Parte 19

0 0 0
                                    

Charles y Edward se encontraban fuera de la frontera siendo capturados en sus formas, sostenidos en el suelo mientras se les impedía el ingreso, creyeron poder confiar a sus seres más queridos a quienes podían ser sus familiares, pero era lo contrario, escucharon que los dos pequeños magos morirían por traición. Buscaron luchar, aunque sin resultados, varias hidras aplastando sus huesos en cada pequeño movimiento, nada importaba, pero no perderían sin luchar, no lo harían, ellos eran más importantes que aquella maldita ciudad. 

- ¡Protejan a los dos malditos! Los traidores han escapado - Charles jadeo mientras negaba, sabía que Mike era pequeño, escapar por el aire solo implicaría perder un ala. Edward en cambio solo tuvo esperanza, Louis alguna vez ya había escapado, reconocía como alejarse de los problemas y no lloraría si este decidía dejarle atrás. 

Una explosión en el interior de la cueva llamo la atención de ambos, volviendo a luchar escucharon nuevamente sus huesos ser destruidos, pero debían luchar. 

- ¡subito CREPITUS! 

- ¡explosive mortem! - subiendo sus miradas, Edward sonrió, había molesto alguna vez a Louis sobre la idea de volar en escoba como en los cuentos de hadas, pero jamás creyó verlo. El pequeño mago azabache estaba parado sobre una escoba de palma, lanzando hechizos diestramente, seguido de Mike quien sentado se sostenía con una mano y la otra servía para hechizar a todo aquel que se acercará a su mayor. 

Los magos estaban vestidos en capas blancas, por lo que le tranquilizaba, las hidras que les protegían se alejaron en busca de detener a los traidores, pero fue suficiente para regresar a sus formas humanas, no podían sanar como bestias. 

- ¡Creo que no le caímos bien a los suegros! - Louis y Mike llegaron a ellos en ligeras sonrisas - les dolerá un poquito ¡integram sanitatem! 

- ¡explosive mortem! No tenemos mucho tiempo~

- Lo sé ¡Vámonos! - ayudando a ambas hidras a subir a las escobas volaron nuevamente lejos de tantas cabezas y cuerpos gigantes - ¡Mike! Guía el camino~

- ¡Entendido! - mientras el menor hechizaba las escobas para seguir el camino a casa, Louis se encargaba de seguir en pie, lanzando hechizos que por lo menos detuvieran algunos minutos a hidras y dragones, seguidos de igual modo por magos, lobos y trolls, que eran contratados por Pregonas, suspirando verdaderamente se deban por muertos. 

- ¡Necesitamos un lugar donde perderlos! 

- El parque de diversiones, sería lo más fácil perderlos en un lugar repleto en gente - asintiendo siguió siendo guiado, las dos hidras se habían caído desmayadas por el hechizo de sanación, por lo que, a pesar de luchar por protegerlos, se mantenían buscando mantenerlos sobre las escobas, unas que habían robado de un cuarto de limpieza. 

Siendo seguidos hasta el lugar repleto en colores, les perdieron en las fronteras del lugar, pero sabían que entrarían como humanos y los buscarían. Entrando al lugar, desmayaron a algunas personas, se vistieron en botargas y esperaron a que los mayores despertaran, escondidos en el medio del bosque, el cual era él más seguro junto a todos los edificios. 

- ¿De dónde salió la idea de las escobas? 

- Edward bromea sobre que al ser magos podemos volarlas, pero siempre lo consideré una idea tonta, nunca creí que pudieran verdaderamente ser ocupadas en situaciones de escape - observando su alrededor suspiro - siempre he escuchado que las suegras son los peor, pero para este caso es toda la maldita familia del esposo~

- Nunca creí que al casarme mi familia política me odiaría~

- Yo aún menos - escuchando el jadeo de Charles ambos voltearon, Edward abrió los ojos, acompañado en un grito ahogado que les hizo saltar - ¿¡Te duele algo!? ¿Qué sucede? 

No. 2 - Regreso a Casa (Gay Love)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora