XVIII.

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Aegon se había recuperado a la semana de haber caído enfermo, durante esos días durmió en la habitación de su madre, había dormido acompañado de ella, como cuando era un niño con miedo a dormir solo. Si bien ahora no era un niño, era un adolescente con miedo a dormir solo y que Jacaerys ingresara a la habitación por medio del pasadizo.



El temor persistía.



En la penumbra de la habitación, envuelto en las sábanas como un escudo contra el mundo exterior, se encontraba sumido en sus pensamientos.



De repente, el sonido de la puerta abriéndose lo sacó de su ensimismamiento. Levantó la mirada con sorpresa al ver a su hermano Aemond entrar en la habitación, con una expresión grave en el rostro.



-Aegon -dijo Aemond en tono serio, acercándose con cautela hacia la cama.- Necesitamos hablar.



La presencia de Aemond siempre había sido reconfortante, pero en ese momento, la tensión en el aire sugería que la conversación que se avecinaba sería todo menos reconfortante.



Aegon asintió con cautela, su mente revoloteando con especulaciones sobre lo que su hermano mayor tenía que decir. Se apartó las sábanas con gesto vacilante y se sentó en el borde de la cama.



-¿Qué sucede? -preguntó Aegon con confusión.



Aemond tomó asiento a su lado.



-Has estado actuando extraño desde hace días -comenzó, su voz llena de empatía- ¿Hay algo que no me hayas dicho? Entiendo si no se los has dicho a madre, pero luego de mi mutilación me prometiste que serias mejor hermano y no me esconderias nada, y desde que Jacaerys está comprometido contigo, has estado actuando como si no fueras tú.



El nombre de Jacaerys resonó en la habitación, como un eco siniestro en la cabeza de Aegon. Se aferró al borde de la cama, sintiendo cómo la ansiedad volvía a apoderarse de él.



-¿Qué cosas dices? He estado actuando bien, y el bastardo de Jacaerys tampoco tiene gran relevancia para mi -dijo, fingiendo ignorancia.



-Tío Daemon me dijo que la última vez que fuiste visto fue cuando Jacaerys pidió hablar contigo, y Joffrey también dijo que su hermano se veía molesto -Dijo con tono severo.



Para Aemond era más que claro que ese bastardo algo le había hecho a su hermano.



Aegon inhaló profundamente.



Le había prometido a Aemond ser diferente con él, y lo había cumplido, había arreglado su relación con sus hermanos.



Había dejado de tomar en exceso, ya no se la pasaba diario en la calle de Seda.



Prácticamente se había rehabilitado por el bien de sus hermanos. Pero esto no era algo que ellos necesitarán saber, no haría a su hermano meterse en problemas por pelear con Jacaerys.



Aegon levantó una ceja con una sonrisa burlona.


-Tío Daemon y Joffrey, ¿eh? Debes tener mucha confianza en tus fuentes. Pero no te preocupes, hermanito, no hay nada que no pueda manejar. Solo estaba pasando tiempo con Jacaerys, ¿qué tiene de malo eso? Quizás estén exagerando un poco.



Aemond frunció el ceño, claramente no convencido por la actitud de su hermano:


-No se trata solo de pasar tiempo con él, Aegon. Se trata de cómo te ha estado afectando. Estás actuando de manera diferente, como si estuvieras bajo su influencia o te hubiera hecho algo. No puedo quedarme de brazos cruzados viéndote así.

Ámame [Jacegon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora