Capítulo 10

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Cuando Jaekyung respondió al otro lado de la línea, Dan apenas podía articular palabras con su voz entrecortada y sin aliento.

—Jaekyung... ayuda— fue todo lo que pudo decir antes de ser interrumpido por un horrible ansiedad que le cortó la respiración.
En el otro extremo de la línea, Jaekyung percibió la angustia en la voz de Dan y su corazón se aceleró.

— Dan, ¿qué está pasando?
Dan luchaba por controlar su respiración lo suficiente como para hablar.

— N-no estoy bien. Por favor, Jaekyung, necesito ayuda— suplicó, sintiendo como si Jaekyung fuera su única salvación.
- Dan, dónde estás? Mándame tu ubicación, por favor. No me cuelgues.

Sin más preguntas, Jaekyung fue en su ayuda de inmediato.

Mientras esperaba desesperadamente a que Jaekyung llegara, Dan se aferró al teléfono rezando para que llegara antes de que la ansiedad lo consumiera por completo.

Jaekyung llegó a la dirección de Dan con el corazón a punto de salirse por su boca, sintiendo una inmensa preocupación mientras se apresuraba hacia la casa. Al acercarse, notó que la puerta estaba entreabierta.
Con el corazón latiendo con fuerza, Jaekyung empujó la puerta y entró, llamando a Dan con voz ansiosa. La casa estaba envuelta en una oscuridad inquietante, solo iluminada por la débil luz de la luna que se entraba por las ventanas.

Avanzó con cautela por el pasillo, su corazón latía cada vez más rápido a medida que se acercaba a la sala de estar. Entonces lo vio, acurrucado en una esquina, temblando y con la mirada perdida en el vacío.

- Dan, soy yo, Jaekyung- dijo Jaekyung con voz suave, acercándose con cuidado.
Dan levantó la mirada, con ojos llenos de angustia y confusión al reconocer a Jaekyung. Extendió una mano temblorosa hacia él.

Jaekyung se arrodilló junto a él, envolviendo sus brazos alrededor de los hombros temblorosos de Dan para posteriormente, sentarse ambos en el suelo, siendo Dan abrazado y estando apoyado en el pecho de Jaekyung, aun acurrucado sobre sus rodillas.
Jaekyung no sabía que decir, era la primera vez que se le presentaba esta situación, no sabía como actuar.

—Estás a salvo, Dan. Estoy aquí.—murmuró suavemente, sintiendo al mayor temblar entre sus brazos.

Durante un largo tiempo, Dan se aferró a Jaekyung como si fuera su única conexión con la realidad, dejando que la calidez de su presencia lo envolviera y lo protegiera de la ansiedad que amenazaba con consumirlo.

— Jaekyung...—murmuró Dan sin apenas aliento—No puedo más...Estoy solo, Jaekyung...Estoy solo.
—Estoy aquí, Dan. Siempre estaré aquí para tí. Vas a poder con esto, te lo prometo. Tienes que ser muy fuerte, Dan.
— Debería haber muerto...No quiero sufrir más...—susurraba Dan para si mismo, totalmente perdido.

Aquellas palabras dolían y resonaban en la mente de Jaekyung. Sostuvo a Dan con delicadeza, sintiendo el latido de su corazón contra su pecho.

—Dan, escúchame. Estás pasando por un momento difícil, pero no estás solo. Estoy aquí contigo, y juntos vamos a superar esto— dijo Jaekyung con voz suave pero firme.

—Lo siento, Jaekyung. Lo siento tanto— susurró Dan.

—No tienes que disculparte, Dan. Todo está bien— dijo Jaekyung apretando su abrazo con más fuerza.

—Lo siento...—finalizó Dan, cayendo finalmente rendido en los brazos de Jaekyung, durmiéndose.

Jaekyung lo cargó en brazos, llevándolo a su cama para que pudiera descansar después de este episodio tan agotador.

Las palabras de Dan resonaban en su cabeza, el dolor de su sufrimiento y la confusión de sus propios sentimientos hacian un caos de emociones. Finalmente, tomó una decisión.

Con manos temblorosas, sacó su teléfono y marcó el número del entrenador. Cuando escuchó la voz familiar al otro lado de la línea, contuvo el aliento antes de hablar.

—Oye, necesito hablar contigo sobre mi carrera como boxeador—dijo con voz firme.

Continuará...

Atrapado (Jinx) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora