En la sombra de la venganza se gesta
un veneno que el alma investa,
cautiva en espirales de oscuro deseo,
es un poema amargo que siembra anhelo.
En el corazón, la llama vengativa arde,
pero su fuego no resguarda, consume.
El sendero de revancha es traicionero,
un poema cruel que cobra su sendero.
Aunque la tentación venga como bruma,
la venganza, a menudo destruye el alma.
En el espejo de la retaliación persistente,
se refleja un poema que duele de manera latente.
La verdadera fortaleza radica en la calma,
donde la venganza es un veneno que embalsama.
En la paz del perdón, se forja un nuevo poema,
liberando el alma de cadenas que lleva.
Que el poema de la vida sea tejido con amor
y no sea empañado por la sombra del rencor.
En la senda del perdón, la luz resplandece
y el poema de la paz, en el corazón florece.