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El día anterior no pude dormir casi nada, los pensamientos me atormentaban constantemente ahuyentando mis sueños. Busque refugio en la cama de mi hija, esperando que sus pequeñas manitas espanten tales recuerdos. Mientras dormíamos abrazos la voz de Alastor sonaba de fondo y poco a poco fui cerrando mis ojos.
¿Por cuanto tiempo más estaré pasando este calvario por ti, Lilith...?
Esa mañana me levanté casualmente antes de las cinco y media de la mañana, gracias a eso tuve tiempo de tener las cosas hechas y no salir en contra hora cuando voy a dejar a Charlie a la escuela. Agradecí a los cielos que finalmente se acercaban las vacaciones y podría descansar de ir de norte a sur en estos meses, lo malo es que no tener como llevar a Charlie a pasear. En las vacaciones solía llevar a Charlie a la playa o campamentos de recreación, ella era fanática del aire libre y la vegetación.
Alastor como todos los días vino a la hora exacta, su presencia me calmaba y su voz era una música que no me cansaba de escuchar. No voy a negar que aún me causaba nerviosismo su presencia, él tenía una personalidad muy vivaz, muy diferente a mí. Le arme un hermoso ramo de girasoles decorada con flor velo de novia, la combinación de amarillo y blanco eran uno de mis colores favoritos aparte del rojo. En estos días me he empeñado en hacer hermoso ramos para Alastor porque me he dando cuenta de cuánto extraña a su madre, todos los días me cuenta pequeñas cosas de sobre ella, las experiencias que pasaron juntos e incluso me dio sus antiguos recetarios de cocina. Su madre fue una mujer encantadora y llena de vida, Alastor es tan parecida a ella.
En la tarde, Alastor me está ayudando en ir a recoger a Charlie al colegio y eso me da oportunidad para seguir vendiendo más, usualmente cuando iba a recoger a Charlie al colegio tenía que cerrar un leve momento y ahora que Alastor me ayuda con lo que puede, gracias a eso la vida me parece un poco más fácil de sobrellevar. Ya no me siento todo el peso en mis hombros.
Mientras decoraba un ramo de magnolias, pude notar como un auto elegante se estacionaba al otro lado de la calle, justo en frente de mi local. De aquel auto se bajó un chico alto y delgado, llevaba ropa de diseñador y su ropa era muy pegada a su cuerpo que al parecer lo tenía en forma. Su cabello era de color rubio cenizo y sus ojos tenían una pequeña peculiaridad, su irís eran de un color diferente. Su ojo derecho era un azul profundo y el izquierdo era un chocolate oscuro. Del carro donde se bajó vi a una persona conocida y al ver su sonrisa mi cuerpo se estremeció. En el auto se había quedado Valentino.
El chico camino pausadamente hasta el local mientras que yo lo observaba, parecía ser muy exótico.
—Hola... ¿Usted es Lucifer Morningstar? —habló rápidamente como si estuviese nervioso. Dejé lo que estaba haciendo a un lado y me acerque al mostrador— Soy Anthony y vengo de parte de Valen-...
—Con todo respeto, déjame interrumpirte muchacho —hable lo suficientemente alto—. No me interesa saber de ese hombre, es verdad tengo una deuda grande con él, lo tengo presente. ¿Él es tu jefe verdad? —pregunté mientras limpiaba mis manos.
