Parte 15

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Deteniéndose busco contener su molestia, Mike pedía consejos a alguien que había escapado toda su maldita vida del compromiso, ahora cuando veía su paso encontraba lo mismo, sexo gratis para todos mientras olvidaba lo que verdaderamente era sentir. Edward era un ejemplo de rectitud, la misma por la cual la relación de hermanos se había desecho, podían encontrarse en la misma habitación para que al final simplemente no pudieran congeniar. 

Años atrás fue uno de los guerreros más fuerte del equipo protector de la puerta custodiada por las hidras, pero el puesto de fuerte se le subió a la cabeza, se creyó inquebrantable, asimilo que nadie podría ir contra él, se acostó con varias de las súcubos y golpeo a personas inocentes demostrando que era más. Cayo el día que por detener a un cazador que golpeaba a su hermana menor se vio tirado en el suelo desangrándose, con doce cabezas extras, era el hazme reír, inclusive para aquella pequeña que creyó proteger y aun así murió bajo su veneno. 

Había matado a una de los suyos, a una niña que lo vio como el mejor, inclusive cuando fue el peor, sus padres se lo dijeron, pero no lo culpaban, solo le pidieron desistir de su puesto, alejarse hasta que fuera el momento de volver a casa, cuando no tuviera otra opción. 

- No mereces ser más herido de lo que ya los sido, vámonos ya - caminando rápido fue seguido por el menor, dejo la pulsera con en la ventanilla de salida, supo cuando Mike realizo lo mismo mientras aún corría detrás de él. 

- ¿Que te hace creer que saldré más herido? ¿Mas de lo que ya lo he sido? ¡Vi morir a mis hermanos! ¡A mi camada! Fui abusado frente a sus cadáveres y fui tratado como una maldita mascota sexual desde los diecisiete años, no creo que haya algo que pueda hacer aún más daño que verme solo - el rubio observo la espalda del mayor antes de ser sorprendido por el agarre sobre su mandíbula. 

- ¿Y si mueres entre mis manos? ¿Eso no dolería más? Puedo concederte la idea del sexo, pero que sucederá cuando la magia se salga de los límites de estos guantes - siendo cayado con un beso supo que estaba perdido, correspondiendo atrajo el cuerpo del rubio a él. 

- Dime que te hace falta y lo conseguiré, solo te pido entregarme lo que falta de mi libertad~

- Perder el miedo a mí mismo - sus labios se rozaban entre palabras en el medio del estacionamiento de aquel lugar familiar. 

- Soltando las cosas de valor - ambos voltearon a aquel encapuchado que les apuntaba con una escopeta, una que era ocupada para humanos - no han escuchado, vamos o mueren aquí. 

- Si tenemos sexo en la mansión doy por hecho que Louis y Edward me matarán - soltando un puñetazo contra el abdomen del desconocido le vio caer entre gritos - tal vez me pase~

- No lo creo - acariciando la mejilla del castaño observo aquel brillo mágico en su mirada carmín, una que había visto en Edward cuando veía a Louis, eso deseaba él. Tomando el cuello del alto unió nuevamente sus labios con los de él, siendo empujado contra la motocicleta - vamos, te llevaré a un lugar bonito~

Regresando a la motocicleta el mayor condujo con la misma apresurada velocidad, deteniéndose en un hermoso hotel ambos bajaron con las manos unidas, Mike sonriendo ante las pequeñas caricias que el mayor dejaba sobre su rostro. 

- Bienvenidos~

- Ahórrate, quiero una de las habitaciones del área carmín - la chica asintió mientras tecleaba de manera apresurada en el computador - se acepta solamente tarjeta platino~

- ¿Una black no te es funcional? 

- No desearía en cambio una habitación premium en el área VIP del hotel~

- No ¿Desearías apresurarte? - la chica asintió mientras le entregar el POS, pasando la tarjeta por encima este sonó aceptando el ingreso, de este salió una tarjeta plateada la cual tomo sin esperar mayor conversación de la recepcionista. 

No. 2 - Regreso a Casa (Gay Love)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora