Capítulo 2

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*ring ring ring* Sonaba su teléfono.

Tras esa noche agotadora, el cuerpo de Dan no respondía, se encontraba en un sueño tan profundo que no escuchaba las incontables llamadas que estaba recibiendo. De repente, Jaekyung entró a la habitación de este, sacudiéndolo.

- Oye, tú, qué coño te pasa? Lleva el teléfono sonando horas, no piensas contestar? Por tu culpa me he despertado.

Dan se asustó, no se había percatado de nada. Desbloqueó su teléfono, tenía más de diez llamadas del hospital y de la auxiliar encargada del ciudado de su abuela. Su corazón se detuvo por un momento, se imaginaba lo peor. Se armó de valor y decidió llamar, pero al momento de hacerlo otra llamada entrante se presentó en su teléfono, de nuevo era el hospital.

- Diga...?- dijo Dan con tono de preocupación mientras Jaekyung lo miraba enojado.
- Buenos días, señor Kim. Hemos intentado contactarlo desde hace unas horas y no hemos obtenido respuesta alguna. Se trata sobre su abuela. Ella, por desgracia, falleció de madrugada mientras dormía. Lo sentimos mucho, no pudimos hacer nada más por ella. Nuestras sinceras condolencias.

Aquella noticia se sintió como un balde de agua fría. Su teléfono se deslizó por su mano hasta caer al suelo. Estaba totalmente destrozado y devastado, pero no salían las lagrimas, se encontraba en completo estado de shock.

Jaekyung miraba atónito y sorprendido al mayor. Había escuchado todo y se sentía un poco mal ya que el día anterior le había soltado algunas malas palabras respecto al tema.

- Oye, Dan.

- Salga de mi cuarto, por favor. Necesito estar solo.

- Agh...siempre haces lo que quieres- dijo Jaekyung cerrando la puerta a su paso, quedándose apoyado en ella durante un rato. Escuchando todo el ruido proveniente de la habitación.

Tras su salida, el mayor, ya asimilado lo que acababa de ocurrir, rompió en llanto desconsolado.

- Abuela, lo siento mucho, todo es mi culpa. Perdón por no haber podido darte tu tratamiento a tiempo- decía Dan sollozando acurrucado en su cama mientras abrazaba una foto en la que aparecían juntos- Lo siento tanto, debería de haber muerto yo y no tú.

Su corazón no podía soportar más este dolor. Perdió a su abuela, su unica familia, fue abusado tanto física como mentalmente, años de interminables y elevadas deudas, ''trabajaba" para un completo y aterrador monstruo que se aprovechaba de él tratándolo de formas nefastas, del cual había empezado a sentirse enamorado y posteriormente rechazado indirectamente por miedo a confesar sus sentimientos. No le importaba a nadie, nadie sentía un mínimo de preocupación por él.

Andó lentamente hacia el baño, su cuerpo se sentía tan pesado, que apenas podía mantenerse en pié. Abrió el primer cajón, donde se encontraban las cuchillas de afeitar, agarró una de ellas mientras lloraba y se disculpaba frente al espejo. La pasó lentamente ejerciendo presión sobre sus delgadas muñecas mientras la sangre chorreaba por sus brazos.
Se sentía tan bien, era satisfactorio como su dolor se aliviaba. Unos simples cortes conseguían hacerlo sentir tan vivo, desquitando todo su enojo, tristeza y frustración. Perdió la cuenta de todos los cortes que había hecho en su pálida piel.
Una vez acabó, buscó el botiquín para curar sus heridas y vendarlas adecuadamente para evitar infecciones. Camino a su cuarto, se percató que llamaba demasiado la atención y sería mejor usar alguna camiseta de manga larga para evitar sospechas.

Ese día, Dan no fue a trabajar y se quedó acostado la mayor parte del tiempo, no tenía fuerzas para nada, incluso las tareas más básicas y cotidianas como asearse o comer.

Pasaron los días y gracias al dinero que ganaba actualmente pudo permitirse darle un funeral digno a su difunta abuela, no podía evitar que se le saltaran las lágrimas cada vez que recordaba aquella escena.

Como era costumbre, su alarma sonaba a las 7 am, sin apenas fuerzas, se levantó de la cama y empezó a alistarse para ir a trabajar. Antes de salir de casa, miro su rostro en el espejo de la entrada, este se veía demacrado, con grandes ojeras bajo sus ojos, rojos e hinchados de tanto llorar. Tenía un color pálido y había perdido peso, no había comido en condiciones las últimas semanas y se estaba empezando a hacer demasiado obvio y notorio.

Jaekyung ya le había llamado la atención y sermoneado por " no estar en condiciones" y cuidarse, pero no porque estuviera preocupado por él, si no, por el simple bien propio. Él solo era su juguete sexual, un objeto para complacer sus deseos, nada más.
Tras haber mantenido esta conversación consigo mismo, finalmente tomó rumbo hacia el gimnasio.
Últimamente solo estaba siendo una carga para los demás chicos, un inútil que no podía hacer bien su trabajo. Había pensado dejarlo, aunque no sabía en que momento anunciar tal noticia.
Dan no tenía la cabeza puesta en la realidad, estaba cometiendo muchos fallos con los atletas del gimnasio.
Todos lo observaban con pena y preocupación, se veía horrible. El entrenador al percatarse de la situación, se acercó a este.

- Dan. Te encuentras bien? Te noto algo distraído. Estás seguro de que no necesitas algunos días más de descanso?
- N-no se preocupe, entrenador, estoy en perfectas condiciones jajaj.
- Si estás tan bien, mueve ese culo tuyo y haz tu trabajo, para eso te pago- dijo Jaekyung entrometiéndose en su conversación.
- Sí, señor...- dijo Dan apenado.

Jaekyung jaló de él agarrándolo fuertemente del brazo haciendo que soltara un quejido.

- Qué demonios? Te has vuelto más debilucho aún, esto es increíble.
- Tú, maldito hijo de puta, no seas tan bestia, te vas a enterar- amenazó el entrenador golpeando a Jaekyung en la espalda.
- Doc, no le hagas caso a este pequeño cabrón, es un completo maleducado.
- Sí, como sea, vamos a la oficina, Dan.
- Dan se va a casa- dijo el entrenador- Dan, ya puedes marcharte.
- Muchas gracias, señor- dijo Dan haciendo una reverencia.

Jaekyung, con un aura aterradura, se puso a la altura de Dan, y le susurró al oído- Recuerda por lo que estás aquí, Kim Dan, sin mí no eres nadie.

Esas palabras hicieron quebrar más aún a su pobre y débil corazón. Siendo el detonante de lo que se avecinaba.

Continuará...

Atrapado (Jinx) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora