Sin saber que hacer observo su alrededor, dejo la manzana con una simple y pequeña mordida en el suelo antes de recordarse cuál era su misión, adentrándose a la oscura habitación camino hasta la puerta abierta, la cual podía notar comenzaba el closet, caminando ligeramente sin hacer ruido alguno, sonrió al ver que lo había logrado.
Sobre una barra de seda donde se mantenían las cajas de corbatas, relojes y demás objetos de valor que alguna vez le vio ocupar, tomando una bata de seda negra se la coloco esperando tener el tiempo suficiente para inspeccionar lo que usaría en su regreso a sociedad. Deteniéndose observo una caja repleta de máscaras, unas que fácilmente solo cubrirían la mitad de su rostro, con una sonrisa tomo el mejor traje negro, unos bóxer y unos zapatos de cuero negro, verdaderamente agradecía la extrañeza de aquel modelo de pasarela que había decidido ser un doctor psiquiatra.
- Sabes Eddy, solo te pido nunca cambies - cambiándose tomo una máscara que daba la impresión de ser un gato negro, decorada con pedrería la cual comprendía sería más cara de lo que siquiera pudiera llevar en billetera, si tuviera una.
Tomando un post it y una pluma volteo al castaño quien aún no despertaba, escribiendo apresuradamente, colocando este en el espejo del baño corrió fuera de la mansión, estaba preparado, fácilmente podría encontrarse con sus padres, pero era obvio que eso sucedería, más cuando era la fiesta de recaudación de fondos para los pobres de otros países.
- ¡Taxi! - llamando la atención de un taxi blanco subió con una sonrisa mientras esperaba este no lo sacara al no revelar su rostro - al hotel "La Medalla".
Sin realizar pregunta alguna le llevo, jugo con la orilla de su camisa negra mientras veía el camino desde la ventana, pocas veces se mostraba en su forma humana, pero no para estas ocasiones no deseaba más que reírse personalmente en la cara de sus antiguos conocidos. Al llegar pago con el dinero robado, bajo y se adentró al brillante hotel, aquí nadie entraba con invitación, mientras se tuviera la imagen de dinero junto a una máscara cubriendo su rostro sería bienvenido sin hacer mayor pregunta.
- ¿Su nombre señor?
- Louis Vallarta - colocando el apellido de Eddy observo en todo momento a los demás invitados, cada uno vestido en blanco o negro, algunos antifaces llevaban grandes plumas y otros aparentaban ser simples encajes sobre sus rostros.
- Bienvenido, aquí le entrego su llave, tenemos barra libre esta noche - asintiendo recibió la tarjeta negra, que le daba ingreso a una habitación en caso de que se deseará quedar esa noche a descansar, sin responder ingreso, muchos hombres que conocía y odiaba pasaban a su lado, tomando o bien acompañados de sus esposas, pero todos unos malditos criminales.
Llegando hasta la barra tomo un pequeño plato el cual lleno con chocolates y frutas caramelizadas, nadie le diría algo sobre comer, pero si sobre sus ansias de matar con la mirada a aquellas personas que le tiraban miradas de invitación.
Algunos hombres pasaban cada hora con cajas las cuales los millonarios llenaban con cheques, se mantuvo inspeccionando a las personas, buscando que era mejor por robar y sabía de alguna manera que nadie era tan digno como los dueños de aquella ostentosa fiesta.
Levantándose dejando el plato vacío camino a la pista, donde algunas parejas bailaban, con una sonrisa y entre todos tan apretados fue metiendo sus manos a sacos y pantalones, todos tenían algo interesante que podría llevarse ese día, nadie se podría salvar de él. Jugando con un par de aretes de diamante topo contra un cuerpo grande, su aroma era el de una suave briza de verano y su calor corporal el de una chimenea en el medio de una ventisca de invierno, era algo sorprendente encontrar alguien a quien deseaba abrazar para no separarse, era una necesidad la cual deseaba cada vez tener más cerca.
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No. 2 - Regreso a Casa (Gay Love)
FantasíaEscapando de lo que alguna vez fue, pero el olor a sangre, el recuerdo de sus manos manchadas en carmín y aquellos gritos, cada momento estaba fuertemente grabado en su mente. Corriendo de la verdad por cinco años vuelve a donde alguna vez todo com...