soltarlos por la paz.

― Si él decidió irse tú no puedes esperarlo ― mamá me dice y sé que todo lo que me digan es cierto, que en todo tienen razón, lo que me duele es que ni con cada argumento que me dan deja de doler ― Eres muy joven para atarte a quien ya te ha lastimado, sé que lo quieres, pero amarlo te lastima más que si haces el intento de seguir adelante.

Hablan y me dicen tantas cosas que a pesar que sé debería escuchar y levantarme no me apetece, cuando se van me levanto y de mi mochila saco un lápiz y el cuaderno que me ha ayudado a digerir todo esto que siento que solo me está retrasando y me estoy viendo ridícula, pero por lo menos luego me siento más relajada por pocos minutos.

Trazo líneas, dibujo, escribo lo que tengo que escribir intento tragarme las lágrimas que surgen pero la rabia que siento es demasiada, termino bajando al gimnasio improvisado que hay en el castillo, uso la trotadora para calentar, el corazón pareciera que me dejó de latir porque siento un vacío en el pecho, tomo los guantes de box y me voy al saquillo que esta colgado.

ALIADOS (T/N y Pecados Placenteros)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora