XIX.

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Luego de que Ser Criston le informará a los reyes y la princesa heredera lo ocurrido, se desató el caos.

La tensión en Desembarco del Rey se había vuelto palpable desde el incidente en la habitación de Aegon. Los rumores sobre la disputa entre Aegon y Jacaerys se propagaron rápidamente por los pasillos del castillo.

La reina Alicent estaba furiosa y preocupada por la seguridad de su hijo.

No podía sacarse de la cabeza la imagen de Jacaerys con la intención de golpear a Aegon, y la sola idea de que su hijo pudiera estar en peligro la llenaba de una furia implacable.

Viserys, por otro lado, se esforzaba por mantener la calma ante la creciente tensión en la corte. Sabía que debía actuar con prudencia para evitar que la situación empeorara aún más. Sin embargo, su corazón estaba lleno de preocupación por la seguridad de su hijo.

Mientras tanto, Aemond se consumía por la ira y la sed de venganza. No podía soportar la idea de que su hermano hubiera sido atacado de esa manera, y estaba decidido a hacerle pagar a Jacaerys por lo que le hizo a Aegon, o mínimo a mantenerlo alejado de él. Cada vez que pensaba en el rostro asustado de su hermano ante la idea de ser golpeado, su ira se intensificaba, la sola idea de Aegon pasando por algo así lo enfermaba.

Daemon sentía un nudo en el estómago cada que imaginaba a Jacaerys al borde de golpear a Aegon. Y el odio hacia Viserys crecia al ver que no habia hecho aún nada al respecto. Tal vez era momento de que él interviniera y le enseñará al Velaryon que no debía siquiera pensar en tocarle un cabello a uno de sus niños.

°°°°

Fue en medio de esta atmósfera cargada que Alicent, con una mirada llena de determinación, se acercó a Viserys en la privacidad de sus aposentos.

-Viserys, necesitamos hablar -dijo con firmeza, su voz resonando con urgencia mientras lo miraba directamente a los ojos.

Viserys asintió, reconociendo la seriedad en la expresión de su esposa.

-¿Qué sucede, Alicent? -preguntó con cautela, sintiendo un nudo de ansiedad formándose en su estómago.

-He estado pensando en lo que sucedió entre Aegon y Jacaerys, y creo que es hora de tomar medidas drásticas para proteger a mi hijo -declaró Alicent, su tono lleno de determinación.

Viserys frunció el ceño al escuchar a Alicent referirse a Aegon como si solo fuera de ella, y preocupado por el rumbo que estaba tomando la conversación.

-¿A qué te refieres, Alicent? -inquirió, su voz ligeramente tensa mientras esperaba una respuesta.

Alicent lo miró con seriedad, sus ojos brillando con determinación.

-Necesitamos alejar a Jacaerys de Aegon, cancelar ese compromiso-afirmó, sus palabras resonando en la habitación con una intensidad impactante. -No pienso exponer a mi hijo a pasar por algo similar de nuevo.

Viserys se quedó atónito por un momento, asimilando las palabras de Alicent. No podía creer lo que estaba escuchando.

-¿Alejar a Jacaerys de Aegon? -repitió, su voz llena de incredulidad-. Pero ¿por qué? Solo fue una disputa de pareja, Alicent.

Alicent suspiró, su expresión reflejando la gravedad de la situación.

-¿Una disputa de pareja? ¡Estuvieron apunto de golpear a mi hijo!, ¡Eso no es una disputa de pareja! No pudo permitir que Aegon esté expuesto a más peligro. Si Jacaerys es capaz de atacarlo de esa manera, ¿quién dice que no llegaria a más? -explicó, su voz llena de preocupación por la seguridad de su hijo.

Ámame [Jacegon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora