20. Cobardes

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______ Morgan Muller

― Vladimir... adelante todo, creo que podremos irnos juntos ― hablo con el olor de la sangre de Thomas en mi nariz ― Hice una... absurda iniciación... debiste de haberme visto...

Intento animarme, no quiero que piense que por su culpa ahora tengo una muerte que me pesa, porque no me pesa, no me arrepiento, de hecho todo hubiera sido igual, solo es raro... siento el sin sabor de que Alex y Reece vieron todo y no quiero que me odien, porque luego de todo era su hermano.

― Ya soy una mujer de la BRATVA... ya no nos tenemos que preocupar de eso... ― cierro los ojos apoyándome en la puerta que da al baño ― ¿Crees que podamos agregar a tu lista el Polo Norte? prometo que no tardaremos más de un mes... 

Recuerdo que él ya se fue, noto la carta y no sé porqué siento una punzada de miedo en el pecho, me acerco, se supone que me iba a dejar anotado mi primer destino, así que me apresuro a abrir el papel.

Niñata:

Se me escapa una sonrisa, ― ¿Así o más cursi? ― me burlo apoyándome en la almohada para leer mejor.

Sé que no me vas a entender, que tal vez te enojes y que me estoy jugando todo por irme así, pero lo hago por que el problema soy yo, lidiar y controlar a la BRATVA no es tu responsabilidad, es mía, no tiene que ser una mujer de la BRATVA, porque no quieres, yo lo sé y no quiero que te ates a este mundo solo por hacerme las cosas más fáciles.

Y no sé si tarde días, semanas, meses o años, no lo sé, en el mundo en el que nacimos es muy incierto todo, te pediría que me esperes, pero te conozco bien, sé lo que harás, sé lo que pasará por tu cabeza, lastimosamente te conozco tan bien que sé cómo acabarás y me duele, me duele mucho porque tengo muchas ganas de irme contigo a todos esos destinos y disfrutar como disfrutamos los últimos 3 años.

Pero niñata, para eso necesito cerrar algunos temas, necesito asegurarme que nadie va a destruir lo nuestro si cuando vuelva aún quieres que sigamos con lo nuestro... no es tan fácil como me lo planteaste, me corresponde a mi hacer algunos sacrificios y eso es lo que haré.

Vladimir

Dejo de leer con las manos temblorosas me convenzo que esto tiene que ser una pésima broma, giro el papel esperando que me diga que fue una broma pero no, no lo es y salgo corriendo, solo encuentro a Manuel apoyado en el coche, vuelvo abro daca maldita puerta y no está.

Subo de nuevo reviso debajo de las camas, en el armario, en el baño, cada rincón lo reviso, leo la carta y sacudo la cabeza ― Esto no puede ser, no puede...

La voz se me quiebra y trato de pensar con la cabeza fría pero no logro hacerlo, vuelvo a correr y salgo por la puerta trasera, me tomo la frente al sentir que me volvió a fallar, que me dejó, me dejó como todos y... la nieve es lo único que diviso, me niego a creer que se fue como un cobarde.

Entro y Manuel está en la cocina, ― Dame tu teléfono ― ordeno y me lo entrega sin decir nada.

Marco el número y nadie contesta, vuelvo a marcar y el llanto no me deja hablar, Manuel intenta acercarse y pongo mi mano pidiéndole que no se acerque.

― ¡¿Quién carajos se cree?! ― suelto el grito y me tapo la cara.

Manuel baja la mirada da un paso y  le doy la espalda, aprieto los puños.

― ¡¿Por qué toma decisiones por mí?! ― lloro y siento que Manuel me abraza sus manos rodean mis hombros y Manuel apoya su cabeza en mi sien y lo abrazo.

No quiero enojarme, no quiero hacerlo, tengo que buscar soluciones, aparto a Manuel y con las llaves que le quite salgo en dirección de la camioneta.

― _____ se fue, déjalo así.

ALIADOS (T/N y Pecados Placenteros)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora