En la danza ardiente de pieles entrelazadas,
se enciende el fuego de pasiones deseadas.
Susurros íntimos, secretos compartidos,
en la piel se escribe un poema sin sonidos.
Labios que exploran caminos prohibidos,
en la sinfonía del deseo, somos perdidos.
Caricias que danzan en la penumbra tibia,
un poema erótico que el deseo describe.
Desnudamos el alma en esta danza sin freno,
cuerpos que se buscan en un rincón pequeño.
Bajo las sábanas que ocultan susurros prohibidos,
se revela el poema de amores compartidos.
Entre el vaivén de suspiros y gemidos sutiles,
se escribe el verso de los amores febriles.
En la entrega mutua, en el éxtasis compartido,
un poema erótico, en la piel, es esculpido.