XX.

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Alicent Hightower siempre había sido la lady perfecta.

Siempre a vista de todos ella era el ser más devoto de los sagrados siete y una persona que siempre que tenía oportunidad visitaba el Septo.

Todos ignoraban que había logrado llegar al trono como consorte del rey de los siete reinos.

Tal vez muchos vivían en la burbuja de que todo fue planeado por Otto Hightower, todo muy alejado de la realidad.

Su primer objetivo de Otto fue casarla con un noble, Alicent se caso con un noble, solo que como Otto nunca específico con cuál, ella fue y se caso con Viserys.

Una gran jugada.

La segunda orden de su padre fue traer herederos al trono que llevaran la sangre Targaryen. Otto tampoco dijo que tenían que ser exclusivos de Viserys, por eso más temprano que tarde, hizo amante suyo a Daemon Targaryen. Y ella dio príncipes con la sangre del dragón.

Cuando Daemon le ofreció huir juntos, fue momento de hablar con Otto Hightower, le ofreció hacerlo la mano del rey, si a cambio él lograba que mandaran a Daemon al exilio tras el muro. Fue piadosa con Daemon, luego le logró un matrimonio con Laena Velaryon.

Manejar a Rhaenyra siempre fue más sencillo, sabía que mantenía un amorío con su guardia jurado, y solo necesito darle la idea a Viserys de que si Rhaenyra se unía en matrimonio con Laenor Velaryon eso sería una gran unión para el reinado de su nyra.

Tal como su padre de ella sugirió, Otto siempre tenía ideas para librarlos de todo.

Luego del anuncio del compromiso de Laenor con Rhaenyra, el siguiente paso fue hacerla conocedora de su amorío de ella y su tío Daemon. Sabía que Rhaenyra al ser una Targaryen sería una persona egoísta y celosa, fue así como logró que Rhaenyra le contará de ese amorío a Viserys.

Alicent recordaba claramente ese día, mientras manipulaba a Viserys con maestría. Con voz suave pero firme, le insinuó que si realmente dudaba de su lealtad, podía ofrecerle veneno para probarlo. Sabía que esos pensamientos sembrarían la duda en la mente de Viserys, asegurando así su posición como confidente y aliada leal en su corazón.

Viserys cayó ante la astucia de Alicent, ella se habia asegurado de que en sus ojos se reflejara una mezcla de angustia y confusión al ser acusada de algo tan vil.

Sabia que en el momento Viserys se sintió abrumado por la incertidumbre y la sospecha. Sin embargo, en ese momento de vulnerabilidad, se aferró a ella como su ancla de confianza en un mar de intriga palaciega.

Una de las únicas cosas que nunca había contemplado y la tenían sufriendo dolores de cabeza ahora, era que Rhaenyra se encamaria con Harwin Strong y engendraria bastardos, por supuesto Laenor Velaryon estaba más ocupado jugando a las espadas con sus guardias. Lo suficiente como para no darle importancia a que los hijos que llevaban su apellido eran simples bastardos.

Había incluso manejado eso bien en su momento, antes del desastre de Marcaderiva.

Antes de ese maldito día todos llevaban vidas tranquilas y felices, sus hijos tenían el amor de Viserys para ellos.

Cuando por culpa de uno de los vástagos de Rhaenyra, Aemond perdió uno de sus ojos, perdió el control de sí misma al ver a Viserys no hacer nada por su hijo, recordaba a Aemond culpando a Aegon y a Viserys cuestionando a su hijo en lugar de hacer que se pagará la deuda por el ojo de Aemond.

Esa noche había discutido con Viserys sin parar, pero recordaba explicitamente sus palabras.

" -¿Cómo puedes seguir ignorando esto, Viserys? ¡Nuestro hijo perdió un ojo a manos de tu nieto debido a la negligencia como madre de tu hija! -Recuerda haber gritado.

Recuerda a Viserys frunciendo el ceño antes de decir:
-¿Crees que no me duele ver a mi hijo herido? Pero Lucerys no actuó solo porque si, Aemond inicio esa pelea.

Luego de ver a su hijo siendo culpado por perder un ojo, ella dejo de ver a su esposo, vio a un enemigo.
-¡Aemond solo se defendía! ¿No ves que Rhaenyra y su negligencia siempre han sido un problema? ¡Deberías haberla controlado!

- ¡No me digas cómo criar a mis hijos! Aemond no es inocente en esto, y Rhaenyra es mi hija, como lo son Aegon y Helaena-Gritó Viserys.

Ella recuerda como le tembló la voz cuando pregunto:
- ¿Cómo puedes ser tan ciego? ¿No ves que esta familia se está desmoronando bajo tu reinado débil?

Recuerda como viserys solo alzó su mano y le señaló la puerta, y ella salió de ahí, tenía un hijo al que cuidar, y otros dos a los cuales calmar"

Esa noche fue la única que necesito para que se perdiera todo el aprecio que sentía por Viserys Targaryen.

No se había deshecho de Rhaenyra y Daemon por completo, todavía tenía sirvientes fieles y caballeros fieles a ella que se encontraban en las filas de ambos.

El regreso de Daemon no lo había planeado, pero le había venido como anillo al dedo, Aemond se veía más contento con él alrededor, enseñándole todo lo que sabía.

Criston Cole había sido uno de sus mayores premios, había sembrado, en él, el odio hacia Rhaenyra Targaryen. Y ahora era su más fiel seguidor, el protector de sus hijos.

Tenía al maestre Mellos igual, Gerardys era completamente fiel a Rhaenyra, así que no le servía.

Se había asegurado de solo tener gente leal a ella a su lado durante los últimos 19 años que llevaba casada con Viserys Targaryen.

Todo había llevado un buen curso luego de Marcaderiva para ella y sus hijos, hasta la llegada de Rhaenyra con la propuesta de matrimonio entre Jacaerys y Aegon.

Ese maldito niño estaba siendo un problema.

Era una amenaza para su hijo Aegon.

Ella lo sabía desde que ellos eran niños y Jacaerys sólo seguía a Aegon como un patito.

No importaba lo que hiciera Aegon, allí estaba Jacaerys, siguiéndolo, admirándolo, como si fuera su sombra.

Al principio intento decirse así misma que era solo porque Aegon era tan sólo 2 años más grande que él.

Que equivocada estaba.

¡Esa obsesión de Jacaerys por Aegon lo convirtió en una amenaza para su hijo!

No podía seguir permitiendo que su lealtad ciegamente fanática a Aegon lo continuara poniendo en peligro.

Necesitaba asegurarse de que Aegon estuviera protegido de cualquier influencia negativa que pueda venir de Jacaerys.

Gracias a los sagrados siete, Jacaerys había dado un paso en falso.

Había intentado estado a nada de herir a Aegon y finalmente firmo su sentencia.

Era hora de tomar medidas drásticas.

Jacaerys debía ser apartado del camino de Aegon de una vez por todas, y si era necesario, se tomarían medidas más severas para asegurar la seguridad de sus hijos.

A ella no le interesaba el trono para sus hijos, a su padre si, pero a ella no.

A ella le interesaba que sus hijos llevaran una buena vida junto a ella, y nos dejaría que nadie arruinará a sus niños, ellos se merecían todo lo bueno del mundo, y ella se encargaría de quitar a los estorbos de su camino de ellos si era necesario.

Ámame [Jacegon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora