Capítulo 18: FINAL

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Dan corrió sin mirar atrás, sus pasos resonaban en el silencio de la noche. El aire frío chocaba en su rostro, pero sin lograr enfriar la desesperación que ardía en su interior. Cada paso que daba era un intento de escapar de su propio tormento, de aquella pesadilla que lo perseguía constantemente.

Los pensamientos que rondaban su cabeza eran un absoluto caos.

- ¿Por qué sigo arruinando todo? Jaekyung estaría mejor sin mí. Todos estarían mejor sin mí.

Su corazón latía con fuerza, aumentando su dolor en cada latido.

Ante sus ojos se encontraba aquel acantilado que de cierta manera le parecía seductor, el que finalmente le aseguraría la paz que tanto anhelaba, aquella que no había conocido en mucho tiempo.

Se detuvo al borde del precipicio, mirando hacia abajo. Las olas rompían violentamente contra las rocas, resonando por todo el lugar. Sus pensamientos se volvieron más claros, como si la decisión que había tomado le diera un momento de calma.

- Lo siento, Jaekyung. Lo siento por no ser lo que necesitabas. Lo siento por no poder ser fuerte. Lo siento tanto. Espero que puedas perdonarme algún día. Abuela, perdóname. Perdón por ser un cobarde y no afrontar la vida al igual que hiciste tú. Debes estar tan decepcionada de mí- decía Dan con un tono desgarrador mientras las lágrimas corrían por su rostro, mezclándose con el viento helado y viéndose iluminado por la luna llena.

Finalmente, cerró los ojos y, totalmente decidido y con firmeza, dio un paso hacia adelante.

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Horas después, Jaekyung recibió la llamada que temía. La policía había encontrado el cuerpo de Dan en el fondo de un acantilado. El mundo de Jaekyung se derrumbó en ese mismo instante. Las palabras del oficial de policía sonaron distantes e indiferentes , como si vinieran de una realidad alterna.

- Lo sentimos mucho, señor Jaekyung. Hemos encontrado un cuerpo que coincide con la descripción que nos ofreció del señor Dan. Fue hallado en el fondo de un acantilado a unos kilómetros de aquí. Necesitamos que venga a identificarlo.

Jaekyung dejó caer el teléfono, su cuerpo quedó totalmente paralizado. La habitación parecía consumirlo. Un grito desgarrador de dolor escapó de sus labios. Se derrumbó en el suelo, incapaz de procesar lo que acababa de escuchar. Durante unos momentos, se quedó allí, acurrucado en posición fetal, llorando sin control.

Finalmente, sacó la fuerza para levantarse. Cada movimiento se sentía mecánico, como si su cuerpo estuviera funcionando por pura inercia, totalmente disociado de la realidad. Salió del hotel y se dirigió al lugar indicado por la policía.

El viaje al acantilado fue una tortura sin fin. Cada segundo que pasaba aumentaba el nudo en su garganta, apoderándose de él la ansiedad y el terror. Al llegar, fue recibido por un oficial que lo condujo hacía el área acordonada del accidente. Las sirenas de la ambulancia y los coches de policía colapsaban el lugar.

Cuando Jaekyung vio el cuerpo cubierto con una manta blanca, su corazón se rompió en mil pedazos. Caminó lentamente hacia adelante y se arrodilló junto al cuerpo. Con una mano temblorosa, levantó la manta, revelando el rostro de Dan.

El cuerpo de Dan estaba frío y rígido y sus rasgos desfigurados por la caída. Tenía cortes y contusiones por todo el rostro. No debía imaginar cómo estaría el resto de su cuerpo, no era capaz de ver más allá de su cara. Sus ojos, que alguna vez habían brillado con vida y desprendían tanta paz y alegría, estaban cerrados para siempre.

Jaekyung sintió que la realidad se desvanecía a su alrededor. Se dejó caer al suelo haciendo resonar su llanto y desesperación en el silencio de la noche.

Atrapado (Jinx) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora