•7•

24 1 0
                                    

"Cuidadores y .. ¿Manos azules?".

Mientras Saniwa abría la puerta hacia el cuarto de cuidados Shishiou y Yamatonokami caminaban lentamente hacia la habitación siguiendo las órdenes de su amo, no apresurarse y no moverla demasiado, esa situación era extraña ya que daba la impresión de llevar un cadáver frío a su entierro, neutro, inmóvil y pálido. Pronto lograron subir por el par de escalones sosteniéndola con la mayor delicadeza de su vida y entrando entre los dos al cuarto de cuidados y acostandola en el suelo donde Yagen ya esperaba con mantas calientes, infusiones y ungüentos para sus heridas , el joven de cabellos oscuros dio un vistazo rápido a sus ropas mojadas y su piel pálida como el papel cuestionandose cuánto tiempo estuvo en esa situación, tomó su mano un poco y apretó para verificar el pulso débil y se acercó a su oído para hacer un llamado.

— Señorita, ¿Me escucha?. — esperó unos segundos a algún estímulo, no se movió ni dio señales de hacerlo escuchado, por lo que llamó una segunda vez — ¿Puede escucharme señorita? .

No hubo respuesta, no movió ni un solo músculo ante su llamado, tomó de su saco una lamparita y con cuidado abrió uno de sus ojos alumbrando con la luz , sin embargo nervioso se percató como sus pupilas estaban muy dilatadas y el iris se iba hacia atrás cerrandolo finalmente sin señales de algún estímulo, Yagen la miró de nuevo y se decidió a dar el informe.

— maestro — Saniwa, quien estaba sentado prestando toda su atención lo miró. — está totalmente inconsciente, por ahora propongo quitarle la ropa mojada, limpiarla un poco y ponerle algo abrigador inmediatamente.

— me parece correcto. — de un cajón tomó unas tijeras y se acercó a la mujer mientras Yagen buscaba una bata de tela ancha, Saniwa cortó la parte superior de las tiras de sus ropas y acercó la tijera al lado inferior, cortando en línea recta, pronto Yagen le tendió una bata y se levantó para buscar unas medias gruesas para ponerla a la mujer mientras su amo continuaba con la acción. — Yamatonokami, ¿Podrías ayudarme a levantarla ? Solo es un momento.

Yamatonokami se sentó junto a su amo y como pudo logro levantarla con el mayor cuidado posible, era evidente que tarde o temprano la gravedad hiciera lo suyo y la tela del vestido descendiera hasta la altura de sus atributos, provocando en Yamatonokami un gran bochorno.

— no te alteres — expresó el serio Saniwa haciéndose a su lado y abriendo la bata sin mirar a la mujer, tomó su mano y paso la manga por su brazo derecho, claramente el movimiento solo hizo que la tela cayera y se revelará su cuerpo semi desnudo un par de segundos mientras Saniwa la cubría intentando no ver ni tocar de más.

— maestro, ¿Ya terminamos? — consultó con su rostro ruborizado queriendo escapar, vió como su amo terminaba de cubrír su espalda y pasar su brazo por la manga izquierda, esperando terminar por el bochorno.

— no te preocupes, ya vamos a terminar, por favor acuestala muy despacio, no te precipites. — ordenó viendo a su subordinado acostandola lentamente, pronto se acercó a la mujer y jalo por debajo de la ropa la tela cortada y termino de cubrirla cerrando la bata con un nudo enfrente. — bien hecho.

Shishiou quien estaba buscando vendajes a un lado de la mujer dió un vistazo rápido a sus manos, eran frágiles con dedos delgados, sin embargo pronto notó algo que llamó su atención, la caricia de un tono azul en la punta de sus dedos que adornaba a la mujer en un aire de misterio. Shishiou se acercó con un trapo húmedo y poco a poco limpió sus manos y rostro llenos de polvo y suciedad mientras Yagen quien ya había regresado se encargaba de limpiar las heridas de sus rodillas, rápidamente vendo sus heridas y en sus pies coloco unas medias gruesas para evitar que tuviera frío, percatandose que tenía un entumecimiento y un muy muy sutil tono azul en la punta de los dedos de los pies por debajo de las uñas.

— Amo, ¿Podría acercarse? — Saniwa se levantó de su sitio y se acercó a él, viendo exactamente lo mismo. — ¿Que deberíamos hacer?.

— por ahora lo mejor será mantenerla abrigada, de ser necesario alguien debería quedarse por la noche a cuidarla . — miró por un momento a la mujer, tenía señales de haber sido lacerada en muchas áreas de su cuerpo, no parecía tener un peso saludable ya que estaba muy delgada y la condición en la que estaba le daba para pensar. — ésta noche me gustaría que alguien la vigile y verifique su salud , de ser posible mantenerla caliente ya que la temperatura será baja los próximos días por el mal clima. Tomarán turnos de cuatro horas para que no haya interferencias en sus descansos.

— como usted indique mi señor — contestó Yagen reverenciando a su amo, mirando a la mujer con curiosidad — maestro, creo que ya podemos recostarla en el ofuton, lo ideal es que permanezca acostada de lado para evitar que se ahogue, desgraciadamente mientras esté así no le puedo dar infusiones.

— me parece bien, Shishiou, Yamatonokami, ayúdenme a acercarla al ofuton, procuren no hacer movimientos bruscos.

Con la misma delicadeza de antes levantaron a la mujer y la acercaron a un colchón suave tradicional y la acostaron de lado, Saniwa pronto la cubrió con la manta y asigno a Shishiou su cuidado para las próximas cuatro horas, seguido de él se encargaría su subordinado Yamatonokami Yasusada , Yagen Toushirou, Heshikiri Hasebe, Hakata Toushirou y su zorro mitológico Konnosuke para evitar dejarla sola y brindar atención en caso de que la situación se complique.

— maestro, ¿Puedo preguntar de dónde salió ésta chica?. — consultó confundido Yagen .

— la verdad nosotros tampoco sabemos, pero es un ser vivo y no podemos negarle su derecho a vivir, muchas gracias por tu ayuda, en un momento asignare el orden de cuidado, traten de mantener ésto como un secreto por las próximas horas, yo hablaré con el resto de esta situación más adelante, por ahora les encargo que quienes sepan de esta situación mantenganlo así por lo pronto.

— cuente con ello maestro. — comentó Shishiou confundido. ¿Que pasará con esa mujer?.

°•°Bajo la sombra del Cerezo°•°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora