Esa noche no pude dormir casi nada, al cerrar mis ojos solo recordaba las palabras de aquel chico. ¿Cómo se iba a pagar todo eso? Sólo vendo flores, además ¿Por qué Lilith pidió esa cantidad de dinero? ¿Cuándo? Miles de preguntas inundaron mi cabeza, desesperado por una respuesta.
El día domingo planeaba no abrir para pasar más tiempo con Charlie pero debido al aviso que me dieron no podía darme el lujo de desperdiciar un día de trabajo, debía recaudar ese dinero. Tenía el ligero temor de que puedan hacernos daño, ya que, esa gente usualmente no le interesaban el daño que hacían.
Lilith... ¿Fuí tan insuficiente para ti?
Ese día deje a Charlie en casa de una vecina mía, Carmilla. Ella insistió en acompañarme pero por ahora no podía arriesgarme a llevarla.En todo el día estuve paranoico viendo hacia la puerta, me sentía agradecido de que en todo el día ese chico no sé a aparecido nuevamente y se vendió bastante para ser un día muy vago. Sin embargo, también espere por Alastor que extrañamente tampoco se había aparecido y me sentía preocupado. Probablemente no sea de mi incumbencia saber lo que hacía en todo el día o en que ocupaba su tiempo pero algo dentro de mí lo anhelaba. Quería saber más de él.
Ya estaba por cerrar la tienda y cuando voy agarrar el último balde vacío que quedaba, noté la silueta de una persona. Llevaba unos zapatos de cuero bien lustrados que parecía conocer.
—Hola, señor Morningstar —alcé mi cabeza con entusiasmo. Alastor me miró con una bella sonrisa en su rostro, sus manos estaban posicionadas en su espalda por alguna extraña razón.
—¿Cómo estás, Alastor? —dije amablemente esbozando una sonrisa. Me sentía tan feliz al verlo—. Pensé que ya no vendrías.
El me miró directamente a los ojos, podía sentir su ligero nerviosismo, se acomodó sus lentes con una mano y dio un profundo suspiro.
—La verdad estaba esperando a que cerraras... —un rubor cubrió sus mejillas.
—¿Por qué? —pregunté curioso.
Él expuso lo que escondía detrás de su espalda, ocultando su excesivo sonrojo volteando su cara hacia un lado. Me sorprendí al ver que se trataba de un hermoso ramo de flor de Cerezo, eran las más hermosas de la temporada ¿dónde las había conseguido? Las tomé quedándome embobado en su belleza para después mirarlo a él. Era tan bello como las flores que me había regalado.
—Son para ti...
—Son hermosas, pero... ¿por qué? — pregunté sintiéndome confundido.
—Señor Morningstar. ¿Quisiera usted tener una cita conmigo? —soltó así sin más.
Parpadeé un par de veces, sintiendo en mis mejillas el calor ante el sentimiento se sorpresa.
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Pétalos de amor | Radioapple
FanfictionDónde Lucifer está más que enamorado de su fiel cliente al que viene a su tienda todos los días a comprar una flor para su "amante".