Capítulo 9

1.7K 125 1
                                    

Jaekyung se quedó sin aliento al escuchar las palabras de Dan. El dolor le atravesó el corazón como si fuera un puñal.

—¿Qué estás diciendo, Dan? —preguntó Jaekyung luchando por contener la tormenta de emociones que amenazaba con desbordarse dentro de él.

Dan miró a Jaekyung con una mezcla de tristeza y seriedad en sus ojos.
—Lo siento, Jaekyung. No puedo seguir adelante con esto cuando mi corazón ya no está en ello. Lo intenté, de verdad lo hice, pero simplemente ya no...

—Entiendo...Lo siento mucho, Dan. Ojalá te recuperes, te deseo lo mejor—Jaekyung sintió como si su mundo se desmoronara a su paso, como si estuviera cayendo en un abismo sin fin. No podía imaginar su vida sin Dan, pero sabía que tenía que respetar su decisión. Con un nudo en la garganta, se apartó de Dan y se alejó, sintiendo como si cada paso fuera más pesado que el anterior.

Dan observó cómo Jaekyung se alejaba, sintiendo un nudo en la garganta y un dolor agudo en el pecho, mientras lágrimas brotaban de sus ojos con una enorme intensidad.

Mientras las lágrimas seguían fluyendo, Dan se dio cuenta de la verdad que había estado ocultando incluso para sí mismo. A pesar de su intento de negarlo, seguía amando a Jaekyung con todo su ser. Pero había mentido, no solo a Jaekyung, sino también a sí mismo, diciéndose que ya no sentía nada por él.

El peso de esa verdad lo abrumó, haciéndolo sentir más perdido y desesperado que nunca. Sabía que su decisión de alejar a Jaekyung había sido impulsada por su propia debilidad, por el miedo a ser una carga para él en su estado mental frágil.
Se dio cuenta de que había cometido un error terrible al dejar ir a la única persona que lo había amado. Pero, cómo podría enfrentarse a Jaekyung ahora después de todo lo que había dicho?
﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌
Pasaron las semanas y finalmente, después de un largo periodo de recuperación, Dan había recibido el alta hospitalaria. Sin rumbo y sin un hogar al que acudir, deambulaba por las calles de Seúl con lo puesto. Gracias a la última paga del Team Black, quizás podría permitirse pagar un alquiler de alguna pequeña vivienda.

Con suerte, ese mismo día acabó encontrando una casa cerca de su antiguo hogar. El precio era algo elevado para lo que realmente era aquel lugar, pero no tenía otra opción y era lo más barato en el mercado y a su disposición.
Mediante suplicas consiguió que le dejaran quedarse a partir de ese día.
Su nuevo hogar se sentía extremadamente frío y solitario.

Dan se sintió abrumado por la soledad mientras se adentraba en su nuevo hogar. El frío se infiltraba en sus huesos, haciendo eco del vacío que sentía dentro de sí mismo. A pesar de que había logrado asegurarse un techo sobre el cual vivir, el lugar carecía de calor humano, de la calidez de un hogar verdadero.

Con un suspiro, Dan dejó caer su bolso en el suelo y se dejó caer en el sofá desgastado que había en la sala de estar. Miró a su alrededor, sintiendo una repentina desesperación inundándolo. Este no era el lugar al que había esperado llamar hogar, pero era todo lo que podía permitirse en su estado actual.
Mientras el frío se aferraba a sus huesos y la oscuridad de la noche caía sobre él, Dan sintió una recaída de su salud mental. Los recuerdos dolorosos y los pensamientos negativos lo envolvieron, sintiéndose más solo y desamparado que nunca. Se acurrucó en el sofá, sintiendo como si estuviera a la deriva en un mar lleno de soledad y desesperación. La sensación de estar atrapado en un lugar que no sentía como suyo desencadenó una espiral de pensamientos negativos en su mente ya vulnerable. De repente, su respiración se volvió rápida y su corazón comenzó a palpitar descontroladamente.
Dan se agarró el pecho con una mano temblorosa, sintiendo como si estuviera luchando por tomar aire. Su mente se inundó de pensamientos catastróficos mientras una sensación de pánico se apoderó de él. Se sintió como si estuviera atrapado en una pesadilla, incapaz de escapar.
Cada latido de su corazón resonaba en sus oídos, haciendo que cada respiración fuera un esfuerzo doloroso.

Con un esfuerzo sobrehumano, Dan se levantó del sofá y se tambaleó. Por su mente pasaban recuerdos sobre sus autolesiones y las cicatrices presentes en sus brazos lo tentaban de nuevo hacia esta conducta. Sin consciencia alguna de lo que estaba haciendo, y tras la búsqueda desesperada de encontrar algo con lo que lastimarse, optó por romper un precioso jarrón que se encontraba en la mesa del salón. Tomó uno de los trozos provenientes de este y lo agarró con fuerza, acasionando algunos ligeros cortes en sus manos. Su pulso temblaba, estaba tan cerca pero no era capaz, desesperándose aún más.
En medio del ataque de ansiedad, con el corazón aún palpitando con fuerza y las manos temblando, Dan sacó su teléfono y llamó a Jaekyung.
Cuando Jaekyung respondió al otro lado de la línea, Dan apenas podía articular palabras con su voz entrecortada y sin aliento.

—Jaekyung... ayuda— fue todo lo que pudo decir antes de ser interrumpido por una ansiedad que le cortó la respiración.

Atrapado (Jinx) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora