La estrella más brillante

El pasado de Rosalina, pt.2

Al día siguiente Mario se despertó al mismo tiempo que los destellos, por lo que todos juntos se dirigieron a la cocina. Y a pesar de que el pequeño héroe ya lo había visto el día anterior, las nubes de colores que ahora rodeaban el planetario por completo lo sorprendieron de todas formas, sintiéndose maravillado por las mismas. Sin embargo, seguía con la curiosidad de qué habían venido a hacer a este lugar y porqué era tan importante para Rosalina, pero se limitó a hacer preguntas por si era un tema que los destellos no debían escuchar.

Ya en la cocina se topó con Rosalina, quien estaba junto a un destello azul, lo que llamó la atención de Mario.

Mario (de buen humor) : Vaya, veo que alguien decidió levantarse temprano hoy.

Rosalina (sonriendo) : Podría decir lo mismo de ti.

Destello azul (antes de que Mario responda) : Bueno, mamá hizo lo que pudo por no despertarme, pero aún así no me molesta levantarme un poco más temprano.

Mario (confundido) : ¿Qué? (mira a Rosalina) ¿Llegaste a la habitación?

Rosalina (seria) : No.

Destello azul (algo avergonzado) : No, yo ... dormí con ella. Es que ... tuve una pesadilla y tenía mucho miedo. Quise despertarte, pero eres nuestro invitado y habría sido de mala educación.

Mario (conmovido) : Owww, pequeñín, no me habría molestado ayudarte. Las pesadillas no es algo de lo que avergonzarse. Yo me he levantado más de alguna vez en la noche por culpa de una.

Destello azul (sorprendido) : En serio.

Mario : Sí, con gritos y todo ... lo que usualmente suele levantar a Luigi también. Digamos que mis pesadillas son sus pesadillas de cierta forma.

Rosalina no pudo evitar soltar una risilla al imaginar la escena que Mario estaba describiendo, por lo que colocó su mano derecha sobre sus labios para intentar ocultarla. 

Una vez que pasó el desayuno, Mario se quedó unos momentos sobre la biblioteca, observando los colores de la región por la que estaban pasando y como estos cambiaban de vez en cuando. Pronto, notó que se estaban formando ondas alrededor de la base del planetario, como las que forma el agua cuando un barco o lancha se mueve por esta. Esto llamó su atención, por lo que al ver a Rosalina acercándose a la orilla para observar las olas decidió acercarse a ella.

Mario (se para al lado de Rosalina) : ¿Qué miramos?

Rosalina (sin voltear a ver) : El polvo se está haciendo más denso ... estamos cerca. Deberíamos llegar a nuestro destino en cualquier momento. (voltea a ver a Mario) Estate atento.

Mario (con intriga) : Oh, claro. Tengo mucha curiosidad por saber qué es lo que buscas. Em ¿Alguna pista sobre a qué le tengo que prestar más atención?

Rosalina : Agudiza tu oído.

La madre de los destellos dio media vuelta y se fue flotando hacia el otro lado del planetario, dejando a Mario solo.

Mario (hablando en voz baja) : Agudiza tu oído ... así que buscamos algo que hace ruido ¿eh?

En ese momento el héroe de rojo pudo escuchar algo a la distancia, por lo que se quedó de pie y siguió el consejo de la mujer del vestido celeste. Cerró los ojos para concentrarse aún más, y el sonido se hizo ligeramente más fuerte y comenzó a rodearlo, como si viniera de varios puntos al mismo tiempo.

Mario (pensando) : '¿Qué es eso? No suena como nada que haya escuchado ... ... espera ... es a caso ... ¿un llanto?'

En efecto, ahora que el sonido se había echo más fuerte Mario fue capaz de identificarlo como un llanto, y más aún, como el llanto de un bebé.